Se vuelve glamurosa tras la anulación del compromiso
Capítulo 996 - ¿Dónde estas Gato Negro?

Capítulo 996: ¿Dónde estas Gato Negro?

«…En la habitación nupcial.»

«¿Ah? ¿Ya te has colado en la habitación nupcial? Pero Justin no está allí ahora… ¡Ya veo!»

Nora levantó las cejas, pensando que la Reina por fin se percato de quién era…

Pero al momento siguiente, escucho a la reina hablar: «¡Debes querer asesinar a Nora!»

Nora: “?”

La Reina siguió sonriendo: «¡Gato Negro, te apoyo! Pero no puedes matar a la gente. Aunque odio a Nora, Cherry será muy lamentable sin su madre. Creo que es mejor que secuestres a Justin. Tu oportunidad…»

Nora levantó la comisura de los labios cuando escucho la voz de la Reina al teléfono y los pasos apresurados al otro lado de la puerta.

La Reina continuó: «No seas impulsiva, matar está mal, sé que eres una asesina, pero si matas a Nora, Justin no te dejará ir… yo me siento como tú, realmente la odio mucho, sobre todo su rostro sin vida, parece que no es capaz de reír, es demasiado perezosa, sólo sabe dormir todos los días… ¡Gato Negro, no seas impulsiva!» La Reina hablo, haciendo que Nora moviera las comisuras de la boca.

Al momento siguiente, escucho que la Reina bajaba la voz: «Estoy aquí en la puerta, ¿Dónde estás? Te recogeré…»

Cuando terminó de hablar, entró corriendo en la habitación nupcial.

En ese momento, sólo Nora estaba en la habitación, y el resto fueron tratados por Justin, ya que, como se casaron tan pronto como volvieron del avión, Nora tenía sueño.

Así que, después de que la Reina entrara por la puerta, primero miró a la izquierda y derecha. No vio a Gato Negro, así que le hizo un puchero frente a Nora: «Voy a ver tu habitación nupcial, ¿No te molesta?».

Nora levantó las cejas, haciéndole una señal de despreocupación.

Se apresuró a entrar en el baño. La habitación era muy grande, pero sólo había una cama grande fuera, y no se podía esconder a nadie más, así que la Reina pensó que Gato Negro se escondía en el baño.

Pero después de entrar, vio que no estaba allí.

Entonces la Reina habló en voz baja al teléfono: «Gato negro, ¿Dónde estás?»

«En la cama».

«…» La Reina se quedó atónita cuando escuchó esto.

Después de que Nora dijera esto, colgó el teléfono.

Sintió que la Reina debería haber entendido sus palabras.

Luego esperó a que la Reina saliera del baño para encontrarse con ella, también se preguntó cuál sería la expresión de la Reina cuando la viera justo después de haberla regañado durante tanto tiempo…

Al pensar en esto, vio a la Reina asomar la cabeza tranquilamente.

La Reina era rubia y de ojos azules, y con una belleza estándar. En este momento, tal acción era un poco más juguetona y menos majestuosa.

Sonrió torpemente y se dirigió hacia Nora.

Nora la miró en silencio, esperando que hablara.

La Reina se acercó lentamente a ella: «Eh… ¡Tu cama es realmente grande!».

Nora levantó las cejas y no dijo nada.

La Reina tosió, se frotó el cabello y continuó en inglés: «Mi cama en el Reino Unido no es tan grande como la tuya, tan suave… Entonces, ¿Puedo acostarme?».

Nora: “?”

Frunció el ceño y vio que la Reina se tiraba en la cama. Luego, rodó desde el principio hasta el final de la cama. Durante este tiempo, presionó el colchón con las manos, como si… ¿buscara algo?

Nora: “????”

Nora curvo sus labios y por fin comprendió lo que hacía la Reina, así que cogió su teléfono móvil y llamó a la Reina.

La Reina se sorprendió al ver el teléfono. Sonrió a Nora, luego se apartó un poco en secreto y preguntó en voz baja: «Gato Negro, ¿En qué parte de la cama estás? ¿Por qué no te veo?».

Nora: «…»

Ella se percató de que la Reina aún no lo entendía.

Acababa de dar muchas excusas y seguía rodando de un lado a otro de la cama sólo para encontrar a Gato Negro.

En este momento, ella realmente sospechaba que el cerebro de la Reina se había frito, así que se levantó lentamente, caminó detrás de la Reina y le hablo al teléfono: «Estoy detrás de ti».

«Estoy detrás de ti». En el teléfono y en la realidad detrás de ella Las dos voces se sincronizaron, haciendo que la Reina enderezara su cuerpo bruscamente y girara la cabeza con incredulidad.

.

.

.