Capítulo 6:

Katelyn se quedó mirando al hombre, extrañada de por qué le hablaba.

Luego miró a Aimee, preocupada por si su identidad había sido revelada.

Tras una breve pausa, Katelyn respondió con una sonrisa: «No llegas tarde en absoluto. Llegas en el momento perfecto».

Su respuesta pareció suavizar el comportamiento de Vincent. Su severidad dio paso a una expresión más cálida.

Uno al lado del otro, su atractivo creaba una química perceptible.

Neil apretó los puños, preguntándose si Katelyn habría seguido adelante con alguien nuevo justo después de su divorcio.

Llena de envidia, Lise observó la situación a regañadientes, resintiendo el hecho de que Katelyn hubiera atraído a una figura tan influyente.

Con una sonrisa halagadora, se acercó y dijo: «Encantada de verle aquí, señor Adams».

Neil disimuló sus sentimientos y saludó también a Vincent. «Buenas noches, señor Adams. Qué sorpresa verle por aquí».

Vincent agradeció los saludos con una inclinación de cabeza, claramente desinteresado en entablar más conversación. Se volvió hacia Katelyn y le dijo: «Siento haberle hecho esperar».

Aimee miró el reloj y sonrió: «No hay problema, señor Adams. Nosotros también acabamos de llegar. Justo a tiempo. ¿Nos dirigimos a la sala para discutir?».

Tanto la expresión de Lise como la de Neil cambiaron a sorpresa cuando se dieron cuenta de que Vincent era el socio comercial que Aimee había mencionado.

Lo que les dejó aún más confusos fue el hecho de que Katelyn y Aimee entraran juntas en una sala privada, cogidas del brazo.

Dada la naturaleza de la reunión, era inusual que una persona ajena, incluso una amiga, estuviera presente. La presencia de Katelyn parecía fuera de lugar.

Al ver que Vincent asentía con indiferencia, la frustración de Lise aumentó. Preguntó: «¿No se supone que estamos trabajando con él? ¿Por qué se une Katelyn a la negociación?».

Aimee replicó: «¿Por qué no iba a estar Katelyn aquí?».

Ella y Vincent intercambiaron miradas perplejas, preguntándose lo mismo.

Lo que ella quería decir…

Sólo a las personas más fiables se les permitía participar en tales negociaciones. Era difícil creer que Katelyn hubiera logrado ganarse la confianza de Iris y Aimee hasta ese punto.

Lise se sintió incómoda. No podía permitir que Katelyn tuviera la oportunidad de conocer a Vincent y elevar potencialmente su estatus de forma tan repentina.

Con el ceño fruncido, Lise le dijo a Katelyn: «Katelyn, siempre has sido serena y fiable, pero esta vez te has excedido. ¿Cómo puedes engañar al señor Adams?».

Katelyn frunció sus elegantes cejas. «¿Sobre qué he mentido exactamente?».

Lise, con los puños cerrados, respondió indignada: «Iris es una diseñadora de renombre conocida por su meticulosidad. Tú eres un extraño. ¿Cómo te has visto involucrada? La señorita Stephens es demasiado compasiva para rechazarte. Tienes que reconocer tu lugar y dejar de interferir. Si el señor Adams descubre la verdad, se disgustará mucho».

Neil observó la situación con mirada fría. Puesto que no había anunciado públicamente su divorcio de Katelyn, las acciones de ella también podían repercutir negativamente en él. Le advirtió con firmeza: «Cada proyecto que el señor Adams supervisa personalmente implica miles de millones de dólares. Si se filtra algún detalle, te enfrentarás a graves repercusiones. Discúlpate con el Sr. Adams inmediatamente».

Los dos parecían unidos a la hora de acusar a Katelyn de engaño y de sobrepasar los límites. Aimee luchó por reprimir su diversión.

Se había encontrado con muchas personas tontas, pero ninguna tan despistada como aquellas dos.

Ella había permitido que Katelyn participara en la reunión, pero ellos seguían sin comprender lo que Katelyn era en realidad. Se preguntó si su ignorancia se debía a falta de voluntad o simplemente a falta de valor.

Una sonrisa sarcástica apareció en el rostro de Katelyn.

Lise se acercó con expresión preocupada. «Katelyn, entiendo que quieras probarte a ti misma, pero inventarte historias no servirá de nada. La verdad acabará saliendo a la luz. Lo digo por ti. No pasa nada por cometer errores, siempre que los corrijas».

Katelyn retrocedió con desdén. «Hmm… ¿Estás siendo demasiado entrometida? Aimee no se ha quejado. ¿Por qué te preocupa?»

«Tú…» Lise se sintió avergonzada. No esperaba que Katelyn respondiera así delante de Vincent.

Al ver que Lise estaba a punto de llorar, Neil comentó fríamente: «Lise sólo ha actuado preocupada por ti. No aprecias sus esfuerzos. Estoy bastante decepcionado».

Actuando como si tuviera el corazón roto, Lise suspiró y se dirigió a Vincent con tono impotente. «Sr. Adams, como puede ver, Katelyn es bastante testaruda. Le pido disculpas por su comportamiento. No lo hizo con mala intención; sólo está ansiosa por probarse a sí misma».

Vincent los observó con una leve sonrisa. «Tal vez debería pensar antes de hablar. ¿Es la señorita Bailey realmente tan inadecuada como afirma?»

Katelyn quedó desconcertada, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Debido a su reputación de distante, no esperaba que Vincent la defendiera.

Mientras la observaba con deleite, Aimee sintió que Neil y Vincent eran en realidad una pareja perfecta.

Lise, atónita, preguntó: «Usted… ¿De qué está hablando, señor Adams?».

Con una sonrisa despreocupada, Vincent se volvió hacia Katelyn y le dijo: «Señorita Bailey, ¿por qué no les dice que en realidad es Iris?».

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