No te pertenece -
Capítulo 970
Capítulo 970:
Punto de vista de Lucy:
Desde la última vez que llamé a Cece, no habíamos vuelto a ponernos en contacto hasta que, de repente, un día me invitó a salir.
Antes, no coincidíamos, pero Helen siempre estaba ahí para limar nuestros problemas.
Helen siempre nos había ayudado a reconciliarnos.
Pero desde que Helen se había ido de Nueva York, nuestra antipatía mutua aumentó.
Nos culpábamos mutuamente por no haber estado ahí para Helen cuando más nos necesitaba.
Sin embargo, ambas teníamos la culpa.
Odiaba que Cece pusiera toda su energía en su trabajo y no ayudara a Helen cuando estaba pasando por un trauma.
Le molestaba que yo me enfadara con Helen por no apoyar mi amor por Dyer y el hecho de que incluso hubiera desconectado mi teléfono para que Helen no pudiera ponerse en contacto conmigo cuando necesitaba ayuda.
Pero cuando la vi y me di cuenta de lo mucho que había adelgazado, todo el resentimiento anterior desapareció.
Ambas éramos igualmente responsables del estado de Helen.
No teníamos derecho a culpar a nadie.
Le pregunté fríamente:
“¿Qué quieres de mí?”.
Hacía mucho tiempo que no nos veíamos y prácticamente habíamos perdido el contacto.
Ahora no teníamos nada de qué hablar.
“Vine a Nueva York para montar mi propio negocio, pero resultó ser un fracaso estrepitoso. Estoy a punto de regresar definitivamente a Filadelfia. Probablemente no vuelva nunca más a este lugar”.
Tenía un aspecto demacrado y parecía haber sufrido algo más que un fracaso profesional.
Sospeché que seguía luchando por dejar atrás sus sentimientos por Kendal.
De repente se me hizo un nudo en la garganta, pero expresé mi opinión con obstinación.
“Ya te he dicho antes que, aunque Kendal parezca despreocupado, es un hombre orgulloso por naturaleza. No puedes dejarlo de lado y de repente querer recuperarlo. De todos modos, olvídalo”.
Quizá no estaban hechos el uno para el otro.
Parecían tan incompatibles.
Aunque estuvieran juntos, su relación estaría llena de problemas.
A mi modo de ver, no estaban destinados a estar juntos.
“No tiene nada que ver con él. Hizo lo correcto porque realmente no estamos hechos el uno para el otro. Después de que George y Helen se divorciaran o de que Kendal me rechazara, de alguna manera ya no quiero aferrarme a él”.
Decidí que era seguro no prolongar aquel tema.
Aunque me caía mal, me entristecía verla sufrir tanto.
Al cabo de un rato, dijo:
“Hace unos días, cuando volví a Filadelfia con motivo del aniversario de la muerte de mi abuela, vi la tumba de la madre de Helen”.
“¿Qué? ¿La tumba de quién?”.
La miré conmocionada.
Se me partió el corazón.
La madre de Helen… ¡Oh, no!
¿Cómo podía ser?
“Según la fecha de la lápida, la madre de Helen falleció poco después de divorciarse de George. Estaba demasiado ocupada cuando hablamos la última vez. Sólo me dijo que se había llevado a su madre a pasar unas cortas y relajantes vacaciones. Me mencionó que no me preocupara. En ese momento le creí, pero no me di cuenta del gran dolor que ella sentía en aquel momento, soy una idiota”.
Cece lloraba mientras hablaba.
Mi mente era un torbellino.
Sentía como si me hubieran clavado un instrumento frío y afilado en el corazón.
Me invadían la pena y el arrepentimiento.
“¿Cómo ha podido ser?”
Murmuré.
Antes de que Cece se fuera, lloró un montón.
“Me vuelvo a Filadelfia. Si consigues ponerte en contacto con Helen, dímelo, por favor”.
De camino a casa, probablemente lloré tanto como Cece.
Todavía estaba llorando cuando llegué a casa.
Dyer se asustó al verme tan destrozada.
Me abrazó con fuerza y me preguntó qué me había pasado para alterarme tanto.
Me molestaba verle ahora.
Indirectamente, le culpaba de haber arruinado mi amistad con Helen.
Si no hubiera insistido en estar con él, nunca me habría peleado con Helen.
Había cortado todos los lazos con ella cuando estaba desesperada y vulnerable y más me necesitaba.
No podía comunicarse conmigo y todo fue culpa mía.
¡Y en parte también de Dyer!
Sentí pena por Helen.
Pero era la culpa y el remordimiento lo que me carcomía el corazón.
Me separé de sus brazos, me arrastré hasta la cama y lloré en posición fetal.
Más tarde, Dyer se subió a la cama y quiso abrazarme.
Pero lo aparté de un puntapié y le grité:
“¿Eres un animal? Estoy deprimida pero lo único que se te ocurre es hacer el amor”.
“¡No! Sólo quiero abrazarte y hacerte sentir mejor porque estás triste”.
Dyer se puso al lado de la cama y se sintió agraviado.
“Por mí vete a dormir a la habitación de invitados o a tu estudio. No me toques”.
En ese momento, ni siquiera quería verle o hablar con él, y mucho menos dormir en la misma cama con él.
No creía que pudiera perdonarlo hasta que encontrara a Helen.
Poco dispuesto a marcharse, Dyer preguntó con mucha preocupación en la voz:
“Me iré. Pero antes tienes que contarme qué ha pasado”.
“No tiene nada que ver contigo. Por favor, déjame en paz o tendré que desquitarme contigo”.
¡Todos los hombres eran tan bestias!
¡Especialmente George!
En ese preciso momento, tomé la decisión de ir mañana a Zhester Technology y vengarme de George.
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Nota de Tac-K: Que sea un día maraviloso para ustedes lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (๑˃̵ᴗ˂̵)ﻭ
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