Regresando de la muerte – Acceso Anticipado
Capítulo 902

Capítulo 902:

Sasha: ¿Empiezas a recordar cosas, cariño?

Cariño: ¿Como por ejemplo?

Sasha: Es decir… has mencionado nuestro matrimonio. ¿Has recordado cómo acabamos juntos?

Sasha se aferró a su teléfono con la respiración contenida y estaba tan nerviosa que las palmas de sus manos se pusieron húmedas.

Por la razón que fuera, él cesó repentinamente la correspondencia después de que ella enviara esto.

Mientras tanto, allí estaba ella, toda nerviosa mientras esperaba en su habitación.

Sin embargo, el teléfono se quedó en silencio.

Maldito sea este hombre…

Consideró hacer una llamada de voz, pero fue entonces cuando escuchó pasos acercándose desde afuera.

«¿Estás ahí arriba, Sasha?»

«¿Quién es?»

Sasha sólo pudo colgar su teléfono y salir.

«¿Tía Janice? ¿Qué te trajo aquí hoy?» Se sorprendió bastante al ver a la mujer de mediana edad que se había mostrado de la nada.

Esta mujer era Janice Durant, que no había aparecido desde el día de la fiesta.

Tal vez debido a lo ocurrido en ese evento, Janice parecía ahora especialmente cohibida ante Sasha.

«Sí. Tu abuelo quería que compartiera contigo cómo se gestiona una casa. ¿Has hecho esto antes, Sasha?» explicó Janice gentilmente.

Sasha se quedó boquiabierta.

¿Administrar una casa?

¿Qué significa eso? ¿Por qué ese viejo hace esto de repente?

En medio de su inquietud, Sasha preguntó: «¿Qué quiere decir? ¿Pretende… que yo administre Oceanic Estate?»

«Sí. ¿No te has dado cuenta de que hace tiempo que no hay una figura femenina en Oceanic Estate? Desde que no tuvo otra esposa después de tantos años y Stephen y los demás se mudaron después de casarse, todo había quedado en manos de Tony todo este tiempo. Ahora que estás aquí, ¿No debería ser hora de que te hicieras cargo de estos asuntos?».

Janice sonrió y asintió como si fuera sólo el curso natural de las cosas.

Sasha, sin embargo, estaba completamente asombrada.

Nunca se había planteado dirigir las cosas aquí porque ésta era la única Oceanic Estate, el punto de confluencia de los miembros de esta poderosísima familia. ¿Qué derecho tenía ella como nieta política para empezar a llamar la atención aquí?

Además, ni siquiera había dirigido nada en los Hayes. ¿Cómo sería capaz de dirigir este lugar?

Sasha trató de rechazarla.

“Me estás tomando el pelo, Tía Janice. ¿Cómo voy a saber hacer esto?»

Eso hizo que Janice se pusiera bastante nerviosa.

“Estoy hablando en serio, de verdad. Tu abuelo está esperando abajo ahora mismo, así que puedes ir a verificar esto con él por ti misma».

Después de eso, ella directamente medio arrastró a la muda y estupefacta Sasha fuera de la habitación.

¿Por qué querría que me hiciera cargo de las cosas cuando los Jadeson no están desprovistos de gente con talento? Descartando a los que están demasiado lejos, ¿No tendría sentido que su propia nuera mayor, Jasmine, dirigiera Oceanic Estate?

Al fin y al cabo, tanto Stephen como Jasmine siempre han dirigido el negocio familiar. Y dado que la propia Jasmine profesaba a menudo su deseo de dirigir las cosas en casa una y otra vez, resultaba incomprensible que el anciano no acudiera a ella.

Con una mezcla de confusión y pura incredulidad, Sasha fue llevada a la planta baja, donde rápidamente vio al anciano sentado en el salón. Además de él, vio que el padre de Devin, Stephen, también estaba presente.

«Papá, ¿Quieres decirme… que también tienes intención de dejar que Sebastián dirija la fábrica de vidrio templado?»

«¿Hay algún problema?»

Jonathan miró a su propio hijo con los ojos desorbitados y le dirigió una severa mirada de desaprobación en cuanto percibió la falta de voluntad de éste.

Eso hizo que Stephen se encogiera y cambiara inmediatamente su propio tono.

“No… no es así. Sólo quería preguntar qué parte es específicamente la que querías que te entregara».

«Obviamente, me refería a las fábricas de vidrio y a la planta de fundición, así como a las acciones que posees en varias empresas estatales importantes». Una vez más, Jonathan reiteró su punto de vista con impaciencia.

Cuando la voz de Jonathan se apagó, Stephen pareció aún más perturbado y se quedó clavado en el sitio.

Lo que Jonathan mencionó, en realidad, constituía la parte más importante de los activos de los Jadeson. Las fábricas de vidrio templado y de fundición eran proveedores directos de los militares, gracias a la relación que la familia había establecido con ellos.

Ni que decir tiene que lo mismo ocurría con las acciones que mencionaba Jonathan. Los negocios y las acciones habían sido la principal fuente de ingresos de la familia durante muchos años.

¿Qué me quedaría a mí si una cartera tan importante tuviera que ser entregada a Sebastián ahora? ¿Esos pocos restaurantes y ese puñado de supermercados? ¿De qué sirven? ¡Prácticamente me están reduciendo a una mera figura decorativa!

Stephen nunca se había sentido tan descorazonado.

Sasha llegó abajo.

“¿Preguntaste por mí, abuelo?»

Jonathan asintió y señaló la silla que tenía delante para que Sasha se acomodara en ella.

“Ah, sí. Haz que Janice y Tony te acompañen mañana a La Ataraxia y preséntate a la gente de allí. Además, haz un viaje a Gossamer Creek y deja que Janice sea tu guía». Sasha se quedó atónita.

¿La Ataraxia? ¿Gossamer Creek? ¿Dónde están esos lugares?

Sasha no entendía la posición en la que la habían puesto, pero el cambio en las expresiones de Stephen y Janice al oír la mención de esos dos lugares era inconfundible.

La Ataraxia era el lugar donde residía Jared Jadeson.

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