Regresando de la muerte – Acceso Anticipado
Capítulo 293

Capítulo 293: 

Sasha nunca pensó que el titán de Wall Street haría unas exigencias tan duras como prueba.

¿Realmente quiere que vaya tras la Corporación Hayes? Debe estar loco.

La base de la Corporación Hayes era fuerte, y el precio de sus acciones era estable. No había forma de que una persona pudiera hacerla ceder. Además, aunque ignorara todo eso… Ese hombre y yo no estamos en buenos términos ahora. Podría matarme si hago tambalear el precio de las acciones.

Sasha estaba tan enfadada que sus nudillos se volvían pálidos.

Salomón lo capto, así que rápidamente alivió la tensión de Sasha. Comentó: «Señor Rind, ¿No es eso demasiado duro? La Corporación Hayes no es una pequeña empresa cualquiera. Es una corporación multinacional».

«Y es exactamente por eso que le pido que vaya tras la corporación. Señorita Nancy, ¿Sabe cuál es mi primer gran logro en la industria financiera?»

«¿Cuál es?»

«Fui tras la Corporación Hayes y gané doscientos millones con esa guerra».

El hombre gordo de mediana edad levantó dos dedos y empezó a presumir ante Sasha.

Sasha estaba sorprendida.

¿La Corporación Hayes realmente perdió contra este hombre?

¿Cuándo ocurrió eso? ¿Fue cuando mi hombre estaba a cargo?

Se rumorea que Sebastián lo tuvo difícil cuando empezó a trabajar en la Corporación Hayes. Muchos de los accionistas más antiguos se negaban a aceptarlo como su líder, y eso le hacía difícil tomar cualquier decisión. ¿Todo eso se debe a que este imbécil lo atacó?

Sasha se enfureció al instante.

Podía afirmar que Sebastián era una escoria, y que había cortado todos los lazos con los Hayes, pero escuchar esa noticia no le produjo ninguna alegría.

Por el contrario, la enfureció.

¿Quién le da a este imbécil el derecho de intimidar a Sebastián?

Sasha se sentó y encendió el portátil que ya estaba preparado para ella. Mientras lo hacía, preguntó: «Señor Rind, ¿Se puede hacer algo con tal de que baje el precio de la acción?»

«Por supuesto».

«¿Y si mi método alertara accidentalmente a las autoridades? He oído que el sistema de la Corporación Hayes es extremadamente poderoso, y podrían atraparnos si jugamos sucio de esta manera», recordó Sasha por amabilidad.

Sin embargo, Andy actuó como un pavo real orgulloso y se encogió de hombros. Tranquilizó: «No te preocupes, puedes trabajar como quieras. Nadie ha rastreado nunca nada en mi sistema».

Sasha empezó a trabajar en ello después de escuchar esas palabras.

Ir tras una filial de una multinacional y hacer que el precio de sus acciones cayera drásticamente… eso sí que era una tarea difícil porque la mayoría de los inversores harían sus deberes. Daban un vistazo a las entidades que apoyaban a esa empresa, y la Corporación Hayes era, sin duda, una de las entidades más poderosas del mundo.

Para empeorar las cosas, la propia corporación estaría tratando activamente de estabilizar el precio de las acciones, por lo que sería extremadamente difícil para Sasha atacarla.

Sin embargo, que la tarea fuera extremadamente difícil no significaba que fuera imposible. Sasha comenzó a trabajar a través de una cuenta falsa. En un minuto, reunió una gran cantidad de fondos. Nadie sabía de dónde provenía el dinero.

Al mismo tiempo, el departamento de finanzas de la Corporación Hayes se alarmó.

«Señor Scott, ha ocurrido algo terrible. El precio de las acciones de la empresa está fluctuando. ¿Ha vuelto ya el presidente? Este asunto es muy urgente».

«¿Qué?», soltó Luke, que estaba enterrado en una montaña de papeles. Oír eso hizo que se levantara inmediatamente.

«¿De qué fluctuación estamos hablando?»

«Se trata de la nueva empresa que acabamos de adquirir. Alguien vendió repentinamente sus acciones en grandes cantidades sin ninguna razón. Ese comportamiento está fuera de la norma, y si eso sigue así, ¡El precio de las acciones caerá!»

«¿Qué demonios?»

Luke colgó inmediatamente después y encendió el ordenador.

Tal y como se había informado, cuando dio un vistazo a la bolsa de valores, vio que los precios de las acciones de la filial estaban cayendo a pesar de que antes había tenido un buen rendimiento.

¡Santo cielo!

Luke entró en pánico. Rápidamente cogió su teléfono para llamar.

*¡Beep!* *¡Beep!*

Pasaron más de diez segundos antes de que alguien lo recogiera. El tipo al otro lado de la línea hablaba con calma y parecía relajado.

«¿Qué?»

«Señor Hayes, ¿Qué ha estado haciendo en los últimos días? Ha ocurrido algo grave en la empresa. Las acciones de la filial que adquirimos se están vendiendo en grandes cantidades. Si las cosas siguen avanzando así, el precio de las acciones seguramente caerá», informó Luke.

Estuvo a punto de llorar cuando escuchó lo relajado que sonaba Sebastián.

Por desgracia, el hombre al otro lado de la línea no estaba preocupado en absoluto.

Luke no sabía si estaba alucinando, pero parecía que su jefe se alegraba de recibir la noticia.

«Entonces déjalo así».

«Espera, ¿Qué acabas de decir?», preguntó Luke. Pensó que lo había oído mal, así que repitió: «¿Ha dicho que dejemos caer el precio de las acciones? Señor Hayes, ¿Me ha oído mal antes? Ese es el precio de las acciones de nuestra filial. ¿Va a dejar que caiga?»

«Tú no has oído mal. Informa a los departamentos pertinentes y diles que ignoren el asunto. Deja que el precio de las acciones caiga e investiga el asunto después». Luke no podía hablar.

El Señor Hayes debe haberse vuelto loco.

Actuó como un loco y ha desaparecido durante más de dos semanas, y ahora, está dejando que el precio de las acciones de su propia empresa caiga…

Luke estaba comprensiblemente decepcionado después de terminar la llamada. Arrastró los pies durante un buen rato antes de decir a los departamentos pertinentes que lo ignoraran.

Dos horas más tarde, en la villa de Andy en Moranta. Salomón y Andy se quedaron asombrados al ver cómo el precio de las acciones de la Corporación Hayes estaba cayendo.

A Andy le preocupaba que las cosas se le fueran de las manos, así que le ordenó a Sasha que se detuviera. Si no lo hacía, el precio de las acciones de la empresa podría caer hasta cero.

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