Regresando de la muerte – Acceso Anticipado
Capítulo 849

Capítulo 849:

«¡Doctora West, sólo intentaba no avergonzarle!» Finalmente, la paciencia de Tony se quebró.

¿Qué está tratando de insinuar al decir que no tengo marido? ¿No es mi marido el Señor Hayes?

Después de que Sasha fuera expulsada de la habitación, echó humo de rabia. Al principio, había esperado que las cosas fueran como la seda; sin embargo, todo se convirtió en un enorme desastre.

¿Qué debo hacer ahora? ¿De verdad voy a irme así?

Sasha dio un vistazo a un lado y vio a su hija con los ojos llorosos. Decidida, sacó su teléfono y envió un mensaje de WhatsApp.

Macy envió un mensaje de texto: Señor Hayes, ¿Está usted ahí? Antes, tu abuelo me ha echado. Dice que no te estoy curando. Pero la verdad es exactamente lo contrario. He estado poniendo toda mi energía en asegurarme de que te recuperes. Además, tú también has empezado a mostrar signos de mejoría. ¿Puedes convencerle de que me deje volver?

Para volver, Sasha se volcó en el mensaje y pidió la ayuda de Sebastián.

Poco después de enviar su mensaje de WhatsApp, Sasha recibió una respuesta que hizo que su corazón se hundiera de desesperación.

Sebastián: Esto no tiene nada que ver conmigo.

Macy: ¿Señor Hayes?

Sasha no podía creer lo que veían sus ojos. ¿Cómo puede ser tan cruel? Creía que nuestra relación estaba mejorando, ya que nos llevábamos muy bien. Incluso voló hasta Jetroina para traerme de vuelta. No puedo creer que me haya enviado un mensaje tan despiadado.

Inmediatamente, los ojos de Sasha se enrojecieron de pena.

Antes, en Oceanic Estate, Sasha no se había sentido particularmente afectada a pesar de los duros y crueles insultos del mayordomo.

En cambio, la fría respuesta de Sebastián la hizo alterarse de inmediato.

Macy: Señor Hayes, soy su médico de cabecera. ¿Qué relación tiene esto con usted? Tú tienes la autoridad para decidir si me quedo o me voy.

Una vez más, Sasha se humilló en un intento de recibir la ayuda de Sebastián.

Pero esta vez, no recibió respuesta a su mensaje.

Era como si estuviera hablando con él en la vida real. Cuando él no quería escuchar sus palabras, miraba en otra dirección e ignoraba su existencia.

Tras su silencio sepulcral, las esperanzas de Sasha se desvanecieron en el aire.

Apoyó la cabeza contra el volante mientras las lágrimas empezaban a correr por sus mejillas.

Vivian, que capto la vista de las lágrimas de su madre, sintió una sensación de frustración.

Al principio, quiso ponerse en contacto con sus hermanos para pedirles ayuda. Pero después de que los hermanos empezaran a quedarse juntos, sus hermanos dejaron de facilitarle ningún dispositivo de comunicación. ¿Cómo voy a contactar con ellos ahora? Matt, Ian, ¡Mamá está siendo acosada de nuevo!

En medio de sus frustraciones, Vivian también rompió a llorar.

Sin que el dúo madre-hija lo supiera, Sebastián no estaba en Oceanic Oceanic. Antes de que saliera el sol, Jonathan lo había arrastrado hasta el ejército.

Después de que Jonathan se diera cuenta de que Sebastián se había recuperado, insistió en traer a Sebastián aquí para entrenar y fortalecer su cuerpo.

«¡Ay!» Con un gruñido de dolor, Sebastián volvió a chocar contra el suelo.

En un abrir y cerrar de ojos, la frente de Sebastián estaba empapada de sudor.

«Mark, es un novato total cuando se trata de este tipo de entrenamiento duro. ¿No estás siendo demasiado duro con él? Tú tienes que tener cuidado de no empujarle más allá de sus límites», llamó el instructor de entrenamiento.

«No pasa nada. Sólo hay que vigilarlo. El Viejo Señor Jadeson dijo que su cuerpo se deterioró tras sufrir una grave enfermedad que lo aquejó dos veces. Este tipo de entrenamiento será perfecto para que recupere la salud». respondió Mark con indiferencia.

Al mismo tiempo, Mark dirigió una mirada al hombre que aún tenía el teléfono y la maleta en sus manos.

Con eso, el instructor de entrenamiento dejó escapar un suspiro de alivio.

“Ya que es el Señor Jadeson, deberíamos seguirlo. ¿Cuánto tiempo piensas mantenerlo aquí?»

«¿Son suficientes tres meses?»

«¡Es más que suficiente!»

El Señor Jadeson debe estar planeando mantener a este hombre temporalmente aquí.

Sin otra opción, Sasha decidió dar con Devin.

Jadeborough estaba vacío ahora. Después de la muerte de Calvin, Karl y Sabrina trajeron su cuerpo para un entierro apropiado y nunca pusieron un pie en Jadeborough desde entonces.

Devin, que se había enterado del asunto de repente, se apresuró a acercarse con una mirada de sorpresa pintada en el rostro.

“¿Está loco? ¿Incluso te ha echado?» exclamó Devin.

«No le culpes. Me pasé de los límites y no controlé mis acciones. Ahora mismo, lo único que me preocupa es que no haya nadie en Oceanic Estate que se ocupe de él. Si no me ocupo de él, cualquier avance en su recuperación volverá a su estado original” explicó Sasha a Devin su mayor preocupación después de recuperar la compostura.

El propio Devin estaba sumido en sus pensamientos.

¿Cómo puedo ayudarla? El único método viable es idear un plan para ayudarla a reincorporarse a Oceanic Estate.

Sin embargo, Sasha y Devin no eran conscientes de que, justo cuando se encontraron, la misteriosa figura que había estado siguiendo a Devin también se fijó en el dúo.

El hombre, que tenía la mirada fijada intensamente en el cuadro colgado en la pared, salió de su aturdimiento cuando escuchó el informe. Antes, estaba echando humo por el fracaso de su segundo plan.

“¿Un médico de familia? ¿Quién es ella?», preguntó el hombre con curiosidad.

«Es la médica de cabecera de Sebastián. Fue ella quien descubrió que la tienda de dulces estaba contaminada con veneno». La figura agazapada en el exterior explicó apresuradamente.

«¿Estás seguro de que es ella?»

«Estoy seguro». Al mismo tiempo, el hombre de fuera le entregó una foto con dedos temblorosos.

Detrás de la cortina, el hombre tomó la foto y la miró. Cuando capto a la mujer, su mirada se estrechó antes de que una amplia sonrisa se extendiera por su rostro.

“Ha resultado ser ella», reflexionó el hombre.

La figura de fuera notó un cambio en el tono del hombre. Inmediatamente, levantó la vista y preguntó titubeante: «Jefe, ¿La reconoce?». Sin embargo, el hombre no ofreció ninguna respuesta.

Después de observar el cuadro durante un rato más, lo dejó a un lado. Bajo la luz del sol que entraba por la ventana, un rastro de alegría estaba presente en los ojos color ámbar del hombre. Por supuesto, la reconocería. ¿Cómo no iba a hacerlo? Debía de haberme esforzado demasiado. Después de todo, ¿Cómo podría olvidar a una persona tan importante?

.

.

.