Se vuelve glamurosa tras la anulación del compromiso
Capítulo 711

Capítulo 711: ¡Haciendo Una Apuesta!

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Cuando Nora llegó a la villa, Iris estaba sentada en el invernadero con una barra de té frente a ella. Estaba sorbiendo una taza de té, pero sus ojos estaban fijos en el invernadero.

Al oír unos pasos, se giró y miró hacia allí. Al ver a Nora, señaló el asiento de enfrente y preguntó distraídamente: «¿Puedes salvarlos?».

«Puedo intentarlo». Nora nunca había sido de las que hacen promesas absolutas.

Después de todo, las Orquídeas Fantasma eran terriblemente delicadas. Un pequeño descuido podía acarrear fácilmente problemas.

Iris tomó un sorbo de té y suspiró en silencio. Miró a Nora. «¿De verdad quieres oír esa historia?».

Nora asintió.

Iris guardó silencio durante un rato. Luego, preguntó: «¿Aunque les traiga muchos problemas?».

Nora volvió a asentir.

Aun así, Iris seguía preocupada. Siguió adelante y preguntó: «¿Le has preguntado a Justin al respecto? ¿Es esto también lo que quiere?».

Antes de que Nora pudiera hablar, la voz de Justin llegó desde la puerta: «Sí, lo es».

Al ver que él también estaba aquí, Iris se quedó de piedra.

Se quedó mirando a su hijo.

Justin ya había crecido hasta alcanzar una altura de algo más de 1,90 metros, y era una cabeza más alta que ella. Su pequeño y delgado hijo de hace veinte años ya se había convertido en un hombre con un espíritu indomable.

Iris apretó los puños.

Preguntó de repente: «¿No me odias? No importa cuáles sean mis razones, al final he estado ausente en tu vida durante tantos años».

La mandíbula de Justin estaba tensa, y la marca de belleza en el rabillo del ojo brillaba a la luz. Tras un breve silencio, respondió: «Lo hice cuando era un niño, pero ya no».

Iris se quedó sorprendida.

Justin giró la cabeza hacia un lado y miró hacia otro lado. Aparte de poder decirle cosas sensibles a Nora, en realidad se sentía un poco incómodo diciendo esas cosas a los demás.

El hombre se puso de pie. Como si estuviera hablando de asuntos de trabajo, le dijo a Iris: «Cuando era niño, todo el mundo tenía una madre menos yo. Cuando me metía en discusiones con Roger, su madre se ponía delante de él sin razón y me empujaba, pero yo no tenía a nadie así. No sólo no tenía madre, sino que incluso mi padre había desaparecido. En aquel momento, sí que te odié por ser tan cruel.

Pero ahora ya no importa, porque todo eso ha pasado. Sé que tienes tus propias dificultades y razones para hacerlo».

La voz de Justin era realmente muy tranquila y desapasionada. No había ninguna emoción en ella.

Era como si se limitara a narrar algo que había sucedido en el pasado.

Pero sus palabras pintaron una imagen muy lúcida en las mentes de Iris y Nora.

El pequeño Justin había sido intimidado. Su padre había sido expulsado de la familia. Su madre, evidentemente, seguía en Nueva York, pero no volvía a casa. Evidentemente, tenía un padre y una madre, pero se quedó huérfano en los Hunt.

Tal vez el niño había llorado en privado. Tal vez, muchas noches, había corrido a esta misma villa y mirado a la persona que estaba dentro, esperando que Iris le abriera la puerta y le diera un abrazo.

Pero no lo hizo.

Así, sin más, se había convertido en un adulto…

Nora tomó la mano de Justin y la sostuvo en silencio.

Iris sintió como si le estrujaran el corazón. Sin embargo, ya estaba acostumbrada al dolor, porque cada noche que él venía, ella sabía que estaba allí.

Lo que no sabía era que ella también lo había estado mirando desde el piso de arriba. Sólo que ella no podía bajar.

La relación más íntima del mundo era la de una madre con su hijo.

El amor de los niños por sus madres era más puro que el de sus madres por sus hijos.

Porque en el mundo de los niños, su madre era lo único que importaba.

Pero en el mundo de sus madres, siempre habría cosas que sopesar y evaluar, así como preocupaciones y reservas.

Los ojos de Iris enrojecieron. Bajó la cabeza y dijo: «Justin, te daré otra oportunidad. Ahora tienes hijos y una esposa. Si te digo esas razones, puede que tus días en el futuro ya no sean tranquilos. Pero si no lo hago… sólo me quedan pocos días por vivir. ¿No es mejor como estamos ahora?»

Así era como Iris siempre había visto la situación.

¿No era bueno que siguieran como estaban ahora, donde madre e hijo no se encontraban, y cada uno se mantenía en paz?

Cuando Justin la escucho mencionar que ahora tenía esposa e hijos, miró a Nora.

Nora le cogió la mano con fuerza, con una mirada firme y decidida.

Justin podía sentir su ánimo hacia él. Asintió a Iris y dijo: «Hemos tomado nuestra decisión».

La mandíbula de Iris se tensó.

Después de un rato, finalmente suspiró y dijo: «Muy bien, en ese caso, vamos a arriesgarnos. Si Nora realmente puede salvar esa maceta de Orquídeas Fantasma, entonces les diré la verdad».

La forma de curar orquídeas de Orchidiance era realmente muy milagrosa. Además, como estaban dando un tratamiento médico a las orquídeas, la dosis era aún más difícil de controlar.

No todos los practicantes de medicina alternativa podían hacer eso.

Incluso Orchidiance probablemente lo encontraría bastante difícil, por no mencionar a Nora.

Sería nada menos que un milagro si Nora pudiera curar a las Orquídeas Fantasma.

Iris tampoco quería llevar una vida tan aburrida. No quería fingir que estaba tranquila y que no le afectaba. Podía endurecer su corazón hacia Justin porque ya había crecido, pero también quería divertirse con Cherry.

Pensando en esto, miró a Nora con luz en los ojos.

Esta era la mentalidad de un jugador.

Cuando Justin vio su reacción, supo que Iris ya había cedido un poco. Para ser sincero, si le daba otro empujón en este momento, ella le diría la verdad.

Pero él no quería utilizar esas artimañas contra su madre.

Por lo tanto, miró a Nora.

Nora sintió una gran presión por la mirada de ambos. Las comisuras de sus labios se estrecharon y miró a Iris. Dijo: «Iris, puedes empezar a pensar en cómo contar la historia».

Sacó un papel y se lo entregó a Iris. «Esta es la receta».

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