No te pertenece
Capítulo 835

Capítulo 835:

Punto de vista de Erin:

Esta tarde, me sorprendí cuando me entregaron en casa un paquete de remitente anónimo.

Cuando lo abrí y vi la copia del certificado de matrimonio de George y Helen.

¡Me puse lívida!

¡George y Helen ya estaban casados!

¡Qué demonios!

Incluso antes de saber que Helen existía, ¡George se había casado con esa cazafortunas sin mi permiso!

Rápidamente hice que alguien investigara el asunto y resultó ser cierto.

Estaban legalmente casados.

Me hervía la sangre de rabia y resentimiento.

Cuando llegué al Bufete Hesmor y vi a Helen, mi ira había llegado al punto de ebullición.

Me daba igual dónde estuviera y quién estuviera presente.

Me limité a arrojarle al rostro los papeles que tenía en la mano.

¿Qué demonios había hecho Helen para atrapar a mi ingenuo hijo en matrimonio?

Ni siquiera una sonora bofetada bastaría para hacerla entrar en razón.

Después de un buen rato, conseguí calmarme un poco.

Sin embargo, seguía furiosa.

Empecé a reevaluar a esta mujer.

Lamentablemente, había subestimado su astucia.

Era más intrigante que la madrastra de Cenicienta.

Si una mujer tan vil se casaba con la Familia Affleck, mancharía la pura reputación que habíamos mantenido durante tantas generaciones.

Jamás la acogería en nuestra familia.

Antes de marcharme, la amenacé a gritos:

“Helen, esta bofetada es sólo mi primera advertencia para ti. Quiero que te divorcies de George de inmediato o te torturaré tanto que sólo encontrarás alivio en tu propio s$icidio”.

Cuando salí del Bufete Hesmor, la cabeza me daba vueltas como si estuviera a punto de explotarme.

Mi cerebro zumbaba como si tuviera un millón de abejas dentro.

Antes de ir a ver a Helen, le había pedido a la asistenta unos analgésicos y un par de pastillas para la tensión.

Con mis niveles de estrés tan altos, temía desmayarme antes de conocer a Helen.

Por lo general, cuidaba bastante bien de mi salud.

Pero a medida que envejecía, mi estado físico se iba deteriorando y, como sufría tantos trastornos emocionales, mi pelo empezaba a encanecer.

En cuanto llegué a casa, me recibió la voz fuerte y enfadada de Morton.

Corrí a su lado para averiguar la causa de su furia.

Una criada se acercó inmediatamente y me dio el teléfono.

Dijo ansiosamente:

“Es el viejo Señor Affleck. Acaban de tener una discusión terrible”.

Cuando agarré el teléfono, el dolor de cabeza que tenía antes, empeoró.

Mi cabeza se sentía como si mil tambores de bongo estuvieran golpeando dentro.

Pero aún tenía que mantener la calma delante de mi suegro.

“Papá, ¿Qué ha pasado?”

“¿En serio me estás preguntando qué ha pasado? ¿Qué clase de padres idiotas son? ¿Cómo pueden no saber nada si su hijo ya se ha casado? Antes de que todo el mundo se entere, será mejor que lo anules”.

Dio una instrucción estricta en tono amenazador y luego colgó el teléfono.

Ni siquiera tuve ocasión de defenderme de su torrente de improperios.

Morton me reprendió con desaprobación, como si yo fuera responsable de lo que George había hecho.

“¿Cómo es posible que tú, su madre, no supieras nada de algo tan importante?”.

Aunque quería arremeter contra Morton, tuve que ser yo quien mantuviera la cabeza fría y contuviera mi ira.

George no era sólo mi hijo.

Morton era su padre, pero siempre se había mostrado indiferente hacia George.

Ahora que nos habíamos metido en semejante crisis, se limitaba a culparme por ello de forma tan directa.

Pero al ver su mirada inflexible, le respondí con calma:

“Encontraré la manera de salir de esto”.

“Hagas lo que hagas, recuerda mantener un perfil bajo. No dejes que los paparazzi se enteren de esta mala noticia antes de que acaben las elecciones”

Ordenó Morton con voz ronca.

“De acuerdo, lo tendré en cuenta”.

Sabía lo grave que era el asunto.

Aunque estaba muy descontenta con su actitud egoísta, reprimí toda mi ira.

Estaba agotada física y mentalmente.

La criada me ayudó a volver a mi dormitorio y me tumbé en la cama.

Estaba demasiado disgustada para molestarme en cenar.

¿Cómo se atrevía ella a hacerle algo así a mi querido hijo?

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