¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? -
Capítulo 205
Capítulo 205:
Sharon era alta y fuerte, superaba fácilmente a su marido.
Sin embargo, su fuerza física palidecía en comparación con la de Katelyn, por mucho que Sharon gritara.
Katelyn agarró con firmeza la muñeca de Sharon, haciéndola gritar de dolor al intentar moverse.
Los ojos de Katelyn reflejaban una mezcla de ira y disgusto. Anhelaba una vida tranquila, pero parecía difícil de conseguir. Su mirada gélida atravesó a Sharon como una hoja invisible, y su presencia le produjo escalofríos.
«Hace mucho tiempo que no tengo tratos contigo. Cuida tu lenguaje», replicó Katelyn con brusquedad.
Sharon, desconcertada por el cambio en Katelyn, se cuestionó sus propias percepciones. ¿Cuándo había adoptado Katelyn un comportamiento tan formidable?
«¿Le hablas así a tu madre? Katelyn, que te crió y te enseñó a lo largo de los años, ¿es así como me lo pagas? ¿Ahora recurres a ponerte en mi contra? Es una pena haber criado a una niña tan desagradecida», se lamentó Sharon.
A pesar de su frustración, Sharon no podía liberar su muñeca del fuerte agarre de Katelyn, que parecía apretarla aún más, frustrándola aún más.
Su enfrentamiento atrajo la atención de muchos transeúntes en el abarrotado pasillo del hospital.
Al ver el momento, Sharon se dirigió a los curiosos: «¡Contemplad todos! Esta mujer es supuestamente mi hija, a la que he cuidado durante más de veinte años. La he criado con devoción desde la infancia y, sin embargo, ha usurpado el lugar de mi hija biológica e incluso le ha robado a su marido».
Las acusaciones de Sharon se intensificaron.
«¡Es más malévola de lo que imaginaba! Puso en peligro el embarazo de mi hija, causándole casi un aborto, exigió una disculpa, ¡y ella respondió con maldiciones!».
La ira en los ojos de Katelyn se intensificó.
Estaba claro dónde había aprendido Lise a desdibujar los límites entre la verdad y el engaño: Sharon era una maestra de la manipulación.
Su ruidosa disputa captó la atención del público, y muchos parecían inclinados a creer la dramática representación de Sharon.
Por un momento, todos se volvieron contra Katelyn.
Una anciana apuntó directamente a la nariz de Katelyn y comentó: «¿Un consejo? No seas tan cruel. Es una verdadera desgracia que esta familia haya adoptado a alguien como tú. El karma te alcanzará tarde o temprano». La multitud murmuró en señal de acuerdo.
«Nunca había visto a alguien tan desvergonzado», añadió otro espectador. «Tenemos que compartir esto en Internet y mostrar al mundo su verdadera cara. A pesar de su rostro joven, sus acciones son atroces».
Inconscientemente, Katelyn levantó la mano para protegerse la cara de los flashes de las cámaras, pero Sharon aprovechó el momento para apartarla.
La creciente malicia en los ojos de Sharon se hizo evidente al escuchar las duras palabras de la multitud.
Las acusaciones continuaron sin cesar y, finalmente, Katelyn no pudo soportarlo más.
Bajó la mano, mostrando su rostro, y declaró: «Todos habéis aceptado una parte de la historia y condenado a una desconocida sin conocer todos los hechos. ¿Es así como defendéis la justicia?». Su mirada, gélida y decidida, recorrió el pasillo, lleno en su mayoría de pacientes del hospital.
Estas personas, desesperadas por distraerse de su monótona estancia en el hospital, se aferraron con avidez al drama. La verdad o los detalles de la situación les importaban poco. Simplemente les entretenía el espectáculo.
La anciana se burló y miró a Katelyn con desdén. «Tu madre dice que eres sumamente malvada. ¿Qué otra cosa podemos esperar? Si no te gusta que te critiquen, quizá deberías examinar tus propios actos».
Katelyn respondió con frialdad: «He roto los lazos con ella dándole mil millones de dólares para asegurarme de que sea definitivo».
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