Se vuelve glamurosa tras la anulación del compromiso
Capítulo 18 - Enseñándole a la Tutora una Lección

Capítulo 18: Enseñándole a la Tutora una Lección

Justo cuando Cherry iba a hablar, Justin frunció el ceño y preguntó: «¿Qué tipo de métodos especiales?».

La tutora suspiró y respondió: «Pete nació autista. No le gusta hablar ni sabe comunicarse con los demás. Si esto sigue así, impedirá su desarrollo. Creo que puedes considerar enviarlo a especialistas médicos para que lo traten o a una escuela para niños con necesidades especiales».

Sus ojos brillaron después de hablar.

Una vez que enviaran a Pete a una escuela para niños con necesidades especiales, le diagnosticarían una discapacidad mental. Con eso, ¡Podrían arruinar su futuro!

Cherry estaba confundida.

¡Esa profesora era horrible!

Miró a Justin. Si papá estaba de acuerdo, ella dejaría de verlo como su padre y haría que mamá salvara a Pete de sus garras.

Hmph.

La expresión de Justin se ensombreció al instante. Respondió con fiereza: «Pete está bien. ¡No necesita asistir a una escuela para niños con necesidades especiales! Si no puedes enseñarle, ¡Buscaré a alguien más! ¡Lawrence!»

«¿Sí, señor?»

Justin ordenó: «Liquida su salario inmediatamente. No tiene que venir más mañana!»

La tutora se sorprendió por su repentina ira. Justin solía ser muy educado con ellas, lo que le hizo olvidar lo dominante que era Justin en realidad.

Ella había cometido un error.

No debería haber dicho algo así. Debería haberse tomado las cosas con calma.

Viendo que se quedaba sin trabajo, para completar su misión, la tutora puso una expresión sincera y seria y dijo,

«Soy la mejora tutora doméstica de Estados Unidos, Señor Hunt. Mi consejo es, sin duda, en el mejor interés de su hijo. Ya que se niega a escuchar la verdad, tómelo como si no hubiera dicho nada. Me divertí mucho durante mi tiempo con Pete. Adiós».

Su discurso estaba muy en línea con lo que diría una profesora ejemplar.

El enfado de Justin se desvaneció un poco y dijo: «Dale medio año más de sueldo».

La tutora estaba extasiada. ¡Medio año de sueldo era mucho dinero! Junto con lo que aquella persona le había dado…

Cherry, que los escuchaba atentamente, estaba muy satisfecha.

Papá no había renunciado a Pete. En efecto, lo protegía. Sin embargo, ¡Había sido engañado por aquella tutora!

Mientras observaba a la malvada profesora caminar alegremente hacia la puerta, los grandes ojos de Cherry, como uvas, giraron un poco y preguntó: «Papá, ¿Soy un pequeño b%$#ardo sin madre?».

Justin se quedó sorprendido. Bajó la vista de repente para ver a su hijo mirándole con confianza. Su voz joven e infantil hizo que lo que dijo a continuación sonara especialmente desgarrador: «¿Soy realmente muy estúpido y tonto? ¿Acaso mamá bajó la calidad de los genes de papá?».

Justin se quedó atónito. Su hijo rara vez hablaba tanto.

Sin embargo, el contenido era especialmente impactante para él. Contuvo su abrumadora furia y preguntó con suavidad: «¿Quién te ha dicho esas cosas, Pete?».

Cherry estiró el brazo y señaló con su regordete dedito la puerta. «¡Fue ella!»

En la puerta, las piernas de la tutora se pusieron flácidas en el instante en que sintió el aura asesina y la ira de Justin. Dijo temerosa: «Deja de decir tonterías, Pete-«.

Cherry se escondió detrás de Justin y se abrazó a su pierna. Le sacó la lengua a la tutora y le dijo: «Por favor, no me pegues otra vez. Lo siento».

La tutora se quedó sorprendida.

¿Realmente se trataba de ese pequeño imbécil que no hablaba?

Al ver la expresión de miedo de su hijo, Justin no dio a la tutora la oportunidad de explicarse más. Ordenó: «¡Sácala, Lawrence!»

«Sí, señor».

Lawrence sujeto a la tutora y la trajo de vuelta.

Justin le frotó la cabeza a Cherry de forma reconfortante y le dijo: «¿Puedes salir a jugar solo un rato, Pete?».

La escena que se avecinaba era demasiado sangrienta e inapropiada para los niños.

Aunque Cherry quería estar con su padre, él tenía que enfrentarse ahora a la viciosa tutora. Era como si mamá también le vendara los ojos y le dijera que contara ovejas cada vez que se peleaba con otros cuando estaban en el extranjero.

Ella asintió. «¡Bien, papá!»

Justin sólo salió de la habitación después de ver a Cherry recoger un juguete sin que se produjeran fluctuaciones significativas en sus emociones.

Lawrence era un hombre muy eficiente. Para entonces, ya había interrogado a la tutora. Con la cabeza gacha, dijo: «… Son tu tío y su familia los que los sobornaron. Querían convertir a Pete en un niño testarudo y problemático para que sus propios hijos pudieran hacerse cargo de la corporación. Los dos tutores fueron enviados por la vieja señora, así que fueron negligentes y lo pasaron por alto».

La vieja señora era la que más adoraba a Pete. ¿Quién iba a imaginar que los tutores que ella enviaba albergaban malas intenciones?

Justin apretó los puños y preguntó: «¿Qué le hicieron a Pete?».

Al mencionarlo, Lawrence bajó aún más la cabeza. Respondió: «Le castigaron haciéndole estar de pie, golpeándole las palmas de las manos y reprendiéndole. Además, no le enseñaron de verdad. No se atrevieron a hacer ningún tipo de maltrato físico peor que ése; porque también tenían miedo de que alguien descubriera lo que estaba pasando».

Justin miró a la temblorosa mujer arrodillada en el suelo y le dio una patada en el pecho. El golpe la hizo toser inmediatamente sangre.

Su semblante oscuro y nublado le hacía parecer un demonio. Ordenó: «Échala».

El corazón de Lawrence tembló al sentir la furia de Justin.

Sin embargo, incluso él mismo estaba furioso, ni mencionar a Justin, que siempre había querido y adorado a Pete. Sólo que su forma de expresarlo no era del todo correcta.

Justin volvió a la habitación. Cuando vio la diminuta forma de Cherry sentada en el sofá y jugando con el coche de juguete, le dolió el corazón por la culpa.

Pete había estado con él desde que era un bebé. Lo había amamantado personalmente y le había cambiado los pañales, pero hasta que cumplió un año y medio, no habló en absoluto. Cuando acudieron al médico, le dijeron que Pete tenía un ligero autismo congénito.

La abuela dijo que se debía a que el niño no tenía madre y, por tanto, no tenía sentido de la seguridad. No debían permitir que un hombre adulto siguiera cuidando de él, por lo que ella había conseguido niñeras, médicos de cabecera y tutores para él.

A medida que Pete crecía lentamente y era capaz de mantener pequeñas conversaciones con la gente, se convencía de que la abuela tenía razón.

Pete era un niño testarudo y siempre le llevaba la contraria. A menudo le hacía enfadar tanto que casi le daban ganas de darle una buena paliza. A pesar de ello, seguía pensando que era una fase por la que pasaban todos los niños normales.

Eso fue, hasta el incidente de la semana pasada…

Todo fue culpa suya.

Justin se acercó lentamente. Se sentó junto a Cherry, suavizó su voz y dijo: «Papá lo siente, Pete».

Cherry extendió sus pequeños brazos y abrazó a su apuesto padre. «¡Todo irá bien siempre que reconozcas tus errores y pases página, papá!».

Justin suspiró. Luego, dijo con seriedad: «No contrataremos más tutores. Te enseñaré personalmente en el futuro».

La feliz Cherry se quedó instantáneamente petrificada. ¿Qué?

¡Lo que más odiaba era tener que hacer los deberes! ¡Ayuda, Pete!

En la planta baja.

Cuando Nora regresó a la habitación, encontró a su hija sentada en el sofá y mirándola obedientemente en lugar de jugar como solía hacerlo.

Se acercó y besó a Pete en la frente. «Hoy te has portado muy bien, cariño».

Los suaves labios se apretaron contra su frente, haciendo que Pete se quedara helado. Pero, al mismo tiempo, surgió en él una sensación de anticipación.

Mami es tan amable y gentil.

Miró a mamá con anhelo e inconscientemente se levantó y la siguió. Al hacerlo, de repente se encontró con que su madre se detenía y le miraba con una sonrisa medio divertida. «¿Tienes intención de bañarte junto a mamá, Cherry?».

¡Sólo entonces Pete se dio cuenta con un sobresalto de que la había seguido hasta el baño del dormitorio principal!

Estaba a punto de retirarse, pero Nora se agachó y lo levantó. Dijo: «Olvídalo, vamos a bañarte primero».

Las alarmas sonaron en la cabeza de Pete.

¿No se revelaría su identidad como varón si ella lo bañaba?

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