Por ti -
Capítulo 41
Capítulo 41:
Ya era hora de despertarse.
Parecía que ella había tenido una retrospectiva de lo que sucediera entre ellos la noche anterior, al tiempo que oculta su rostro en una almohada.
¡Era muy vergonzoso!
Ahora que mente estaba más calmada, sentía muchas emociones que antes había ignorado por completo.
¿Por qué?
Ronald se echó a reír mientras trataba de alejar la almohada de su rostro, teniendo éxito después de un gran esfuerzo.
Raisa por su parte, ¡Quería recuperar su almohada!
Ahora mismo y en este momento no quería que sus rostros se vieran.
Necesitaba tiempo para pensar.
Sí, tiempo…
¡Mucho tiempo!
Un tiempo indeterminado de ser necesario.
“No tienes que quedarte tan tímida, mi amor”
Susurro en su oído, lo que la hizo sonrojar incluso más.
¿No podía dejar de ser dulce ni por 1 segundo?
¿Lo arrestarían su dejaba de serlo?
¡Solo quería recuperar su almohada!
Ella se sobrepuso a su timidez y finalmente se incorporó, enrollándose en el edredón, entonces apoyo la cabeza en la cabecera y quedo mirándolo en los ojos de Ronald.
¡Tenía que enfrentar la realidad!
“Fue la mejor noche de mi vida, Raisa, por favor no me diga que te arrepientes”
Dijo eso con ojos sinceros.
Ella entendía su mensaje y respondió con la misma sinceridad.
Una relación se basaba en la sinceridad después de todo.
“También fue la mejor noche de mi vida”
Susurró ella en voz baja, mientras pensaba aun cómo recuperar su almohada.
“Acabo de escuchar algo que quiero asegurarme. No sé si estaba soñando. Pero te escuché decir algo como… que me amas”.
En realidad, él le había dicho eso a ella ya varias veces.
¡Pero nunca estaba de más confirmar!
Eso y escucharlo la hacía sentir muy bien a ella.
La hacía feliz y mejoraba su autoestima.
Él la tomó de las manos y le dijo:
“Lo escuchaste bien, Raisa. Yo estoy enamorado de ti. Pero no tienes que decir lo mismo…”
Parecía que él no quería obligarla a nada, pero ella no iba a permitir esto.
¡Una relación era un equipo!
Ella obvio que quería cooperar.
Claro que en algunas cosas necesaria más tiempo para poder acostumbrarse, ¡Pero todo es cuestión de práctica!
“No. Yo también te amo, Ronald”.
Dijo en un tono orgulloso.
Aunque claro, era algo vergonzoso decir eso en voz alta después de levantarse, sin haberse todavía cepillado los dientes y su olor…
¿Olerá mal?
“¿En serio?”
Preguntó él, con una sonrisa.
Parecía que sus preocupaciones eran tontas, ¡Porque él la seguía mirando con mucho amor!
¡Al demonio la limpieza… por hoy!
Ahora era momento de enfocarse en él.
“Sí. Te he amado desde la primera vez en que puse mis ojos en ti. Lo siento me tomó tanto tiempo darme cuenta”
Ella murmuró después de que él se acerca a ella y le diera un beso apasionado.
“No usamos protección…”
“Lo siento, Ray, también pensé en eso… lo que suceda, prometo a asumir toda la responsabilidad, y si lo desea podemos visitar al médico para obtener algunas pastillas para ti”
Dijo él con nerviosismo, y Raisa sonrió de regreso.
Se preguntó qué suerte tenía de encontrar a alguien como Ronald.
“De acuerdo. Me encantaría tener a tu hijo dentro de mí” dijo, con una sonrisa.
Ronald tiró de ella hacia él, y la sentó en su regazo.
“¿Enserio?”
Le pregunto él.
Se mordió el labio y asintió.
“Gracias cariño. No tengo dudas de que Alexa y Adrie también estarán felices con eso. A ellas le encantaría la idea de tener un hermano más joven” dijo, y luego le dio un beso apasionado.
Hicieron el amor una vez más, y solo después de eso bajaron a tomar un desayuno abundante.
Ronald le envió un mensaje de texto a su madre para que se quedara con las chicas una noche más para que él y Raisa tuvieran todo el día para ellos solos.
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