Se vuelve glamurosa tras la anulación del compromiso
Capítulo 189

Capítulo 189: ¡Un Errado Diagnóstico de un Charlatán!

? ? ? ? ?

‘Sin otra opción’, Cherry se sentó frente a Fatty con su celular y volvió a encender el juego.

Fatty controló a su héroe y se precipitó de nuevo hacia el héroe de Cherry.

Los dos se enfrentaron en medio de la arena. Cherry parpadeó y repitió el mismo truco. Después de permitir que Fatty redujera sus puntos de vida al mínimo, ¡Ella ‘casualmente’ mató al héroe de Fatty!

Fatty se puso en pie de un salto. «¿Por qué estoy muerto otra vez?»

Cherry parpadeó con sus grandes ojos redondos. «Sí, yo tampoco hice nada. ¿Cómo he disparado el cañón? … ¡Oh, ahora lo entiendo!»

Fatty, «?»

Cherry dijo con expresión seria: «Debe ser porque tu madre siempre será tu madre. Los hijos no pueden usurpar el trono cuando quieren~»

Fatty, «!»

Sus palabras hicieron que Roger entrecerrara un poco los ojos. Para cuando Fatty se apresuró a pedir otra ronda, Raymond ya se había puesto muy ansioso e irritado por sus pérdidas.

En cuestión de pocos minutos, había perdido el 2% de las acciones de la empresa y había pasado de poseer el 20% de las acciones al 18%?

Raymond estaba tan furioso que golpeó la mesa. «¡Una vez más!»

Fatty asintió. Estaba a punto de ponerse en marcha cuando Roger le sujeto del brazo. Entonces, miró a Justin y a Cherry con una sonrisa y dijo: «Muy bien, Justin».

Justin levantó las cejas. «Ya te he dicho que no es necesario subir la apuesta de esa manera cuando los niños sólo están tonteando. Mira lo alarmado y ansioso que se ha puesto el Tío Raymond después de perder».

Sus palabras hicieron que Raymond se pusiera rojo como un tomate. Señaló a Justin con rabia y espetó: «Tú, tú, tú…».

La expresión de Justin se volvió fría y no dijo nada.

Cherry, sin embargo, dijo: «¡Papá, tengo mucho miedo! ¿Le está dando un ataque al abuelo? Le tiemblan los dedos».

Raymond, «?»

Incluso Justin no pudo evitar sonreír. Su enfado de hace un momento desapareció, su voz fue baja y suave al responder: «No, el Tío Raymond sólo está siendo un mal perdedor. Olvídalo, ya no tienes que preparar el acuerdo Sean».

Raymond supo que Justin le estaba provocando en cuanto escuchó lo que dijo.

O se aguantaba y aceptaba las palabras de Justin -pero probablemente nunca podría mantener la cabeza alta frente a los Hunts después de eso, ya que fue él quien sugirió la apuesta, pero también el que estaba siendo un mal perdedor al final- o renunciaba a las acciones.

Raymond tenía la piel gruesa. Pensando que podría redimir su reputación en el futuro, estaba a punto de hablar cuando la misma voz joven y tierna dijo: «¿Por qué iba a ser un mal perdedor papá? Ese abuelo estuvo actuando realmente increíble hace un momento, e incluso te preguntó si te atrevías a apostar con él. ¿Es él quien realmente no se atreve? Además, ¿La gente puede cancelar sus apuestas a voluntad? Papá me enseñó que siempre debo mantener mi palabra. Si no, no sería diferente de un pedo~!»

Raymond, «!!»

¡Sus palabras fueron demasiado humillantes!

¡¿Sus palabras no serían diferentes de un pedo?!

Respiró profundamente varias veces. No había manera de que se desprendiera del dinero, pero el problema era que se avergonzaría por completo… No podía soportar la agravación.

En ese momento, Roger sonrió y dijo: «Es imposible. Son sólo unos cuantos miles de millones de dólares. Papá, dáselos».

Raymond miró a Roger y exclamó: «¡Roger!».

La expresión de Roger se ensombreció. «Dáselo».

Finalmente, Raymond se dirigió hacia Justin y le dijo indignado: «¡Prepara el acuerdo!».

Sean asintió inmediatamente. «Sí señor».

Al ver que se daba la vuelta y se marchaba, Raymond dijo con sarcasmo: «Tu asistente es terrible, Justin. ¿Cómo puede decir eso cuando ni siquiera has aceptado?».

Sean le ignoró. En cambio, sus pasos hacia el exterior se aceleraron mientras se preparaba para imprimir los papeles.

Para ser sinceros, ¡El 2% de las acciones eran realmente muy importantes para ellos!

Justin, sin embargo, respondió: «Somos una familia, Tío Raymond. ¿Cómo podría tener el valor de desobedecer tus instrucciones?»

Raymond, «??»

¿Acaso había alguien que no supiera que nadie podía dar órdenes sobre los contados subordinados bajo el mando de Justin, a excepción del propio Justin?

¡¡¡Se estaba pasando de la raya al decir eso!!!

? ? ? ? ?

Mientras Cherry provocaba a Raymond y su familia en casa de los Hunts, Pete estaba en el colegio.

Durante la clase, un niño levantó la mano. «Señorita Lynn, me duele la cabeza».

La maestra se acercó apresuradamente y preguntó: «¿Qué te pasa?».

El pequeño se señaló la cabeza y respondió: «Me duele».

La Señorita Lynn no tuvo más remedio que dejarle descansar a un lado.

Después de la clase, todos rodearon al niño con dolor de cabeza.

«Jimmy, ¿Finges que te duele la cabeza?».

El chico llamado Jimmy negó con la cabeza. «No, no lo estoy haciendo».

«¡Pero mi madre dice que tu madre dice que sólo estás fingiendo que te duele la cabeza para poder pasarte de listo!»

Los ojos de Jimmy enrojecieron y se levantó. «¡Eso no es cierto! Me duele la cabeza de verdad!»

«¡Sólo estás fingiendo!»

«¡Sí, sólo estás fingiendo! Tu madre lo dijo en el chat del grupo de padres del jardín de infantes!»

Jimmy estaba tan enfadado que apretó los puños.

Mia se acercó y le dijo suavemente: «No hables así de Jimmy. Estoy segura de que no está fingiendo».

Mia hablaba en voz muy baja. A Pete le parecía que su forma de hablar era muy tranquilizadora, así que era la única con la que estaba dispuesto a jugar en el jardín.

Al ver que incluso ella había hablado, Pete miró a Jimmy y envió un mensaje de texto a Nora: «Mami, tengo un compañero de clase que no para de tener dolor de cabeza. ¿Qué pasa?».

Mientras tanto.

La madre de Jimmy se quejaba como una loca en el chat del grupo de padres.

Mamá de Jimmy: ‘La profesora me ha llamado y me ha dicho que a Jimmy le vuelve a doler la cabeza. Cielos, los niños son tan astutos hoy en día. Debe ser porque lo recogí y lo llevé a casa en el momento en que llamaron la última vez que ha aprendido a mentir ahora’.

Mamá de Brandon: «¿Siempre le duele la cabeza? Será mejor que lo mandes a hacer un chequeo».

Mamá de Jimmy: ‘¿Es necesario que un niño vaya al médico por los dolores de cabeza? Creo que está bien. Además, seguro que le hacen un montón de TACs y resonancias cerebrales. Eso expondrá al niño a la radiación».

Mamá de Helen: «Sí, los niños de hoy en día son muy inteligentes. Saben lo que les conviene y siempre están fingiendo’.

Los mensajes del chat de grupo y de Pete eran tan ruidosos que Nora no podía dormir, así que tomo su celular. Cuando vio los mensajes, le envió uno a Pete.

Pete le hizo una videollamada a Nora después de ver su respuesta. Luego, siguió sus instrucciones y le hizo un chequeo a Jimmy.

Por ejemplo, le presionó la parte superior de la cabeza y le preguntó: «¿Te duele aquí?».

Después de hacerle algunas preguntas, la voz perezosa de Nora llegó a través del teléfono y dijo: «Voy a colgar».

Luego, fue al chat del grupo y envió un mensaje.

Nora: «Mamá de Jimmy, su situación no es prometedora. Deberías llevarlo al hospital para que le hagan una punción lumbar de inmediato’.

Los padres del chat de grupo, que estaban charlando sobre cómo sus hijos siempre hacían travesuras, se quedaron boquiabiertos y todos dejaron de hablar.

Poco después, apareció la mamá de Jimmy.

Mamá de Jimmy: «¿¿¿¿???

Mamá de Jimmy: ‘¿Estás loca? Lo máximo que se necesita cuando la gente tiene dolores de cabeza son tomografías cerebrales. ¿Por qué tendría que hacer una punción lumbar?’

Nora respondió con calma: «Soy médico».

Mamá de Jimmy: ‘¿Ser médico significa que puedes decirnos que hagamos cosas? ¿Realmente tenemos un médico en el chat del grupo? ¿El Jardín de Infantes Sol de Oro Internacional tiene padres que son médicos? ¿Realmente te falta tanto dinero que quieres que realicé las pruebas médicas de mi parte?’

Los otros se hicieron eco de ella:

‘Sí, tiene razón. Los hospitales siguen recetando esto y lo otro a los pacientes hoy en día. Hay padres en esta charla de grupo que son tan pobres que quieren engañar a los demás para ganar dinero».

‘Debe ser una charlatana, ¿no?’

‘No digas tonterías aquí sólo porque tienes un poco de conocimiento. ¿Qué tiene que ver una punción lumbar con el cerebro?’

Mamá de Jimmy: ‘¡Esto es un diagnóstico erróneo de una charlatana! Salga del grupo».

.

.

.