Por ti
Capítulo 7

Capítulo 7:

Raisa le dio las gracias con lágrimas en los ojos.

Hacía tanto tiempo que alguien se había preocupado con ella de esa manera. Ella no conocía estas personas ni un poco y ya habían hecho mucho por ella.

Clarice había traído consigo un paquete de pañuelos desechables, sabiendo que Raisa podría necesitarlos después de la emotiva reunión con su hija.

Raisa tomó uno de los pañuelos y se secó las lágrimas, agradeciendo el gesto de la amable enfermera. Era extraño cómo, en un corto período de tiempo, Clarice había demostrado ser más que una simple enfermera, convirtiéndose en una confidente y amiga para Raisa.

“Está bien, Solo ponte bien luego. También traje algunos libros para que los leas. Sentí que te aburrirías”

Comentó Clarice mientras sacaba algunas novelas de una bolsa. Eran unos cuatro y se los entregó a Raisa.

Raisa examinó las novelas con curiosidad, notando que eran de diferentes géneros y autores.

Se sentía agradecida por el gesto de Clarice, quien había pensado en su bienestar incluso más allá de su recuperación física.

Sabía que los libros serían una distracción bienvenida durante su tiempo en el hospital y que ayudarían a mantener su mente ocupada.

“Muchas gracias. Estoy segura de que los amaré”

Dijo mientras examinaba las novelas una por una, mirando el título y el autor.

“Espero que Adriana no te haya causado ningún problema. Ah, y gracias por la ropa”

Dijo Raisa al notar el hermoso vestido que llevaba su hija.

“Tu hija es una niña muy linda. Y, con la ropa, no se preocupe. Ellas eran de Alexa, pero no le sirven más a ella. Estábamos buscando a alguien para darle la ropa, y creo que, Adrie llegó en el momento adecuado”

Ella contesto, y las dos se rieron.

“Ella estará bien, ¿Verdad?”

Ronald preguntó nerviosamente tan pronto como la puerta se cerró detrás de él.

“Sí, solo tenemos que vigilarla por dos días más, y ella saldrá de aquí. Raisa no sabe que tuvo un ab%rto espontáneo. No creo que ella supiera que estaba embarazada”

Dijo el Doctor Philip.

Ronald suspiro.

“Me preguntaba si querías dar la noticia o debería hacerlo yo”

Preguntó el Doctor Philip.

Ronald reflexionó por un momento, considerando cómo Raisa podría reaccionar a la noticia.

Sabía que era un asunto delicado y que debía abordarlo con sensibilidad.

Agradeció al Doctor Philip por ofrecerse a dar la noticia, pero decidió que era su responsabilidad como padre hacerlo.

“Gracias, Doctor Philip, se lo diré”

Le dijo al Doctor Philip, quien asintió y le dio un ligero apretón en el hombro. Después de eso, se despidió.

Ronald entró en la sala de Raisa y vio a Clarice hablando con Raisa.

Ellas no habían perdido tiempo en convertirse en amigas. Mientras tanto, las chicas estaban al otro lado de la habitación, sentadas en el sofá, jugando con algunos juguetes.

Clarice miró a Ronald y sintió que él y Raisa tenían mucho de qué hablar, así que decidió llevar a las chicas a tomar una bebida para darles privacidad a los adultos.

“Bien, chicas, tomemos una bebida”

Comunicó Clarice mientras se levantaba de su silla.

“¡Siiiiii!”

Las chicas aplaudieron mientras corrían hacia Clarice.

Le dieron un beso en la mejilla Raisa y Ronald antes de salir de la habitación con la niñera.

Tan pronto como las chicas se fueron con Clarice, Ronald se sentó junto a Raisa. Era la misma silla en la que se Clarice sentada anteriormente.

Fue entonces cuando Raisa finalmente notó sus rasgos.

Él era bastante alto, guapo, con unos hermosos ojos marrones casi dorados. Para ella, él era extremadamente atractivo.

Raisa se sentó correctamente para poder mirarlo a los ojos mientras le hablaba. Como en ese momento no había más goteos en su mano.

Se veía bien, pero necesitaba descansar más, y el moretón en el lado izquierdo de su rostro se estaba recuperando. Se veía mejor que ayer.

“Muchas gracias señor Ronald. Gracias por usted salvar a mi hija y a mí. Gracias por cuidarla”

Dijo ella, y tenía la sinceridad en sus palabras.

“Me alegra que estés bien. Adrie es una chica dulce, y estoy feliz de haber ayudado. Me puedes llamar Ronald”

Respondió con una sonrisa triste, y ella asintió con timidez.

Incluso sin maquillaje y con la palidez de su rostro, Ronald se dio cuenta lo hermosa que era, con sus labios carnosos y rosados.

“Doctor Philip dijo que necesitan mantenerla aquí por dos días más, y luego se puede ir a casa” le dijo.

Raisa asintió mientras procesaba lo que Ronald le había dicho.

Estaba feliz por un lado y triste por el otro.

Contenta de que ella estaba fuera de aquello y capaz de cuidar de su hija, y triste por no tener donde ir, porque no quería volver a esa casa.

No podía permitirse ni alquilar un lugar.

Ronald dio cuenta de que ella no estaba contenta por lo que el acabara de decir, y decidió hacer la pregunta que estaba en su mente.

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