Nuestro primer encuentro
Capítulo 100

Capítulo 100:

Aquello lo decía todo. Edgar fijó su complicada mirada en Brian mientras decía aquellas palabras. Obviamente, implicaba a alguien.

Brian sabía a qué se refería, así que respondió rápidamente con voz fría pero aún con cara de póquer: «Agudo y perspicaz. No me extraña que seas el mejor del Equipo SWAT Wolf».

Lo que dijo Brian también estaba lleno de insinuaciones. Luego, rodeando a Wing con los brazos, Brian abandonó el vestíbulo junto con ella.

Edgar se quedó mirando su figura en retirada hasta que Brian y Wing se perdieron de vista. Entonces, contempló el piano del escenario con sus ojos agudos mientras seguía luciendo una sonrisa cortés en el rostro.

De repente, Bill dijo con voz firme: «Señor Alcalde, esa mujer significa mucho para el Señor Long». Bill asintió varias veces para convencer a Edgar de ello.

La mirada de Edgar pareció volverse más fría. Comentó mientras caminaba: «Explícate claramente y prepárate para el concierto. Informa de la reunión a la Oficina de Asuntos Culturales, a la Oficina de Turismo y a la Comisaría de Policía. La actuación conjunta de Wing y Spark será una atracción espectacular en todo el mundo. Significa mucho para la Ciudad A, y espero aumentar nuestro prestigio en el mundo a través de este concierto.»

«Sí, Señor Alcalde», respondió Bill simplemente con una piruleta en la boca, y luego siguió los pasos de Edgar mientras ambos abandonaban la sala. De repente, un hombre vestido con ropa de trabajo salió de un oscuro rincón. El hombre miró la resplandeciente entrada con dos ojos oscuros y las comisuras de sus labios se torcieron con maldad.

…

«¡La puesta de sol es infinitamente espléndida, pero se acerca la noche!»

Una voz masculina, brusca y ronca, resonó fuerte y clara en el aire de repente. Los transeúntes que rodeaban a Molly y Eric los miraron sorprendidos y los observaron con extrañeza.

Molly se sintió muy avergonzada. Miró despectivamente a Eric, que disfrutaba con los brazos abiertos de la hermosa puesta de sol. Sosteniendo un café instantáneo caliente en una mano, dijo con voz disgustada: «¡Idiota engreído!».

Eric se volvió y sorprendió a Molly moviendo la boca. Con una sonrisa de loco raro, explicó: «¡Ajá, lo hice sólo para la ocasión!».

«Como tú has dicho, ¿Debería decir «cita después del crepúsculo»? dijo Molly irónicamente.

Al oír lo que dijo Molly, Eric corrió enseguida hacia ella y se sentó en el banco de al lado. Puso los brazos en el respaldo del banco, detrás de Molly, y la miró con ojos cariñosos. Después, se acercó más y dijo con voz encantadora: «Entonces, ¿Quieres tener una cita conmigo después del crepúsculo?». Molly respondió por instinto: «¿Sí?». No se dio cuenta de lo que quería decir, pero al sentirse incómoda cuando Eric estaba demasiado cerca de ella, respondió automáticamente.

Un ligero sabor a café mezclado con un almizclado aroma a hombre golpeó la nariz de Molly. Giró la cabeza a toda prisa para escapar de Eric. Entonces, al darse cuenta de lo que él había querido decir, dijo con voz aún más disgustada y una expresión de asco en el rostro: «Lo siento, no quería decir eso».

Eric levantó las cejas y luego apeló patéticamente: «Vamos, ya he comido comida callejera contigo antes».

«Sí, aún recuerdo que me robaste la comida después de acabarte la tuya», dijo Molly con los labios curvados como una niña mona.

Eric se vio incapaz de apartar los ojos de ella a pesar de que parecía disgustada con él. De hecho, sabía claramente que sólo fingía estar enfadada con él. Su corazón empezó a acelerarse y se quedó sin aliento ante aquella cara tan bonita que tenía delante, mientras sus ojos oscuros profundizaban cada vez más.

Era poco probable que Brian regresara a la Isla del Dragón, por lo que estaba obligado a tomar el control de ella. Sería el próximo Jefe de la Isla del Dragón. Por eso, un gran número de personas siempre se mostraban favorables a él y no se atrevían a rechazarle. Bueno, excepto Molly.

«Así que, para expresar mi gratitud por tu comida callejera, he decidido invitarte a cenar. ¿De acuerdo?» preguntó Eric con voz dulce y los ojos aún fijos en Molly.

«¡No!», respondió Molly rápida pero firmemente.

Eric se mofó: «¿Tienes miedo de que Brian quiera verte pronto?».

A Molly se le cayó el estómago enseguida al oír lo que había dicho Eric. Giró un poco la cabeza y negó obstinadamente: «¡No!».

Eric sonrió de repente y luego dijo misteriosamente: «En realidad, ¡Necesito tu ayuda!».

Confundida, Molly preguntó: «¿Ah, sí?».

Con las manos apoyadas en la barbilla, Eric dijo descaradamente como un tonto loco: «Quiero ir a una fiesta privada esta noche y se suponía que Kay iba a venir conmigo. Pero la dejé plantada esta tarde sólo por ti. Así que no tengo con quién ir. Deberías venir conmigo».

Molly lo desaprobó y rechazó su sugerencia. «No, no iré. Muchas chicas harán cola sólo para ser tu acompañante si se lo pides». Molly no quería ir con él.

«¡Tienes razón!» Eric asintió y dijo con una sonrisa malvada en la cara: «Pero tú eres la única persona a la que me gustaría invitar ahora».

«¡De ninguna manera!» Molly volvió a negarse sin vacilar.

«Por favor, queridísima Molly, hazme un favor. Déjame que te deba un favor y así podrás obtener una recompensa», suplicó Eric.

«Lo siento, no puedo «, dijo Molly con firmeza.

«Brian estará con Wing esta noche y volverá a casa muy tarde», explicó Eric. Eric levantó las cejas mientras decía esto. Entonces, tal y como había esperado, un agudo sentimiento de consternación apareció de inmediato en los ojos de Molly, pero desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Molly había ocultado en un instante la tristeza que destilaban sus ojos, pues su orgullo nunca permitiría que nadie viera a través de sus verdaderos sentimientos.

Molly no sabía por qué, pero sintió una punzada de dolor en el corazón y su respiración se entrecortó de repente. Tras un rato de silencio, respondió sin comprender: «Vale, iré contigo».

Eric sonrió alegre y significativamente en cuanto la oyó. Miró a Molly con ojos cariñosos y deseó ir a la fiesta privada a la que hacía un rato no quería ir, pero en este momento, no podía esperar.

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