Capítulo 229:

Ningún medio de comunicación había conseguido captar una fotografía nítida de Vincent y Katelyn juntos, a pesar del constante torbellino de rumores que les rodeaba.

La única imagen identificable fue tomada en un restaurante, mientras que otra -en la que Vincent acompañaba a Katelyn a casa- estaba tan poco iluminada que apenas se veían sus rostros.

La gente había dudado de la legitimidad de esa imagen, pero ni Vincent ni Katelyn habían respondido a las especulaciones. Por ahora, se les veía juntos en público, uno al lado del otro para que todos fueran testigos.

Los murmullos se extendían entre el público bajo el escenario.

«Míralos. Su presencia y aspecto juntos parecen perfectos».

«Un hombre apuesto con una mujer hermosa. Son increíblemente llamativos. En mi sincera opinión, parece que estos dos son el uno para el otro».

Los murmullos, aunque hablados cerca, no llegaron a Katelyn y Vincent en el escenario.

Cuando se acomodaron en sus asientos, la gran pantalla situada detrás de ellos se iluminó, presentando gráficos y texto planificados: «Lanzamiento de la nueva serie de joyas del Grupo Adams».

Vincent se sentó en la cabecera de la mesa y observó la sala con mirada fija y concentrada. Su presencia parecía transmitir una fuerza invisible, haciendo que la ruidosa multitud se callara como si se hubiera pulsado un botón de silencio.

«El lanzamiento del nuevo producto del Grupo Adams empieza ahora. Pueden hacer cualquier pregunta».

Su voz clara y firme resonó por los altavoces.

Al mismo tiempo, el acto de presentación del Grupo Wheeler también acababa de empezar. Las dos empresas habían elegido lugares separados por sólo diez minutos.

Neil subió al escenario, vestido con un traje gris, y Lise caminaba a su lado con un vestido a juego con su atuendo. Ya no ocultaban su conexión y caminaban juntos, cogidos de la mano, delante de todos los espectadores.

Sus acciones dejaron clara la postura de Neil.

Lise saludó a los medios de comunicación con una cálida sonrisa, mostrándose amable y equilibrada.

Debido al anuncio anterior del Grupo Wheeler, mucha gente creía ahora que Iris trabajaba con ellos. En cuanto Neil y Lise tomaron asiento, los periodistas empezaron a lanzar preguntas.

«Sr. Wheeler, ¿puede decirnos si revelará quién es Iris hoy?».

El público está ansioso por saberlo».

Neil esbozó una sonrisa socarrona y respondió: «Sí, lo haré».

Volvió la mirada hacia Lise, como esperando su consentimiento. Lise respondió con un tímido movimiento de cabeza, aunque sintió en su interior una abrumadora sensación de orgullo.

Sabía que, con el diseño que había «creado» para este evento, podría presumir de ser Iris sin que nadie dudara de ella. Las habilidades y la reputación de Neil serían más que suficientes para acallar cualquier crítica.

La idea de ser reconocida como una diseñadora de primer nivel la llenaba de una sensación de triunfo que apenas podía contener.

Estaba segura de que, con esta declaración, Neil no volvería a pensar en aquella otra mujer.

Neil se aclaró la garganta e hizo una señal para que la multitud se calmara.

«Me gustaría presentarles a la señorita Lise Bailey», anunció. «Es la heredera legítima del Grupo Wheeler, mi prometida y la verdadera diseñadora conocida como Iris».

Lise se levantó de la silla y saludó cortésmente con la cabeza a los periodistas que tenía delante.

«Agradezco que tantos de ustedes hayan seguido valorando mi trabajo y que, incluso después de años de permanecer fuera de los focos, mi nombre siga siendo reconocido. A partir de ahora, trabajaré estrechamente con el Grupo Wheeler, y espero que todos estén atentos a los proyectos que lancemos juntos.»

El público respondió con jadeos audibles. Sus palabras serenas y seguras dejaron una impresión duradera. Hasta ahora, el Grupo Wheeler había insinuado su asociación con Iris, sugiriendo repetidamente una colaboración sin mencionar nunca su nombre. Ahora que la diseñadora lo había abordado directamente, la reacción fue mucho más poderosa.

«Entonces, señorita Lise Bailey, ¿es usted realmente la verdadera Iris? ¿Puede explicar qué pasó con la afirmación del Adams Group de que estaban trabajando con Iris? ¿Significa esto que se está asociando con ambas empresas a la vez?».

Un periodista hizo esta pregunta, que era exactamente lo que Neil había querido. Quería aprovechar el momento para avergonzar públicamente a Vincent.

«Esa idea es completamente ridícula», respondió Neil. «La señorita Bailey es mi prometida. ¿Por qué iba a trabajar para otra empresa? En cuanto a esas otras declaraciones, creo que no son más que tácticas baratas de marketing».

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