Regresando de la muerte – Acceso Anticipado
Capítulo 270

Capítulo 270: 

«¿Estás loca? No me eches la culpa de todo sólo porque las cosas te salieron mal. No entiendo ni una palabra de lo que estás hablando. Ni siquiera sé qué manuscrito es». Xenia no se disculpó en absoluto.

«No mientas. Sé que sabes quién es Xandra Green».

«Lo siento, pero realmente no tengo ni idea de quién es. ¿Qué te pasa, eh? Sé que lo estás pasando mal con los Hayes, pero no me eches la culpa a mí. Te seguiré ayudando porque eres mi prima, pero tendrás que pedirlo amablemente en lugar de acusarme así».

Sasha no podía creer que Xenia siguiera intentando hacerse la buena persona a estas alturas, pero se calmó y pensó en lo que había dicho.

«Bien. No digas que no te di la oportunidad de admitir lo que hiciste. Me aseguraré de que pagues por lo que me hiciste. Tú te arrepentirás de haber nacido para entonces».

Sasha descargó todo su odio por teléfono. Nunca fue tan agresiva con Xenia porque en aquel entonces, todavía era educada con ella por el bien de Jackson y Sharon.

Pero Xenia se lo buscó.

Tomó a Sasha por fácil de intimidar desde que eran jóvenes. Xenia nunca pensó que Sasha se vengaría de ella.

¿Quieres hacerme pagar?

¡En tus sueños, Sasha!

Después de terminar la llamada, Sasha se preparó para salir por la tarde.

«Señorita Wand, ¿Está segura de que quiere salir? Es mejor que se quede en casa hasta que se recupere. El Señor Hayes se pondrá furioso si se entera». Sasha no tuvo más remedio que llamar a Sebastián.

«Hola… ¿Estás ocupado?»

Sasha estaba nerviosa al llamarlo. Decidió preguntarle si estaba disponible antes de seguir hablando.

Normalmente estaba ocupado a esta hora.

Además, ya era casi año nuevo.

Sebastián miró la pila de documentos que tenía sobre su mesa y le puso el altavoz antes de seguir trabajando. «¿Qué pasa?»

Sasha se mordió los labios y se armó de valor. «Tengo que ir a casa del Tío Jackson. Hace tiempo que no los veo y ya casi es año nuevo. Será estupendo que los visite. Deben echarme mucho de menos después de casarme». Pensó en una excusa al azar.

¿Significa esto que ella piensa que todavía estamos legalmente casados?

Una leve sonrisa se curvó en los labios de Sebastián sin que él se diera cuenta. «Claro. Pídele a Karl que te lleve», dijo, firmando su nombre en un documento.

«Ok. Puedo conducir hasta allí por mi cuenta. Estoy pensando en ir a comprar algunas cosas para ellos. Será un inconveniente que Karl me siga».

La verdadera razón por la que Sasha quería ir no era que los echara de menos, sino que quería avisarles porque Xenia era su hija.

Después de obtener la aprobación de Sebastián, Sasha se subió al Cayenne blanco y partió.

Karl estaba en la Royal Court One mientras veía a Sasha alejarse. Se ajustó el auricular. «Señor Hayes, ¿Debo seguirla?»

«Sí. No te dejes ver y no te involucres. Sólo asegúrate de que esté a salvo».

Sebastián echó un vistazo a la carpeta de documentos que estaba a un lado de su mesa. Eran los datos de la familia de Sasha antes de que se arruinara. No había ira en el rostro de Sebastián. En cambio, daba la impresión de estar tranquilo y sereno.

¿Finalmente descubrió quién la traicionó?

Buen trabajo.

Otra sonrisa se dibujó en su rostro antes de volver a sumergirse en el trabajo.

Cuando Sasha llegó a la residencia de los Blackwood, Jackson estaba bajo el sol en el jardín en su silla de ruedas. Sharon y las criadas estaban ocupadas limpiando y decorando la casa.

«Quita el polvo de esa zona, y quiero que cambien el papel pintado de aquí».

«Sí, Señora Blackwood».

Las criadas se apresuraron a cumplir las órdenes dadas.

Sasha entró y la saludó. «Tía Sharon».

Sharon se giró para darle un vistazo con apatía.

No había cambiado ni un ápice. No importaba el tiempo que llevara sin ver a Sasha, ni lo que hubiera pasado entre ellas. Su actitud era siempre distante.

«Hola, Sasha».

«¿Podemos hablar en tu habitación, Tía Sharon?» Sasha temía no poder soportarlo, así que pidió hablar con ella en privado.

Las dos subieron sin avisar a Jackson. Por primera vez en su vida, Sasha vio horror en los ojos de Sharon después de que ésta le contara lo sucedido.

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