Regresando de la muerte
Capítulo 1542

Capítulo 1542

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Vivian tenía los ojos enrojecidos mientras salía de la escuela arrastrando su equipaje.

El guardia de seguridad se sorprendió al verla.

¿Incluso una chica tan hermosa como ella está llorando? Parece que ese chico, Kurt, es realmente una persona terrible. Normalmente, cuando las chicas de la escuela iban a buscarlo, siempre acababan llorando porque él las ignoraba. Y ahora, ¿Le pasa lo mismo a una chica hermosa como ella?

Estaba un poco furioso.

Justo cuando estaba a punto de defenderla, un adolescente vestido con una capucha azul salió corriendo. Al ver que Vivian estaba a punto de salir del recinto escolar, se apresuró a agarrarle la mano.

«Tú… ¡Suéltame!» Vivian se alegró de verlo cuando se dio la vuelta.

Sin embargo, en cuanto recordó el trato frío y grosero que le había dado Kurt hace un rato, volvió a alterarse y trató de hacerle aflojar el agarre con furia.

Esta vez, Kurt no iba a soltarla.

Vivian se quedó sin palabras.

Kurt sujetó la mano de la chica con fuerza y la miró fijamente con sus hermosos ojos, suplicando, «Me he equivocado. Vamos. Te invito a un pastel de fresa y a un batido». Así era él.

Siempre se enfadaba sin motivo, pero se disculpaba con ella fácilmente. No importaba quién fuera el equivocado, él se disculpaba inmediatamente y la engatusaba cada vez que se enfadaba.

Al final, Vivian accedió.

Después, ambos tomaron un taxi y se dirigieron a la Vieja Ciudad para disfrutar de la tarta de fresa y el batido favoritos de Vivian.

«¡Oh, y quiero dos vasos más de batido!» dijo Vivian al dueño de la tienda.

Era realmente una glotona.

Antes de empezar a comer, ya estaba preocupada por no tener suficiente. Así que se puso delante del dueño de la tienda, babeando y mostrando dos finos dedos para enfatizar sus palabras.

La dueña de la tienda estaba encantada de ver a una chica tan hermosa.

Por lo tanto, les sirvió dos grandes porciones.

«Aquí tienes. ¿Quiere tu novio algo?», preguntó de repente la dueña de la tienda.

En aquella época, era normal que los adolescentes sintieran algo durante su adolescencia. Desde el punto de vista del dueño de la tienda, Vivian parecía hermosa y encantadora, mientras que el chico parecía un poco frágil.

Sin embargo, tenía un comportamiento tranquilo y firme, que no le hacía parecer un niño.

Por eso le hizo esa pregunta.

No obstante, en cuanto dijo esas palabras, la chica que tenía delante se sonrojó y negó rápidamente: «No, no. Señora, es mi hermano menor, no mi novio».

La dueña de la tienda se quedó sin palabras, al igual que Kurt, que estaba detrás de ella y se disponía a pagar la comida.

Su rostro, hermoso y de piel clara, se oscureció y sus ojos oscuros se quedaron sin emoción.

Unos minutos más tarde, Vivian salió de la tienda con un vaso de batido en las manos mientras el chico que estaba detrás de ella sostenía su pastel de fresa. Finalmente no pudo aguantarse y dijo: «Vivi, no soy tu hermano menor».

«¿Eh?» La chica, que estaba bebiendo su batido, se giró al instante.

¿No es mi hermano menor? Entonces, ¿Qué es él?

Sus bonitos ojos miraban sin comprender al adolescente que era más alto que ella.

“Pero tú eres más joven que yo».

«Eso aún no significa que sea tu hermano menor. Vamos. Vámonos. Es hora de ir a casa». Sintiéndose enfadado de nuevo, le sujetó la muñeca y empezó a caminar hacia su casa.

Vivian se sentía miserable.

¿Qué tiene de malo ser mi hermano menor? ¿No es genial? De todos modos, no tengo un hermano menor.

A pesar de ello, no tuvo más remedio que seguirle mientras comía su comida al mismo tiempo.

Al principio, pensó que él iba a hacerla volver a casa.

Para su sorpresa, una vez que regresaron a la escuela, él empacó algunas cosas de su dormitorio y salió con una bolsa de lona que estaba descolorida por los innumerables lavados.

¿Qué está haciendo?

Vivian parpadeó con sus grandes y brillantes ojos y le preguntó a Kurt: «¿Qué estás haciendo?».

Kurt respondió estoicamente: «Enviándote a casa».

¿Eh?

Vivian estaba totalmente aturdida.

No fue hasta que se subió a un taxi cuando por fin recobró el sentido común. Entonces, rápidamente, dio un vistazo al chico que estaba a su lado.

“Espera. Tus clases siguen en marcha.

¿Qué vas a hacer con ellas si me mandas de vuelta?».

«Simplemente ignóralo». Kurt se inclinó para ayudarla a abrocharse el cinturón de seguridad con tranquilidad.

Vivian se quedó sin palabras.

Al bajar la cabeza, se dio cuenta de lo cerca que estaba de ella, hasta el punto de poder ver las gruesas pestañas de sus párpados. Al final, su rostro enrojeció.

Pronto, ambos se dirigieron al aeropuerto para volar a Jadeborough.

Como los padres de Vivian estaban en la montaña y sus dos hermanos mayores no estaban de vacaciones, ella sugirió dirigirse a la montaña para buscar a sus padres nada más llegar.

Al oír eso, Kurt dudó por un momento. Sin embargo, entró en el coche con ella.

Dos horas más tarde, llegaron por fin al templo de Aquene.

El solsticio de verano era la época más tranquila y pacífica para el templo.

La exuberante montaña estaba relativamente menos concurrida debido al clima cálido. Lo único que se oía en el bosque era el sonido de la naturaleza. Aparte de la calurosa brisa de la montaña, todo el viaje hasta la cima parecía que estaban entrando en un paraíso separado del mundo.

Mientras tanto, Vivian se sentía emocionada porque iba a ver a sus padres pronto.

Sin embargo, en cuanto recordó que su padre seguía inconsciente, no pudo evitar sentirse molesta. Por eso, mientras se acercaban al templo, su comportamiento activo fue sustituido por el silencio.

Al mismo tiempo, Kurt, que estaba sentado a su lado, se había dado cuenta de todo. Sin embargo, no dijo nada y se quedó a su lado.

Unos diez minutos después, llegaron por fin al templo.

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