Segunda oportunidad
Capítulo 155

Capítulo 155:

Derek me recogió repentinamente en sus brazos, dio vueltas y vueltas en la lluvia artificial. Debido a la rapidez con la que daba vueltas, me sentí como si estuviera volando.

Tenía el rostro empapado, pero seguía sonriendo.

En ese momento, creía de verdad que, si me salpicaba con agua, sería feliz el resto de mi vida.

Cuando por fin me bajó, vi que Félix y Louise se salpicaban mutuamente con agua.

Sin querer admitir la derrota, ella aprovechó su falta de atención y le echó una palangana de agua en la cabeza.

Félix se limpió el agua en el rostro. Pensé que se pondría hosco, pero se limitó a dar un vistazo a Louise y se rió.

«¡Vamos! Pégame unos cuantos cuencos más de agua. Seré feliz el resto de mi vida si me mojo. Sé que quieres que sea feliz».

Louise ya estaba mojada por todas partes. Le dio un vistazo y se echó a reír.

Su sonrisa rebosaba encanto femenino. En los últimos años que la conocía, nunca la había visto sonreír así.

Cogió un poco de agua y la utilizó para salpicar a Félix. Para no ser menos, él cogió una palangana y también la salpicó con agua.

«¿Cómo puedo ser feliz sola? Deberíamos mojarnos juntos», exclamó.

Mientras los observaba, perdida en mis pensamientos, Derek me plantó un beso en la mejilla.

Sobresaltada, me di la vuelta. Fue entonces cuando me susurró al oído: «Mojémonos juntos».

Al oír su doble sentido, me sonrojé.

Poco después, Eric fue asediado por varias mujeres del lugar y se salpicó por todas partes. Una vez terminado el juego de las salpicaduras de agua, Louise y yo nos pusimos la ropa local. Cuando salí del vestuario, Derek me miró de arriba a abajo con una sonrisa cariñosa.

“Eres increíble».

Esta noche se celebraría una fiesta con hogueras.

Era una noche feliz y emocionante.

Sin embargo, también era una noche peligrosa.

La fiesta de la hoguera se celebró junto al río.

Asistimos a la fiesta después de cenar.

La hoguera ya estaba montada. Había mucha gente reunida en el lugar, incluidos hombres y mujeres jóvenes vestidos con ropa local, y la mayoría de los demás eran turistas de otras ciudades.

Las canciones que se interpretaban eran ligeras y agradables de escuchar, y hacían vibrar las emociones de la gente.

En cuanto nos acercamos, varias mujeres locales nos invitaron a unirnos a ellas.

Todos se reunieron alrededor de la hoguera en un gran círculo, cantando y bailando.

No sabíamos cómo cantar la canción ni cómo hacer su baile, así que imitamos torpemente sus movimientos. Era muy divertido.

Al cabo de un rato, conseguimos seguir sus movimientos.

Bailamos lentamente en un gran círculo alrededor de la hoguera. Nuestros rostros sonrientes parecían tan cálidos bajo la luz del fuego.

Momentos después, muchas mujeres locales salieron con vino y cantaron una canción de brindis para los invitados.

Este método de brindar era difícil de resistir, y ninguno de nosotros pudo negarse, así que todos acabamos bebiendo un poco de vino.

Después, las mujeres locales se pusieron a bailar en el centro. Era fascinante verlas.

Yo preste atención a las reacciones de Derek. Parecía estar un poco avergonzado ante el entusiasmo de las mujeres locales, lo cual era algo raro de ver.

De repente, vi que una de las mujeres le susurraba algo al oído. Hablaron un rato y, durante su conversación, Derek me dirigió algunas miradas.

Esto me sorprendió un poco. Había muchos otros invitados masculinos alrededor, así que ¿Por qué esa mujer eligió hablar sólo con Derek?

Pero en su defensa, Derek era irresistible para las mujeres. No tenía ninguna duda de que había otras que se sentían atraídas por él.

Una vez que la mujer del lugar se alejó de él, caminó hacia mí. Entonces, en tono desenfadado, le pregunté: «¿Qué te ha dicho esa hermosa y se%y chica de hace un momento?»

Derek bajó la cabeza y me susurró al oído: «Me estaba pidiendo salir».

Tras un momento de sorpresa, dije con voz indiferente: «Oh, qué suerte tienes. Te eligió entre tantos hombres».

Derek puso su brazo alrededor de mi hombro. «Pero me negué. Le dije que mi mujer está aquí, y que me darían una paliza si no me comportaba bien. También le mostré la cicatriz que tengo en el rostro y le dije que me la hizo mi mujer».

Me eché a reír.

«¡Me has descrito como si fuera una especie de arpía!»

Ladeó la cabeza, sonriéndome.

«Bueno, sí creo que tienes el potencial de ser una arpía».

«¡Mi%rda!» Hice como si le diera un par de golpes ligeros.

Derek se rió. No esquivó ni se defendió, fingiendo que estaba a mi merced.

Después de eso, seguimos bailando con todos los demás.

Yo rara vez hacía deporte o ejercicios, así que estaba cansada después de unos minutos de baile. Así, tuve que retirarme y sentarme en un banco para descansar un poco.

Los demás seguían bailando. Louise estaba muy animada y llena de vida.

Después de haberme sentado un rato, sonó mi teléfono. Aaron me llamaba.

«¿Ya has cenado?», me preguntó.

Podía imaginar su gentil sonrisa mientras me hablaba por teléfono.

«¡Sí! Ahora mismo estamos fuera divirtiéndonos. ¿Y tú?»

«Ya he comido. Pero es difícil comer mucho cuando estás solo, ¿Sabes? No quería cocinar en casa, así que he cenado fuera.

¿Te has acordado de usar el protector solar? ¿Cómo está tu bronceado?», bromeó.

Yo sonreía y dije: «Sí, es bastante útil. Gracias».

«Suena muy animado por allí».

«Están celebrando una interesante fiesta con hogueras».

Después de un momento de silencio, Aaron dijo: «Bueno, es bueno saber que te estás divirtiendo. Tú sabes que ahora estoy solo dentro de la casa y me siento vacío».

Miré a las mujeres locales que bailaban y me reí. «Es una pena que no hayas venido. Las chicas de aquí son muy hermosas».

Aaron se rió por el teléfono. «Intenta no quedarte hasta muy tarde por la noche. No es seguro allí porque está en la frontera».

Después de eso, seguimos charlando un rato antes de colgar.

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