Se vuelve glamurosa tras la anulación del compromiso
Capítulo 634

Capítulo 634: ¿Eres Tu . . .  Digna De Serlo?

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El mayordomo se fijó en Justin. Cuando estaba a punto de hablar, Justin lo detuvo. Se acercó a la puerta y miró dentro en silencio.

Entrecerró los ojos, formando una mirada de escrutinio en su interior.

A decir verdad, los padres no tenían ninguna resistencia hacia sus hijos.

Sobre todo en el caso de los que habían tenido hijos antes. Por eso, aunque Xander fuera un diablillo que había sido criado por Trueman, y aunque hubiera puesto a toda la mansión Hunt patas arriba tras su llegada, Justin pasó gradualmente de considerar al chico un extraño a sentir un poco de ternura hacia él.

Pero cuando lo vio sentado frente a Ruth, no pudo evitar fruncir el ceño.

El niño no entendía la diferencia entre el bien y el mal, ni mencionar lo que era correcto y lo que no. Además, lo que había hecho después de volver a los Hunt le había enfurecido.

Sin embargo, cuando pensaba en que podría ser el tercer hijo que tuviera con Nora, volvía a ceder.

De hecho, algo le preocupaba. Si el niño realmente no tenía esperanzas, y si estaba decidido a ponerse del lado de Trueman y Ruth, entonces, aunque tuviera que encarcelarlo de por vida, no debía permitir que hiciera daño a sus seres queridos.

Mientras contemplaba, vio que Xander le entregaba a Ruth una zanahoria. Le estaba hablando de los beneficios de comer zanahorias.

«Las zanahorias contienen muchos nutrientes. También contienen caroteno y antocianinas. Comer tres al día puede reducir los niveles de colesterol entre un 10 y un 20%. También puede prevenir eficazmente las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, lo que es muy importante para el cuerpo humano…»

Él parloteaba una y otra vez sobre los beneficios de comer zanahorias, pero Ruth se enfadó en su lugar. Le dijo: «¡Te he dicho que quiero pan! ¡Quiero arroz! ¡Quiero carbohidratos! Xander, ¡Ya he pasado hambre durante seis días! Si sigues así, me moriré».

«No, no lo harás. Las zanahorias tienen nutrientes, te mantendrán viva, así que no te preocupes. Además, aunque realmente te estés muriendo, encontraré a alguien que te salve…»

Xander habló con mucha seguridad.

Ruth: «…»

Estaba furiosa. Dijo: «Xander, dime, ¿Haces esto sólo para vengarte de mí? ¡¿Porque te hice comer zanahorias cuando eras más joven?! La oportunidad te ha llegado ahora, ¿No es así? Pero no olvides esto: ¡Volveré tarde o temprano! ¡Cuando lo haga, le diré a tu padre lo que hiciste! En cuanto a ti, ¡Llegará un día en que volverás a caer en mis garras!»

Un toque de contemplación apareció en los ojos de Xander, pero su expresión siguió siendo amistosa. Se sujetó la barbilla con las manos y dijo: «¿De qué estás hablando? No lo entiendo».

«¡¿Cómo que no?! ¡Lo hiciste a propósito! Cuando tenías cuatro años, mi hermano te confió a mi y me dijo que te cuidara durante una semana. Durante esa semana, lo único que te di de comer fueron zanahorias todos los días. ¡Debes guardarme rencor por eso! Mocoso, no esperaba que aún recordaras todo eso aunque ya haya pasado tanto tiempo. ¿Cómo te atreves a hacerme esto? Debes estar harto de vivir».

Mientras Ruth hablaba, se adelantó para golpearle.

Sin embargo, como no había comido durante mucho tiempo, estaba débil por todas partes. En cuanto se movió un poco, cayó directamente al suelo.

Xander se levantó frente a ella y se frotó la nariz.

Esta acción subconsciente suya era en realidad exactamente la misma que la de Justin.

En la puerta, Justin se quedó helado cuando escuchó su conversación y vio la acción subconsciente de Xander.

Siempre había sido un poco receloso con Xander. Por lo tanto, nunca le había agradado este hijo suyo desde su regreso.

Aunque sintiera un poco de cariño por él, lo reprimió en el fondo de su corazón y lo mantuvo oculto.

Había pensado que Trueman debía de haber tratado muy bien a Xander, lo que había propiciado el desarrollo de su carácter anárquico, pero nunca había imaginado que Xander hubiera pasado realmente por todo eso…

Dar a un niño nada más que zanahorias durante siete días… ¡¿Cómo tenía Ruth exactamente el corazón para hacer algo así?

De repente, apretó los puños y se quedó mirando fijamente la sala de interrogatorios.

Xander estaba de pie, mirando a Ruth. Después de un rato, dijo: «Sí, si mi padre no hubiera vuelto a tiempo, ¡Realmente podría haberme muerto de hambre!».

Ruth gritó furiosa: «¿Qué tonterías dices? ¡Tienes todo en tu habitación! ¡Hay fuego, hay ollas y también hay conejos! ¡Lo único que tenías que hacer era comerte esos conejos! ¿Quién te dijo que fueras tan pretencioso y dijeras cosas ridículas como que los conejos son tus amigos? ¡Incluso le diste las zanahorias a los conejos! Qué chiste. ¡Esos conejos son manjares para los humanos! ¡Realmente no sé para quién estás haciendo ese acto pretencioso! ¡Mi hermano puede mimarte y dejarte jugar con los conejos, pero yo no! Quieres mucho a tus conejos, ¿verdad? Pues a ver si te aguantas las ganas de comértelos cuando lleves semanas muerto de hambre».

Xander bajó la cabeza. «No son comida ni animales. Son mis amigos».

Ruth se burló y dijo en voz baja: «¿Y qué si lo son? ¿Acaso no se los comieron de todos modos después de morir? ¡Jajaja! Cuando mi hermano volvió, te sacó y te dio una olla de carne, ¿verdad? ¡Era una olla de carne de conejo! Y también la carne de tu favorito n° 6».

Xander tembló un poco. El delgado niño parecía emanar una sensación de soledad y confusión.

Miró fijamente a Ruth. «Sí, papá te regañó después de eso. Pensé que cambiarías, pero inesperadamente, en lugar de eso, mataste a nº 6 al momento siguiente e incluso me engañaste para que me lo comiera…»

Ruth sonrió. «¿No son deliciosos los conejos? Recuerdo que te pregunté cómo sabía en ese momento y dijiste que estaba delicioso. ¿Y después? ¿Qué pasó después? Siempre que tus conejos morían, elegías comerlos. Entonces, ¿Hay algo malo en lo que hice?».

Xander la miró fijamente.

Efectivamente, desde aquel incidente, se comía a sus conejos cuando morían.

Porque… si no lo hacía, se llevarían los conejos y los utilizarían como especímenes para más investigaciones. Sus amigos no podrían descansar en paz incluso después de su muerte.

Si se los comía, los conejos estarían a salvo.

Mientras Xander pensaba en ello, la puerta de la habitación se abrió de repente. Justin entró a grandes zancadas, con sus ojos profundos mirando fijamente a Ruth.

Había una intención asesina en sus ojos.

Ruth se sintió sorprendida e intimidada por su mirada. Pero justo después preguntó: «Señor Hunt, ¿Ha venido a dejarme salir?». La mirada de Justin se volvió aún más fría. «Sí, te enviaré a casa».

Los ojos de Ruth se iluminaron. Pero al momento siguiente, en cambio, escucho a Justin añadir: «Después de todo, uno debe acabar volviendo a sus raíces».

Ruth comprendió de repente lo que quería decir. Sus ojos se abrieron de par en par y gritó: «¿Piensas matarme? No, no puedes hacerme esto. Soy la madre de Xander».

Xander había prometido a Trueman que no revelaría su identidad. ¡Esto era lo único que podía protegerla ahora!

Inesperadamente, en cuanto dijo eso, Justin dijo: «Oh, ¿Lo eres? ¿Eres… digna de ser su madre?»

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