Regresando de la muerte – Acceso Anticipado
Capítulo 544

Capítulo 544: 

A pesar de lo mucho que odiaba a Yancy, Sasha no quería que Sebastián se dejara cegar por el odio.

Si ella dejaba que Sebastián se dejara llevar por sus emociones, lo devoraría como una serpiente por dentro.

Sería muy difícil para ella salvarlo del pozo para entonces.

«Karl, ¿Podrías enviarme al hotel primero? Volveré después de que llegue Sebastián. Ok?» Sasha se repitió hasta que volvió a caer en el sueño.

Cuando Sebastián llegó al aeropuerto en su jet privado, ya eran las tres de la tarde.

Sasha dormía profundamente en la cama cuando llegó al hotel.

«¿La ha visto el médico?»

«Sí. El médico ha dicho que está muy débil. Estaba dr%gada y no había comido porque no quería ceder ante esa bruja malvada. Oh, el médico también dijo que… um… hay signos de autolesión».

La voz de Karl se apagó hacia el final porque sabía que Sebastián se enfadaría. También estaba perturbado porque sentía pena por Sasha.

La rabia se instaló en los ojos inyectados en sangre de Sebastián. Se apresuró a acercarse a la cama y levantó la manta para comprobar la muñeca de Sasha.

Efectivamente, había una cicatriz de una herida profunda. Era obvio que Sasha realmente quería acabar con su vida. Sebastián perdió el control y golpeó su puño contra la pared con toda su fuerza.

«¡Señor Hayes!» Exclamó Karl.

«Quiero que Sinch Enterprise desaparezca en un mes. ¡Los quiero destruidos! Destrúyanlos por completo».

Dio la orden palabra por palabra entre dientes apretados.

Los ojos de Karl se abrieron de par en par con asombro.

¿Acabar con el Sinch Enterprise en un mes?

¿Acaso es posible? Sinch Enterprise no era una empresa pequeña. Era una de las principales empresas de Astoria. Era la siguiente después de la Corporación Hayes.

Adquirir una empresa como esta sería una hazaña bastante difícil, pero Karl aceptó rápidamente.

Casi se olvidó de que el propio Sebastián no era un pez pequeño en el mundo de los negocios, así que Karl se dispuso a llevar a cabo su nuevo encargo.

No fue hasta las nueve de la noche que Sasha se despertó. Abrió lentamente los ojos cuando sintió una presencia cómoda y familiar a su lado.

«¿Estás despierta?»

Cuando Sebastián se dio cuenta de que estaba despierta, la rodeó con sus brazos y la levantó, para luego colocarla en su abrazo.

¿Qué está pasando?

Sasha levantó la vista confundida.

Parpadeó con fuerza, tratando de encontrarle sentido a lo que estaba sucediendo.

«Sebby… ¿Eres tú?»

Sus mejillas se pusieron rojas cuando se dio cuenta de que era Sebastián. Cambió su mirada y se acurrucó en sus brazos.

¿Qué está haciendo?

¿No puede darme un respiro?

Se sintió un poco tímida mientras daba un vistazo a otra parte.

Sebastián sonrió dándole un vistazo. Por fin la había recuperado a su lado.

Esta era la persona que había estado esperando.

Aunque llevaban años casados y tenían tres hijos juntos, Sasha seguía siendo tímida cada vez que él la tocaba.

Le encantaba cada vez que le llamaba Sebby.

Sebastián la abrazó y le plantó un beso en la frente con cuidado de no herirla.

«Siento no haberte protegido».

«¿De qué te arrepientes? Esto no tiene nada que ver contigo. En realidad, es mi culpa. No debería haber guardado esas cosas».

Sasha bajó la cabeza al sentirse culpable.

¡Qué chica tan tonta!

Le dolía verla así. Sabía que todo lo hacía por él, pero ella siempre cargaba con la culpa.

Sebastián no quería seguir hablando de ello. Casi la pierde de nuevo y ahora sólo quería quedarse a su lado. Sólo quería tenerla en sus brazos y hablar con ella.

Cambiaría el mundo entero por quedarse así para siempre.

«Oh, ¿Cómo está Sabrina? No he sabido nada de ella después de que nos atraparan. Escuché a Yancy decir que la dejó en un barco». Sasha recordó de repente a Sabrina.

Sebastián le dio una palmadita en la espalda y la aseguró. «Ella está bien. Por cierto, ¿Quién es esa Yancy de la que hablas?».

«¿No la conoces? Es la madre de Salomón. ¿No la viste en la rueda de prensa?»

Sasha levantó la vista sorprendida.

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