No te pertenece
Capítulo 936

Capítulo 936:

Punto de vista de Helen:

Cuando llegué a casa y vi a Luis, me sentí muy culpable.

Desde entonces, rara vez había llevado casos a otras ciudades.

Tenía muchas limitaciones como madre soltera de dos hijos.

Trabajaba mucho, pero aun así tuve que renunciar a algunos casos por su bien.

Cuando nos dispusimos a salir del restaurante, Platt cargó con las bolsas de los niños y se dirigió al patio a visitarlos.

Luis y Polly estaban visiblemente tristes por marcharse, pero salieron obedientes.

Platt se puso en cuclillas y les ayudó a ponerse los zapatos mientras les preguntaba si se lo habían pasado bien.

El modo en que Platt trataba a los niños me encogió el corazón.

Era un hombre realmente bueno.

Aunque a veces pudiera parecer imprudente, en realidad era muy amable y gentil, sobre todo cuidando de los niños.

Salimos del restaurante y Platt nos llevó a casa.

Los niños se sentaron en los asientos traseros y no tardaron en dormirse.

De repente se hizo el silencio sin sus ruidos exuberantes.

De camino a casa, Platt paró el coche de repente.

Se desabrochó el cinturón y abrió la puerta.

“Espera aquí”

Dijo en voz baja.

Corrió hasta el medio de la carretera para inspeccionar algo.

Entonces me di cuenta de que era un perro muerto.

Lo recogió y lo dejó con cuidado sobre la hierba.

Volvió al coche y se volteó para mirarme.

Vi un leve atisbo de tristeza en sus ojos.

“No quiero volver a atropellarlo”

Me explicó.

En ese momento, no pude evitar adorarle.

No me esperaba este lado tan blando de él.

Respetaba incluso a los animales muertos; no podía ser malo en absoluto.

Debido a la naturaleza de mi trabajo, había visto demasiados lados oscuros de la naturaleza humana en los últimos años.

Rara vez veía a alguien tan bondadoso e inocente como Platt.

En ese momento, supe que Platt era un amigo en el que podía confiar.

Volvió a entrar en el coche y se frotó las manos con desinfectante.

“No sé cómo conduce esta gente sus coches. ¿No tienen ojos?”

Mantenía la voz baja para no despertar a los niños, pero yo notaba claramente su enfado.

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