Regresando de la muerte – Acceso Anticipado
Capítulo 722

Capítulo 722:

«No somos parientes, nosotros…»

«¿Por qué dices tantas tonterías? ¿No querías usarlas para matarme? Ya que ellos no pudieron hacerlo, tú puedes hacer los honores. ¿Por qué la necesidad de encontrar tantas excusas?», pronunció el hombre de la silla de ruedas.

Aunque su expresión era tranquila y su tono de voz era indiferente, sus palabras eran excepcionalmente duras y sarcásticas.

Al instante, Jonathan se agrió como si hubiera recibido una bofetada en el rostro.

«Tú…» Apretó los puños y se hizo crujir los nudillos, pero al final consiguió controlar su temperamento.

Con un aspecto hosco, le dio una advertencia.

“No seas tan engreído, Sebastián. Algún día te vas a arrepentir». se burló Sebastián.

¿Arrepentirse? Lo que más lamentaba era haber nacido en la Familia Jadeson.

Poco después, Jonathan se fue.

Pidió a sus hombres que se encargaran de todos los cadáveres y no siguió con el asunto. Como no mencionó lo que le haría a Sebastián, el incidente quedó como estaba.

Barrer el asunto bajo la alfombra era algo injusto. Este fue claramente un caso de asesinato intencional. ¿Quién es el autor intelectual? Jonathan es muy consciente de ello; sin embargo, decidió no hacer nada al respecto. Esto es molesto.

«Sólo ignóralo. Lo más importante es que el Señor Hayes está a salvo. El resto es secundario», aconsejó Grayson a Sasha.

Ella asintió en respuesta.

Así es, siempre y cuando esté sano y salvo. ¿Qué esperaba de una familia tan terrible?

Sasha abandonó el tema y dejó de pensar en ello. Luego, volvieron a la sala.

Vivian seguía en un inmenso shock. Así que Sasha decidió no quedarse en el hospital.

Karl, en cambio, protegería a Sebastián en secreto.

«Voy a llevar a Vivi a casa, Señor Hayes. Si necesita algo, llame a la enfermera», le recordó amablemente antes de marcharse.

En ese momento, Sebastián estaba leyendo tranquilamente en la cama.

Tras el incidente del día, la herida de su mano se abrió. La enfermera tuvo que vendarlo de nuevo. En ese momento, estaba apoyado en la cama y leyendo en la pequeña mesa que se utiliza para las comidas.

Sasha esperó su respuesta, pero se sintió muy decepcionada porque ni siquiera le dirigió una mirada.

Aparte de los ruidos del aire acondicionado, había un silencio absoluto en la sala, como si ella no existiera.

Bien, tratar con él es una pérdida de tiempo.

Cuando Sasha estaba a punto de salir con su hija, él dijo: «No tienes que venir mañana».

«¿Eh?» Ella se detuvo en su camino, aturdida.

“¿Por qué? Soy tu médico, ¿Por qué no debería estar aquí?»

«Mi médico de cabecera es Grayson, no tú. Le informaré de esto. A partir de mañana, no necesitas venir más aquí»

Era decidido y frío. A Sasha le dolió que le negaran el reconocimiento de ser su médico. Además, también le pidieron que no lo atendiera más. Su rostro palideció.

Por un momento, no pudo encontrarle sentido a lo que el hombre acababa de decir.

No, ¿Por qué ha dicho eso de repente? ¿No acabamos de pasar por una experiencia cercana a la muerte esta tarde? ¿Por qué nuestra relación no ha mejorado?

En lugar de eso, ¡Me está echando una vez que todo eso ha terminado!

Sasha estaba desconcertada.

Quería seguir preguntando, pero fue interrumpida por la nueva enfermera.

“Doctora West, como el paciente ya no requiere sus cuidados, creo que es mejor que se vaya ahora, no sea que se enfade».

Dicho esto, la enfermera sacó a la madre y al niño de la habitación.

Sasha vaciló en la puerta. Echó un último vistazo al hombre a través de la rendija. Después de ver su expresión fría, se fue con Vivian, sintiéndose agraviada.

¿Por qué actúa así de repente?

Con ese inquietante pensamiento, Sasha salió del hospital.

Diez minutos después, Grayson llegó a la sala tras recibir la noticia.

«¿He oído que has echado a mi asistente? ¿Qué es lo que pasa? ¿Es por lo que ha pasado hoy, Señor Jadeson? ¿Tiene miedo de que no esté segura si está cerca de usted y pueda meterse en problemas?»

Sonriendo, Grayson cogió una silla y tomó asiento frente a la cama.

Al escuchar eso, Sebastián, que estaba disfrutando de un poco de música, se volvió inmediatamente sombrío y negó: «¡No!»

«Entonces, ¿Por qué no dejas que te trate? Ya te lo he dicho antes, aunque sea mi asistente, tiene grandes habilidades. Tú te has dado cuenta, ¿Verdad? Tu insomnio, así como las heridas de tu cuerpo, han mejorado enormemente bajo sus cuidados». Grayson intentó utilizar su recuperación para persuadirle.

Sin embargo, Sebastián permaneció indiferente.

De hecho, el método de Grayson fue contraproducente.

“¿Por qué estás aquí? ¿Decoración? ¿Cómo puedes pedirle a un asistente que trate a tu paciente?», se burló Sebastián.

Grayson se quedó sin palabras.

Este tipo es un incordio. ¿Por qué es tan terco?

A Grayson no le quedó más remedio que seguir su idea. Se levantó y dijo, «Bien. Ya que la has rechazado, la asignaré para que se ocupe de otros pacientes. En cuanto a ti, haré otros arreglos».

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