Regresando de la muerte – Acceso Anticipado -
Capítulo 720
Capítulo 720:
Sebastián no dijo una palabra, ni retiró su mano.
Como un lobo solitario, se limitó a sentarse en su silla de ruedas, mirando a aquellos dos como si fuera un fantasma que acecha en la oscuridad. Su mirada era inerte y extremadamente aterradora.
«Tú suéltate primero», dijo finalmente. Una sensación de calma se reflejaba en su voz.
Sasha levantó su rostro bañado en lágrimas y le dio un vistazo, desconcertada.
Su expresión sombría y su mirada gélida contrastaban completamente con la brillante luz del sol. No había la más mínima emoción en su rostro inexpresivo. Los rayos del sol le iluminaban, dando la impresión de que llevaba un abrigo dorado.
La pintoresca escena parecía muy surrealista.
¿Qué está planeando hacer?
Sasha soltó su agarre sobre él.
«¿Cómo vas a salvarla?»
«Tú no tienes que preocuparte por eso. Tú sólo tienes que dejar este lugar con ella una vez que la niña venga. ¿Entendido?» Le recordó Sebastián con severidad.
Mordiéndose los labios, Sasha le vio empujar la silla de ruedas por su cuenta mientras se acercaba a los dos hombres de negro.
“Todo lo que quieren es esta vida mía. ¿Por qué molestarse en armar tanto alboroto? Dejen a la niña en paz y les daré lo que quieren”.
“Jajaja…» Ambos hombres estallaron en carcajadas en la azotea.
«Es bueno que conozcas tu lugar, Sebastián. Genial. Levanta la pistola y apunta a tu cabeza. Cuando te pida que dispares, te devolveré a la niña simultáneamente».
¡Esta gente es tan malvada! De hecho, se les ocurrió hacer ver que Sebastián se quita la vida sólo para poder lavarse las manos.
Sasha se horrorizó cuando vio a Sebastián hacer lo que le decían, apuntando el arma a su sien.
«¡No!» conmocionada hasta la médula, gritó a todo pulmón y se lanzó hacia él.
¿Se le ha ocurrido esta idea?
Se lanzó hacia él y le arrebató frenéticamente la pistola de la mano.
“Sebastián, ¿Qué estás haciendo? ¿Estás loco? ¿Cómo puedes cambiar tu vida para salvar a tu hija?»
«¡Vete! Este es mi asunto personal. No es de tu incumbencia, ¡Así que piérdete!» Ardiendo de ira, ladró.
Sus ojos estaban llenos de una fuerte intención asesina y su rostro, feroz. La apartó de un empujón sin piedad.
Así es, esta es mi manera de salvar a la niña.
Ya sabía de antemano quién había enviado a esa gente y con qué objetivo. Dado que era así, pensó que no era gran cosa cambiar su vida por la de la niña. Al fin y al cabo, tanto la madre como la hija no tenían nada que ver con el asunto desde el principio.
Sin embargo, la mujer parecía decidida a no dejarle hacerlo.
«¿Por qué no tiene nada que ver conmigo? Eres un idiota egoísta. Siempre eres así, tomando tus propias decisiones por los demás. ¿Cómo sabes que no me concierne? ¿Eh?» Sasha respondió furiosa y lo miró fijamente con un par de ojos inyectados en sangre.
En efecto, es un idiota total, ¡Exactamente igual que lo que era hace medio año!
Las uñas de Sasha empezaron a crujir mientras la sangre corría por la empuñadura del arma.
A poca distancia, Vivian, que estaba sujeta por el hombre de negro, se lamentaba con fuerza al atrapar una mirada de sus padres.
“Papá… Mamá… Sálvame, mami…»
Un miserable grito de agonía cortó el aire, atravesando el corazón de todos.
Viendo como las cosas se salían por la tangente, el hombre que tenía a Vivian en brazos, la levantó en el aire.
«¡Mamá!», gritó su voz aterrorizada desde el aire.
Al escuchar eso, Sasha se estremeció de miedo, e inconscientemente soltó el agarre del arma.
«¡No!»
*¡Thump!*
Antes de que nada pudiera ocurrir, un hombre fue empujado al suelo violentamente.
«¡Te reto a que le pongas un dedo encima!», rugió como una bestia. A continuación, apretó el gatillo.
*¡Bang!*
Por un momento, el tiempo parecía haberse detenido. El aire que los rodeaba era tan espeso como la mantequilla; la tensión era tan aguda que casi se podía cortar.
Sin saber qué hacer, Sasha se quedó paralizada. Una fuerte sensación de horror, desesperación y furia la abrumó.
Se quedó completamente paralizada, sin poder pensar en absoluto.
Entonces, el arma cayó en un charco de sangre en el suelo. Asustada, recuperó poco a poco el sentido común.
«¡Estás loco! ¿Qué crees que estás haciendo?», recogió la pistola y le gritó al hombre. Al estar emocionalmente destrozada, deseó poder abofetearle para aliviar su furia.
En cuanto a ese hombre, Sebastián, cambió su mirada de su dedo magullado a la pistola en la mano de Sasha, y finalmente, al delgado dardo volador que estaba en el suelo.
Frunciendo el ceño, dio un vistazo.
Una figura imponente apareció de la nada. Era muy robusto y vigoroso, como un guepardo.
Se interpuso entre los dos hombres de negro.
¿Quién es este tipo? ¿Cuándo ha aparecido?
Sebastián entrecerró los ojos ante él.
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Nota de Tac-K: Tengan una linda linda mañana queridas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (>‿=)✌
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