Segunda oportunidad
Capítulo 272

Capítulo 272:

A la mañana siguiente, cuando abrí la puerta principal de la villa, vi un montón de latas de cerveza y un hombre tirado en nuestra puerta.

Era Felix, y estaba en un estado patético. Sus ropas eran delgadas, por lo que se acurrucaba para entrar en calor. Hacía mucho frío y era posible que se pusiera enfermo si se quedaba aquí más tiempo.

Me apresuré a despertarlo. Abrió los ojos y se levantó lentamente al verme. Tenía el cabello enredado. La mitad de su rostro, incluidas las comisuras de los labios, estaba magullado e hinchado. Ahora mismo, no daba más de sí que un mendigo.

«¿Por qué estás aquí?» le pregunté.

Felix se rascó el cabello. Ya era un enredo para empezar, y ahora estaba aún más desordenado.

«Quería tomar una copa con mi buen amigo, Derek. Pero cuando llegué a la puerta, me di cuenta de que era demasiado tarde. Como estoy soltero, puedo hacer lo que quiera. Pero él tiene una esposa, así que no es tan libre como yo. Además, tiene esa enfermedad en el estómago, ¿No? Tú ciertamente no le dejas beber, así que pensé que yo sería el único que podría beber todas estas latas de cerveza aquí».

Entonces, señaló las latas de cerveza vacías tiradas en el suelo. Se notaba que le dolía mucho haber perdido a Louise.

Por un momento, no estaba seguro de lo que iba a decirle.

«¿Dónde está Louise? Dime». Felix me dio un vistazo con ojos decididos. De hecho

De hecho, no había contactado con Louise en dos días. Por lo tanto, negué con la cabeza en respuesta. La cabeza de Felix cayó mientras cogía una lata de cerveza vacía y la aplastaba en su mano hasta dejarla plana. Mientras lo hacía, su rostro estaba distorsionado por el dolor y la frustración.

«He buscado en todos los lugares a los que podría haber ido, pero no he podido encontrarla. Ni siquiera puedo comunicarme con su teléfono. Parece que ha tomado una decisión. No quiere volver a verme».

Me sentí realmente mal al ver a Felix caer tan bajo. Recordé lo feliz que estaba cuando le propuso matrimonio a Louise, y lo feliz que la hizo. En aquel entonces, nunca hubiera imaginado que las cosas terminarían así.

«¿No puedes vivir sin una mujer? ¡Cielos, Felix! Mírate en el espejo. ¡Has ido cuesta abajo, hombre!» Oí la voz de Derek por detrás de mí.

Me hice a un lado mientras él salía y se ponía al lado de Felix. Sentado en el suelo, Felix le dio un vistazo y vio la herida en su cabeza.

«¿Qué te ha pasado en la cabeza? ¿Se han peleado o algo así?». Derek y yo nos dimos un vistazo y ninguno de los dos dijo una palabra.

Felix nos miró a mí y a Derek, un momento después, una sonrisa amarga apareció en sus labios.

«Eveline no es Louise. ¿Cómo iba a pelearse contigo? Ahora mismo tienen una relación feliz y amorosa. Tú no dirías eso si estuvieras en mi lugar, Derek. Renunciaría a todo con tal de que ella volviera a mí y se peleara conmigo” -dijo Felix.

No podía soportar verlo así por más tiempo, así que le dije que llamaría a Louise para preguntarle por su paradero.

Al oír lo que dije, a Felix se le iluminaron los ojos. Se levantó de un salto y me dio un vistazo con toda la esperanza que pudo reunir.

Pero para su decepción, el teléfono de Louise estaba apagado. A decir verdad, ya tenía una idea de dónde podría estar. Lo más probable era que estuviera con Layne ahora mismo. Pero no me atrevía a decirlo. Si lo hacía, tenía suficientes razones para creer que Felix podría volver a hacer una estupidez.

Durante mucho tiempo, Felix se quedó sentado en la puerta. Yo ya le había preparado el desayuno, pero él seguía negándose a entrar, y mucho menos a comer.

Finalmente, Derek se hartó de su abatimiento y arrastró a Felix hasta el coche. Poco después de que se fueran, sonó mi teléfono. Era un número desconocido.

«Eve, soy yo». Al oír la voz de Louise, me alegré.

«Lulú, ¿Has cambiado tu número de teléfono?» Le pregunté.

«No, este es el número de Layne», respondió.

Así que tenía razón. Realmente estaba con Layne, ¿Eh? Sólo habían pasado unos días. ¿Hasta dónde llegó su relación? Sinceramente, prefería no adivinar.

«Eve, me voy a casar». Después de obtener su ubicación actual, colgué y me apresuré a ir a ver a Louise.

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