Segunda oportunidad
Capítulo 126

Capítulo 126:

«Lo siento, llego tarde».

Justo cuando me sentí derrotada, escuché una voz familiar que venía de la puerta.

Levanté la vista y descubrí que Aaron había llegado.

Saludó primero a Gifford, entregándole un pequeño regalo.

«¡Tío Gifford, feliz cumpleaños!»

Mientras me sentía avergonzada, se sentó, y empujó otra caja de regalo hacia mí mientras me miraba.

«Eveline, este es el regalo que me pediste que trajera. Habría venido antes, pero estaba en un atasco. Lo siento».

Mire la caja de regalo exquisitamente empaquetada que había sobre la mesa y no tenía ni idea de lo que contenía. Entendí lo que Aaron decía y le di una mirada de agradecimiento.

Después, me levanté para recoger el regalo, pero no tenía ni idea de qué decirle a Gifford.

El hombre me había dicho una vez que nunca reconocería a una nuera que no aprobara.

Sus palabras habían dejado una sombra indeleble en mi corazón. Le caía tan mal que no tenía ni idea de si estaría dispuesto a aceptar este regalo. Además, no me atrevía a volver a llamarle «papá».

Durante mucho tiempo, se hizo el silencio en el salón.

Tras respirar hondo, finalmente dije: «¡Feliz cumpleaños!».

Gifford me dirigió una mirada indiferente mientras cogía el regalo y lo dejaba a un lado.

En lugar de hacerme pasar un mal rato, dijo: «Gracias».

Contuve mi nerviosismo y me senté.

A continuación, le preguntó a Aarón sobre lo que le había sucedido mientras éste estaba en el extranjero. Por el momento, Gifford sólo daba la impresión de ser un hombre mayor e inofensivo. Era amable con Aaron, porque era su tío.

Mientras tanto, Charlene estaba sentada junto a Aaron y parecía interesada en su vida en el extranjero. De vez en cuando, expresaba sus comentarios sobre el tema.

A juzgar por lo que había dicho hasta el momento, podía decir que era una mujer culta.

Derek también intervenía de vez en cuando, pero no hablaba tan a menudo. La mayor parte del tiempo, se limitaba a fumar en silencio.

Yo era el único en la sala que se sentía realmente asfixiado y tenso.

Afortunadamente, Derek nunca aflojó su agarre en mi mano.

Al cabo de un rato, Gifford le dijo: «Derek, Charlene se ha licenciado en administración y dirección de empresas en una importante universidad. Es un talento poco común. ¿Tienes algún puesto adecuado para ella en tu empresa?».

Resultó que él y Belinda querían que Charlene trabajara en Dere International.

Antes de que Derek pudiera hablar, Charlene dijo: «Preferiría no utilizar conexiones personales. Mamá, Tío Gifford, conseguiré un trabajo en Dere International gracias a mis propias habilidades».

Miraba a Derek con confianza, y luego me miró a mí, haciendo ver que era algo involuntario.

De repente, me di cuenta de que Gifford y Belinda no sólo querían que Derek diera trabajo a Charlene.

Y basándome en el comportamiento de Charlene, me di cuenta de que no era una simple mujer. Era mucho más sabia que esas mujeres corrientes y superficiales.

Pronto, la cena estaba lista y todos estábamos sentados en la mesa del comedor.

Belinda era una cocinera bastante hábil, pero yo me sentía un poco desanimado y sin apetito. Al ver que no comía mucho, Derek me cogía la comida de vez en cuando.

Quería decirle que no lo hiciera, ya que no quería que nadie me prestara atención mientras estábamos en la mesa del comedor.

Sentada frente a mí estaba Charlene, y me miraba con interés.

En comparación con lo tranquila que estaba ella, el hecho de que yo estuviera tan tensa me hacía parecer aún más ridícula.

Quería dejar el tenedor y decir que estaba llena, pero me di cuenta de lo descortés que sería hacerlo.

Afortunadamente, Belinda habló, atrayendo la atención de todos.

Miró las costillas de cerdo sobre la mesa y suspiró. «Este plato es el favorito de Lean». El rostro de Gifford se puso serio mientras dejaba el tenedor y masticaba lentamente la comida en su boca.

«Se acerca el cumpleaños de Lean. Tú deberías preparar algo para él y entregárselo para entonces», dijo.

Nunca me atreví a preguntar por qué habían enviado a Lean a la cárcel.

Cuando se mencionó a Lean, todos los demás comensales se callaron, pero Charlene reaccionó de otra manera.

«Mamá, tú eres la que lo ha malcriado. La única manera de que aprenda es pasando por dificultades».

Belinda la fulminó con la mirada.

Lo primero que hice fue mirar a Gifford y examinar su reacción, teniendo en cuenta lo mucho que le importaba Lean. Su rostro ni siquiera cambió. Parecía que estaba de acuerdo con el sentimiento de Charlene.

Cuando volví en mí, Gifford estaba poniendo algo de comida en el plato de Derek.

Era un trozo de pescado.

«Recuerdo que te gusta mucho comer pescado», dijo mientras retiraba el tenedor.

Aunque Derek no decía nada, me di cuenta de que estaba conmovido por el gesto de su padre.

Después de la cena, Gifford sacó un juego de llaves del coche y se lo entregó a Charlene con una sonrisa. «¿Te has fijado en el coche que hay en el patio? Es mi regalo para ti».

Pensé que Charlene se negaría, pero aceptó las llaves del coche sin dudarlo.

«Gracias, Tío Gifford».

Gifford sonrió y dijo: «¿Por qué no lo pruebas? He oído que acabas de sacarte el carné de conducir. Tú, Derek, deberías ir con Charlene y vigilarla».

Derek se levantó, mirándome mientras decía: «Bien».

Charlene parecía encantada. Antes de irse, miró a Aaron y sonrió. «¿Quieres venir con nosotros?»

Sin embargo, Aarón me miró, dudando en la respuesta. «Tú puedes ir. Yo ayudaré a lavar los platos», le dijo.

No mucho después, los tres salieron juntos. Mientras tanto, yo ayudé a poner la vajilla en la cocina.

Al ver que me disponía a lavar los platos, Belinda se marchó enseguida.

Su actitud era completamente diferente a la de cuando Derek estaba presente. Ni siquiera se molestó en dirigirme una mirada, y mucho menos en sonreír.

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