Segunda oportunidad
Capítulo 78

Capítulo 78:

Al día siguiente, era el 15 de agosto y resultaba que hoy no estaba de servicio. Cuando me levanté, encontré el vestido de treinta y ocho mil dólares en la mesilla de noche. Derek debió de colocarlo allí. Enseguida me di cuenta de lo que quería decir, así que me lo puse sin dudarlo.

Llevar este vestido a la boda sin duda molestaría a Vivien, pero el sufrimiento que me causaba estaba muy por encima de eso.

Derek tenía razón. No era bueno ser blando de corazón.

Después del ab%rto, el divorcio y la muerte de mi madre, había perdido mucho peso. Por lo tanto, el vestido me quedaba perfecto. El estilo sin hombros exponía mis clavículas. Cuando me vi en el espejo, me di cuenta de que estaba se%y.

La longitud del vestido era la adecuada y dejaba al descubierto una parte de mi muslo, lo que hacía que mis piernas parecieran aún más esbeltas.

Pronto oí el sonido de la puerta al abrirse y unos pasos sin prisa.

Entonces, Derek apareció en el espejo.

Justo cuando estaba a punto de darme la vuelta, me sujetó por los hombros.

El calor de sus manos me rozó las orejas. Mientras me quedaba congelada, vi en el espejo un collar de perlas colocado ante mi cuello.

Derek bajó la cabeza, ayudándome a ponerme el collar. La mirada de su rostro le hacía parecer concentrado y serio.

Después, me rodeó la cintura con sus brazos. Poco después, una de sus manos recorrió mi pecho y jugó con las perlas.

Cuando me miró en el espejo, una brillante sonrisa apareció en su rostro.

«¡Estás estupenda, cariño!». Me quedé mirando el collar desde el espejo con el rostro sonrojado. Estaba a la vez gratamente sorprendida y un poco molesta.

«¿Cuándo lo has comprado? ¿Por qué no me lo dijiste? Has vuelto a malgastar tanto dinero».

«No es un desperdicio de dinero cuando el dinero se gasta en mi esposa. ¿No crees que este collar se ve muy bien en tu piel?», comentó.

Al mismo tiempo, deslizó su mano bajo mi vestido y me besó el lóbulo de la oreja.

«Estoy hermosa de que mi esposa hará girar más cabezas que la novia de hoy. Tu sola visión es tan tentadora, mi amor».

La firmeza de su agarre en mi pecho y el sonido de su voz ronca me dejaron con ganas de más.

Y mientras me besaba, empezó a abrazarme aún más fuerte. Justo cuando pensé que iba a proceder a tener se&o conmigo, refrenó sus deseos.

«No podemos dejar que tu vestido se arrugue. Te dejaré ir por ahora».

Una media hora más tarde, subimos al coche.

Llevaba un traje de etiqueta con una camisa blanca por dentro, y se veía muy bien. No era la primera vez que le veía con este tipo de traje, pero cada vez que lo hacía me enamoraba de él. La verdad es que quería decirle que incluso podría ser más llamativo que el novio de hoy.

«¿Te has dado cuenta de lo encantador que es tu marido?», bromeó mirándome.

Sólo entonces aparté la mirada mientras jugueteaba con el dobladillo de mi vestido.

Cuando me tendió la mano, volvió a sonreírme. «Si te soy totalmente sincero, mi mujer está cada día más hermosa», dijo.

Este hombre tenía talento para cortejar a las mujeres. Por lo menos, yo no podía resistirme a él en absoluto. A veces, incluso pensaba que si él fuera un pozo de fuego, seguiría saltando de buena gana.

Después de un rato, me dijo: «La boda de hoy será maravillosa».

Por alguna razón, pensé que había un significado subyacente en lo que dijo, porque sonó un poco sarcástico cuando dijo ‘maravillosa’.

Volví mi atención a su rostro, tratando de averiguar lo que podría estar pensando. Pero estaba muy concentrado en lo que tenía delante y su rostro carecía de emoción.

El Hotel New Century daba hoy un aspecto bastante festivo. Muchos de los otros huéspedes ya habían llegado, haciendo que el lugar se viera animado.

Shane no estaría dispuesto a gastar tanto dinero en un hotel caro. Tal vez fuera idea de Vivien y su padre. Después de todo, Leroy era un hombre de prestigio, así que la boda debía ser grandiosa. De lo contrario, podría hacerle perder el rostro.

Bajo la dirección del personal del hotel, Derek detuvo el coche.

Al salir del coche, vi a muchos de mis antiguos colegas del Hospital Virtue. Por vanidad y en un intento de hacerles sentir envidia, cogí el brazo de Derek.

Al principio, no había mucha gente que me reconociera. Pero más tarde, se hicieron señas entre ellos, lo que hizo que cada vez más gente nos diera un vistazo. Me di cuenta de que cuando me veían, los ojos casi se les salían de las órbitas.

Sabía por qué estaban tan sorprendidos. En primer lugar, les chocaba saber que iba a asistir a la boda de mi ex marido. En segundo lugar, se dieron cuenta a primera vista de que el vestido y el collar de perlas que llevaba eran muy caros, cosas que pensaban que nunca podría permitirme. Y, por último, hacía poco que me había divorciado de Shane, pero aquí estaba, cogida del brazo de un hombre mucho mejor que ese cabrón de Shane. No era de extrañar que todos estuvieran tan sorprendidos.

En esta sociedad, la gente siempre adula a sus superiores y desprecia a los que están por debajo de ellos. Mis antiguos colegas que me ignoraban en el hospital venían ahora a saludarme como si fueran mis buenos amigos.

Intentaron acercarse a mí, preguntando por mi relación con Derek.

«Cariño, ¿Quiénes son?» Derek giró la cabeza, dirigiéndose a mí íntimamente. Todas las demás mujeres que nos rodeaban se quedaron con la boca abierta de asombro.

Fingí no darme cuenta de su asombro y les presenté a Derek con una sonrisa en el rostro. «Estas personas eran mis antiguos colegas en el Hospital Virtue».

Luego, señalé a Derek y añadí: «Todos, éste es mi querido marido». Intenté que pareciera una presentación casual, pero en realidad estaba muy orgullosa.

Todos mis antiguos colegas nos sonrieron de mala gana. Ni siquiera me molesté en adivinar lo que estaban pensando ahora. Tal vez estuvieran pensando que los cielos eran injustos. Si no, ¿Cómo podía una mujer divorciada como yo ser tan afortunada?

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