No te pertenece
Capítulo 895

Capítulo 895:

Punto de vista de Helen:

Clare bajó la cabeza y, sin decir palabra, se fue a la estación de metro.

Mientras tanto, compré chocolate casero y me dirigí al hospital.

En cuanto entré en la sala, vi a un hombre con una bata de hospital.

Tenía un pequeño hematoma en el rostro y fijadores en el pie.

A su lado había una enfermera, que parecía estar atendiéndole en ese momento.

Muy probablemente se trataba del propietario legal del club de deportes extremos, Platt Thompson.

En ese momento, escondía las manos detrás de la espalda y miraba a la enfermera con recelo.

“¡Las manos no, por favor! Pruebe con los pies”

Le dijo a la enfermera.

“Sólo los bebés se pinchan en los pies. ¿Eres un bebé? No lo pareces”

Replicó la enfermera.

Platt miró con disgusto la aguja en la mano de la enfermera y razonó:

“Eh, necesito las dos manos para poder jugar con el teléfono”.

A la enfermera le hizo gracia su respuesta.

Sonrió con calma y le aseguró:

“La infusión durará al menos dos horas. Si te introduzco la aguja en el pie, ¿Cómo vas a ir al baño?”.

“Sólo dos horas, ¿Verdad? Puedo aguantar”.

Platt se sacudió el pie izquierdo, se apoyó en el cabecero y se puso a jugar con el teléfono.

Una vez que la enfermera se fue, entré y lo saludé.

“Hola, señor Thompson. Soy la abogada con la que contactó por Internet”.

“¿Cuándo y dónde hablamos?”.

Platt me miró sin comprender.

Por lo que parecía, no se acordaba de mí.

Saqué mi teléfono y le mostré nuestro historial de chats.

“Hoy pasé por casualidad por el club, así que entré a echar un vistazo. El responsable me ha dicho que estás en el hospital, así que he decidido pasarme. Por cierto, quiero preguntarte por la disputa de la renovación de la que hablabas”.

“Ah. ¡Eres Helen!”

Exclamó Platt.

Sólo entonces recordó quién era.

Pero entonces, se señaló la pierna herida y dijo:

“Bueno, estoy gravemente herido. Creo que no es apropiado discutir el asunto ahora mismo. ¿Por qué no lo hablamos después de que me den el alta?”.

“Voy a ir al grano, Señor Thompson. Estoy aquí para que me explique sencillamente la situación. Parece que usted y la empresa de decoración rescindieron el contrato verbalmente, pero no llegaron a un acuerdo válido por escrito basado en el contrato de rescisión. ¿Y si la otra parte cambió de opinión respecto a la rescisión del contrato y mintió diciendo que tenía un acuerdo verbal con usted?”.

Los acuerdos verbales no tienen base legal.

Si la empresa de decoración faltara a su palabra, pondría a Platt en desventaja.

El rostro de Platt se tornó serio en un instante.

“Lo que ha dicho tiene sentido. ¿Cuánto cobras, Helen? ¿Cobras mucho? Si es caro, olvídalo. Mi amigo es abogado y no me cobrará ni un céntimo. Pero no quería deberle un favor, así que decidí buscar un abogado por Internet”.

No respondí directamente a su pregunta y en su lugar le dije:

“Hablemos primero del caso y luego podrás decidir si me lo confías o no”.

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