¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? -
Capítulo 64
Capítulo 64:
Era Vincent el que estaba al teléfono.
Una vez conectada la llamada, informó rápidamente a Katelyn: «Tricia está despierta».
Agarrando el teléfono, Katelyn se estabilizó.
«Voy para allá».
Se cambió rápidamente de ropa y se dirigió directamente al hospital.
Al llegar, vio a Tricia, pálida y frágil, tumbada en la cama del hospital, con la mirada fija en el techo, murmurando: «¿Qué me pasa?».
Las lágrimas corrían por el rostro envejecido de Delmar mientras agarraba con fuerza la mano de Tricia.
«Tricia, ¿por qué has cometido semejante imprudencia? Cómo pudimos tu madre y yo… Casi te perdemos». Tal vez el susto de casi perderla lo ablandó; Delmar lloró abiertamente, despojándose de su conducta habitualmente severa.
Abrumada por la emoción, Tricia empezó a sollozar. «Todo esto es culpa mía. He sido tan tonta, arriesgando mi propia vida». Sólo ahora se daba cuenta de la insensatez de sus actos.
Había pensado que el plan de Lise era sensato, pero ahora estaba claro que Lise había estado tramando su muerte. Si Tricia hubiera muerto, no sólo la habrían silenciado, sino que también habrían culpado a Katelyn de ello durante el resto de su vida. Incluso sin pruebas directas, el tribunal de la opinión pública probablemente la habría condenado.
Tricia no era más que una herramienta en el plan de Lise contra Katelyn. ¿Por qué iba a preocuparse Lise del destino de un simple peón?
Desde la puerta, Katelyn y Vincent observaron el lacrimógeno reencuentro entre padre e hija. Katelyn frunció ligeramente el ceño.
Aunque sintió una punzada de compasión al presenciar la escena, recordó que Tricia se lo había buscado en gran medida.
Tricia podría haber sido tan vil como Lise, aunque no tan astuta.
Vincent se percató de la reacción de Katelyn, su mirada volvió a la sala y sus ojos oscuros se volvieron aún más intensos. En ese momento, Tricia se dio cuenta de que Katelyn estaba en la puerta.
Aunque estaba débil, apretó los dientes con fiereza. «¡Zorra! ¿Cómo te atreves a presentarte aquí?» Inmediatamente, luchando por incorporarse, Tricia regañó a Katelyn, mientras sus manos arrojaban objetos de la mesilla de noche.
La mesilla salió despedida en su dirección. Un vaso se hizo añicos justo al lado de donde estaba Katelyn, con expresión fría.
Vincent, de pie detrás de ella, desprendía un aura de intimidación abrumadora.
La arrogancia de Tricia se desvaneció en un instante, y su mirada se entrecerró hacia ellos.
«Espera, ¿ese es Vincent? ¿Cómo puede estar con Katelyn?».
«Parece que ya has olvidado la lección de tu escapada por los pelos de la muerte», dijo Katelyn, con voz firme y cortante. «Si no hubiera intervenido para impedir que Lise te quitara el tubo de oxígeno anoche, ¿todavía estarías aquí gritándome?».
El shock provocado por la revelación de Katelyn dejó a Tricia sin habla.
Se quedó mirando a Delmar, incapaz de creerlo.
«Papá, ¿es verdad lo que dice Katelyn?».
Delmar apretó la mandíbula y contestó: «Sí, es verdad. Nunca imaginé que Lise volvería a hacerte daño. Me aseguraré de que lo pague caro».
Tricia se puso espantosamente pálida.
Había programado su intento de suicidio cortándose la muñeca, sin esperar perder tanta sangre y permanecer inconsciente durante tanto tiempo.
Sin embargo, lo que la sorprendió aún más fue la revelación de que Lise había tenido la intención de acabar con su vida.
Con actitud tranquila, Katelyn dijo en tono escalofriante: «Para Lise, eres una herramienta desechable. Si murieras, yo sería la principal sospechosa, y Lise podría inculparme fácilmente, ya que es su palabra contra la mía».
Las manos de Tricia se apretaron con fuerza mientras la furia se encendía en su interior. «Me niego a ser manipulada como un simple peón».
Katelyn advirtió: «Sin embargo, no tienes ninguna prueba para acusarla».
La expresión de Tricia se tornó feroz. «¿Quién dice que no tengo pruebas?».
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar