Regresando de la muerte – Acceso Anticipado -
Capítulo 1732
Capítulo 1732
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En ese momento, se desconocía el paradero de Vivian.
Después de atravesar la pequeña puerta, había estado caminando hacia adelante confiando en la luz de su teléfono. Caminó durante media hora sin llegar al final.
Sin embargo, la energía de su teléfono estaba casi agotada.
«Debería dejar de usar la luz de la linterna, si no la energía se agotaría y Papá o Kurt no podrían contactar conmigo».
Pensó que, de todos modos, su vista ya se había adaptado al pasaje secreto, así que apagó la linterna y siguió avanzando.
Afortunadamente, esta vez, después de unos veinte minutos, le pareció ver algo de luz frente a ella, y esa pequeña luz, en este pasaje secreto cerrado donde no podía ver sus propios dedos extendidos frente a ella, fue como un salvavidas. Corrió hacia adelante con alegría.
Cuando llegó al lugar, la luz se hizo más grande y más brillante.
Cuando por fin llegó a él, vio que entraba por otra pequeña puerta al final del túnel.
¿Ya estoy fuera? Cuando vio dónde se encontraba, estuvo a punto de dar un pisotón de decepción.
Había pensado que ya estaba fuera del Palacio de los Ejercicios.
Se le pasó por alto que había estado caminando por ese pasadizo secreto durante una hora entera y que el tiempo para llegar a la puerta del palacio de los Exerine era mucho más corto… Vivian abrió la puerta de un empujón.
Hiss…
Nada más abrir la puerta, sólo se oyó un espeluznante siseo de algún tipo de criatura.
Vivian se quedó de pie, atónita al ver un enorme pozo frente a ella.
¡El pozo estaba repleto de serpientes venenosas! Siseo…
Las serpientes volvieron a sisear.
¡Ah… ah…! Vivian se quedó paralizada en el sitio.
Nunca había visto tantas serpientes, y estaba tan angustiada viendo esta terrorífica escena que se le doblaron las rodillas y resbaló al suelo con la cabeza cubierta entre los brazos.
Esto es horroroso.
¿Cómo puede haber tantas serpientes en un mismo lugar? Se quedó sentada, sin fuerzas por el miedo, y fue incapaz de ponerse en pie.
Por desgracia, en ese momento, las serpientes venenosas del pozo descubrieron su presencia, y pronto, tras otra aterradora ronda de siseos en el interior, empezaron a salir.
Vivian estaba demasiado asustada como para hacer ruido, y se agitaba con violencia, tratando de escapar desesperadamente, e intentando cerrar la puerta de nuevo.
Sin embargo, no sólo sus pies se negaban a moverse, sino también su cuerpo.
El miedo abrumaba todo su cuerpo que no obedecía las señales de su cerebro para moverse en absoluto.
Vivian estaba desesperada.
En el momento crítico, en el pasadizo secreto detrás de ella, se oyó un «boom» y una flecha de sangre con su deslumbrante luz roja voló por el aire.
¡En un momento! Las serpientes venenosas que trepaban parecían haber visto algo muy aterrador, y se encogieron obedientemente en el pozo.
Vivian estaba tan aterrorizada que sus lágrimas caían como la lluvia, y se quedó boquiabierta ante esta escena. Su cabeza zumbaba.
¿Flecha de sangre? *¡Boom!* Tras la Flecha de Sangre, una bala atravesó el túnel.
La bala rompió una antorcha que estaba colgada en la pared de la habitación secreta y que parecía estar hecha de un material desconocido.
Tras un estallido de chispas, la antorcha no se apagó.
Al contrario, se cayó, y en un abrir y cerrar de ojos, estaba en el pozo de las serpientes.
Hiss…
Inmediatamente, estas serpientes venenosas empezaron a retorcerse locamente en su interior durante un rato.
Las serpientes se enroscaron unas a otras, abrieron sus bocas ensangrentadas y sisearon maniáticamente…
Por fin, Vivian no pudo aguantar más, y su cabeza se inclinó y se hundió en el suelo.
Sin embargo, una figura vigorosa entró en la cueva y la atrapó.
Vivian se quedó en silencio y se sintió como si estuviera en un sueño.
Cuando Vivian era joven, su amiga Sunny le preguntó una vez por qué se apoyaba siempre en aquel tipo más joven que ella y por qué le gustaba buscarlo cada vez que tenía una necesidad.
En aquel momento, Vivian no tenía ninguna explicación.
Ahora, al estar de nuevo entre sus brazos, por fin lo entendió. Resultó que era una sensación de seguridad.
Aquel joven, aunque era dos años más joven que ella, tenía un aura que la hacía sentirse a gusto, aunque siempre parecía frío y distante.
Mientras él estuviera cerca, Vivian se sentiría segura y todo iría bien.
Abrió los ojos asustada y, al verlo con claridad, se quitó de encima un enorme peso…
«Boohoo…»
Se abrazó a su cuello con fuerza y se lamentó en voz alta.
Este era su comportamiento habitual con él.
Siempre que la trataban mal, la intimidaban o se enfadaba, lloraba en su hombro. Nunca había necesitado poner una fachada falsa en su presencia. Era totalmente libre de ser ella misma como con un alma gemela.
Sin embargo, ¡Kurt se congeló! Había querido seguir matando a las serpientes, pero después de que ella le abrazara, algo pareció volver a su mente y dejó de moverse.
Algo se agitó en sus ojos inyectados en sangre. Era una sensación familiar.
Aunque su llanto había enredado su aspecto, seguía dándole un aspecto delicado y suave, con una fragancia dulce como el néctar.
Sin embargo, experimentó un éxtasis que era más placentero que matar.
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