Se vuelve glamurosa tras la anulación del compromiso
Capítulo 192

Capítulo 192: Eligiendo Entre Dos Opciones

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Jimmy se quedó pensando un rato. Todavía le dolía un poco la cabeza, pero cuando pensó en el malestar que había sentido cuando le estaban revisando el estómago hace un momento para saber por qué había vomitado, se quedó en blanco por un momento. Luego, sacudió la cabeza y respondió: «Ya no me duele, mamá».

La madre de Jimmy dejo escapar un suspiro de alivio al instante.

La mujer, que en el fondo se había puesto bastante nerviosa, por fin se tranquilizó. Dijo: «No pasa nada mientras no te duela más. La madre de tu compañera no parece una buena persona. Apuesto a que ni siquiera tiene una licencia de médico, ¿verdad? Sin embargo, sigue diciendo tonterías. Les está bien servido que su hija ya no pueda asistir a las clases en el jardín».

Después de decir eso, se agachó, recogió a Jimmy y se fue a su casa.

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En algún gimnasio.

Jordan encontró toda la información de Cherry en poco tiempo. Frunció el ceño mientras miraba el nombre de Nora en el campo donde figuraba el nombre de la madre de la niña, y preguntó a su subordinado: «¿No tiene padre? Yo no pego a las mujeres».

El hombre respondió: «No, no lo tiene».

Jordan se quedó en silencio por un momento. Luego, dejó escapar un «hmph» y dijo: «La gente que puede enviar a sus hijos a ese jardín de infantes tampoco es de familias normales. Averigua a qué familia pertenecen. Si son gente corriente… ¡Informa a mi mujer para que lo deje, no sea que digan que estamos usando nuestro poder para intimidarles!»

«De acuerdo.»

Después de que su subordinado se fuera, alguien entró y dijo: «Señor Hoffman, ese chico Anderson está aquí de nuevo».

La expresión de Jordan se volvió inmediatamente fría. «¿Realmente tiene las agallas para venir de nuevo? ¡Tsk! Déjenle entrar».

En la puerta.

Un Logan cojeando estaba allí con los ojos abatidos. El oscuro sótano era tenue y desordenado. El joven con una mirada indómita en su semblante sobresalía como un pulgar dolorido en el ruidoso ambiente.

Esperó a que alguien le llamara para finalmente dar un paso al frente y entrar cojeando en la habitación.

Tras entrar, Logan bajó la cabeza de inmediato y dijo: «Señor Hoffman».

Jordan soltó un gélido bufido y dijo: «Nuestra casa de apuestas deportivas no es una broma».

Logan mantuvo la mirada baja.

Sus carreras de coches no eran competiciones reales. Las apuestas y el juego eran todas transacciones clandestinas. El libro deportivo de carreras de coches funcionaba únicamente con el nombre de Jordan como garantía.

Todo el dinero que Logan había ganado a lo largo de los años procedía de ellas.

Siempre había sido el mejor corredor de coches de Nueva York.

Un gran número de adinerados hacían sus apuestas allí siempre que querían apostar en carreras de coches.

Sin embargo, Logan movió su débil y renqueante pie, entonces dijo: «La próxima carrera es dentro de tres días, pero me temo que mi pie no se recuperará a tiempo para ella».

«¿Qué tiene eso que ver conmigo?» Jordan se bajó del equipo del gimnasio y se acercó. Tomo una botella de agua helada, desenroscó el tapón y se la tragó toda de un tirón.

Logan volvió a mover el pie. Dijo: «Definitivamente perderé si participo en la carrera. Estoy seguro de que los jugadores se sentirían muy afectados, así que me gustaría pedirle al Señor Hoffman que me ayude a posponer la carrera durante un mes para que pueda operarme y recuperarme.»

Jordan se burló. «Como dicen, las fracturas de huesos y los desgarros musculares tardan cien días en curarse. ¿Estás seguro de que estarás bien en sólo un mes?»

«Sí, lo estoy». Logan apretó los dientes y dijo: «Aunque no lo esté, puedo participar en la carrera».

Jordan dijo: «Ya deberías haber sabido cuando viniste por primera vez que nadie puede cambiar sus apuestas en nuestra casa de apuestas. Para los corredores como tú, sus cuerpos también son una especie de apuesta, ¿Y aún así tienes la audacia de permitirte lastimar? Perdiste la última carrera, ¿verdad? He oído que incluso has vendido tu coche deportivo. ¿Son los Anderson incapaces de desembolsar ese dinero?».

Logan dijo tercamente: «Responderé por mis propios actos. Los Anderson y yo somos entidades separadas».

Jordan se levantó y dijo: «¡Bien! ¡Admiro a los jóvenes como tú! De acuerdo, yo, Jordan, te ayudaré esta vez y me acercaré personalmente a los jugadores para explicarles la situación. Estoy seguro de que cederán gracias a ello».

Logan respiró aliviado. «¡Gracias!»

Logan sólo había conseguido pagar las enormes pérdidas de la última carrera vendiendo su coche deportivo. Si volvía a perder, los corredores de apuestas que habían visto potencial en él, así como la gente que había apostado millones de dólares por él, probablemente lo matarían.

En ese momento, alguien se adelantó de repente y dijo: «He encontrado la información, Señor Hoffman».

El hombre le entregó a Jordan su celular con el perfil de Nora en pantalla. Sus ojos se abrieron de par en par cuando vio la palabra «Anderson».

Dejó escapar una risa fría y le devolvió el celular a su subordinado. Luego, arremetió repentinamente contra Logan y dijo: «Retiro mis palabras».

Logan, que estaba a punto de marcharse, se quedó perplejo.

Sus ojos se abrieron bruscamente y volvió a mirarle.

Todo el mundo en los bajos fondos tenía miedo de Jordan. Lo encontraban grosero y poco razonable, pero a decir verdad, después de relacionarse con él durante algún tiempo, Logan sentía que en realidad era un hombre justo y leal. Sólo que era un poco protector con los suyos.

Sólo era irrazonable cuando se trataba de personas que consideraba suyas.

Por eso se había acercado a pedirle ayuda.

Preguntó vacilante: «¿Señor Hoffman?».

Jordan preguntó: «¿Qué relación tiene Nora Smith con usted?».

Logan apretó la mandíbula y respondió: «Es mi prima».

«Oh». Jordan dijo sin rodeos: «Ella me ha ofendido. Para ser más precisos, su hija intimidó a mi hijo. Por lo tanto, no le ayudaré más».

Logan estaba desconcertado.

Quiso decir algo, pero Jordan, en cambio, hizo un gesto y ordenó: «Fuera».

Algunos de los hombres de Jordan se dirigieron inmediatamente hacia Logan.

Le estaría haciendo un favor al ayudarle a salir, pero no estaba obligado a hacerlo.

Logan no se enemistó con él sólo porque de repente decidiera no ayudarle. En cambio, asintió con la cabeza, se dio la vuelta y salió de la habitación sin necesidad de que nadie lo sacara.

Cuando llegó a la puerta, escucho que Jordan, al fondo, decía lentamente: «No lo tomes a pecho. Han asustado tanto a mi hijo que ha vomitado. Al fin y al cabo, tengo que desahogar mis frustraciones en algún lugar. Si no las descargo en ti, esa mujer llamada Nora Smith tendrá que sufrir mi ira en su lugar. Por supuesto, puedes elegir entre dejar que mi mujer la golpee para descargar su ira, o elegir aceptar esta situación.»

Logan apretó los puños.

Jordan miró el informe de la investigación. Dijo: «A juzgar por los resultados de mi investigación, probablemente no seas tan amigo de ella. Estás en una situación bastante miserable en este momento: si pierdes la próxima carrera, no sólo perderás todo lo que tienes, sino que los corredores de apuestas que harán grandes pérdidas probablemente tampoco te dejarán salir. Según mis cálculos, a menos que desembolse 50 millones de dólares para devolverles el dinero, no podrá calmar su ira. Los Anderson probablemente no podrán pagar una deuda como esa».

Logan dijo inmediatamente: «Ya se lo dije, Señor Hoffman. Los Anderson y yo somos entidades separadas».

Jordan tomó asiento despreocupadamente. Sus músculos temblaron un poco y su voz fue áspera cuando dijo: «Puede que eso funcione conmigo, pero ¿Crees que también funcionará con los demás cuando seas un Anderson?».

Logan frunció el ceño.

Los juegos de azar en los bajos fondos no funcionan con las reglas habituales.

Jordan prosiguió y preguntó: «¿Te acuerdas de aquel campeón de boxeo del mercado negro de hace tres años? Desapareció después de perder un combate. ¿Sabes dónde está ahora?

Murió después de que alguien le diera una paliza en secreto. Su cuerpo fue arrojado a la alcantarilla y comido por las ratas después de morir. Además, esa gente incluso fue a su casa. Se dice que su esposa e hijos están mendigando en las calles incluso ahora».

Logan apretó los puños.

Jordan sonrió y dijo: «Por supuesto, esto no ocurrirá si consigues que tu lesión en el pie se cure en tres días, o si encuentras un corredor aún más hábil que tú que te ayude a ganar la carrera.

«Sin embargo, un corredor así no parece existir en Estados Unidos. En cuanto a la escena internacional, Yanci es el único que puede hacerlo».

Mientras los dos conversaban, la madre de Jimmy se acercó a él.

En cuanto entraron en el gimnasio, el ambiente caluroso y cargado de la sala hizo que a Jimmy le doliera la cabeza, como si grandes mareas se agitaran en ella.

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