No te pertenece -
Capítulo 80
Capítulo 80:
Punto de vista de Scarlett:
Al despertarme, estiré los brazos y me froté el sueño de los ojos. Como siempre hacía al momento de despertarme, tomé mi teléfono de la mesita de noche y revisé la hora. Sin embargo, lo que vi me despertó inesperadamente.
«La famosa actriz Rita Lively y el director general del Grupo Moore se casan», decía el titular de las noticias.
Tuve sentimientos encontrados. No tenía ni idea de cuánta gente había visto ya la noticia. No podía evitar pensar que podría ser la última en enterarse de esto.
Mientras estaba sumida en mis pensamientos, Nina llamó de repente.
«Scarlett, ¿Has visto las noticias? ¡Charles se va a casar con Rita! ¡Es ridículo! Hace unos días, actuaba como si te amara con todo su corazón. Pero ahora, la noticia de que se casa con otra persona es tendencia en Internet. Es tan confuso». Nina fue directamente al grano en cuanto respondí a la llamada.
«Eso es lo que te he dicho, Nina», le contesté con calma, como si la noticia no me afectara en absoluto.
«¡Dios mío! ¡No puedo creerlo!» Nina sonaba muy contrariada por la noticia.
En ese momento, sentí que algo se movía bajo el edredón. Me sobresaltó y me hizo colgar la llamada asustada. Respiré hondo y di un vistazo a la colcha. Estaba arqueada y parecía que había una persona debajo de ella.
El corazón me latía con fuerza en el pecho. Me acerqué lentamente a la colcha y mis ojos se abrieron de par en par con sorpresa cuando vi el rostro de Charles debajo de ella. Estaba profundamente dormido a mi lado. Su rostro anguloso era como una escultura, afilado y bien definido. Su cabello despeinado le daba un aspecto un poco salvaje y despreocupado, a diferencia de su comportamiento habitual, que era reservado y astuto. Mis ojos recorrieron su rostro hasta su cuerpo. No pude evitar tragar saliva al contemplar sus bien tonificados deltoides y abdominales.
Fue entonces cuando recordé que Charles había venido anoche, borracho como una cuba. A diferencia de cuando estaba sobrio, anoche actuó de forma infantil y molesta.
Lo miré fijamente, perdida en mis pensamientos. Por alguna razón, no podía dejar de mirarlo.
Charles debió notar mi mirada ardiente, ya que abrió lentamente los ojos después de un momento.
«¿Quién se va a casar?», preguntó con voz ronca, y eso le hizo parecer más sexy.
«Tú. Tú y Rita se van a casar. Está escrito en las noticias». Me rasqué el rostro y me levanté de la cama en cuanto terminé de hablar. No quería que Charles pensara que me importaba.
Sin embargo, de repente me agarró la mano, me rodeó la cintura con sus brazos y me atrajo hacia él. Como resultado, caí de espaldas sobre su cálido pecho.
«Charles, suéltame. ¿Por qué no vas a abrazar a tu Rita?» Me molestó su agresividad. Sabía que forcejear no me llevaría a ninguna parte, así que tomé mi teléfono de la almohada y le mostré las noticias.
Charles tomó mi teléfono y lo miró por un momento. Luego, sin decir nada, me lo devolvió y agarro su propio teléfono para confirmar lo que acababa de leer. Me tumbé bajo el edredón y no dije nada. Sentía el pecho congestionado y me costaba un poco respirar. Debo admitir que la noticia de que Rita y Charles se iban a casar me rompió el corazón.
«No me casaré con ella». Charles se puso rápidamente la camisa y la corbata mientras hablaba. Una vez más, se convirtió en el frío director general que siempre había sido.
Me tumbé en la cama con los brazos alrededor de las rodillas y le ignoré. La noticia de su matrimonio estaba escrita en todo Internet. Comparadas con ella, sus palabras no significaban nada.
Charles se iba a casar con Rita y por fin podríamos divorciarnos. Eso era lo que yo quería, ¿No? ¿Pero por qué me sentía tan melancólica?
«Scarlett, vamos a anunciar nuestro matrimonio al público», dijo Charles despreocupadamente.
Sin embargo, sus palabras fueron como una bomba atómica.
Conmocionada por lo que había dicho, me senté y lo miré. En ese momento, sentí que el dolor que tenía embotellado en el fondo de mi corazón ya no podía ser reprimido y estallaría en cualquier momento. Los ojos me escocían y, unos segundos más tarde, las lágrimas corrían por mi rostro de forma incontrolada.
«No he pedido a nadie que publique esta noticia». Charles se sentó junto a la cama y me secó las lágrimas. Aunque sus dedos eran ásperos, sus movimientos eran tan reconfortantes que no me atreví a apartarlo.
Enterré la cabeza en su pecho y cerré los ojos, disfrutando con avidez de la ternura que me estaba dando en ese momento.
Unos momentos después, mi teléfono sonó de repente. El fuerte e inesperado tono de llamada me devolvió a la realidad. Aparté a Charles y contesté cortésmente al teléfono.
«Hola. ¿Es Scarlett? Soy William. Nos hemos conocido en tu programa». Una gentil voz de hombre se escuchó desde el otro lado de la línea.
Inmediatamente recordé a la persona con la que estaba hablando. Ya había entrevistado a William antes.
«Estoy en Los Ángeles por trabajo. ¿Te gustaría almorzar conmigo?» preguntó William cortésmente como un caballero.
«Claro», acepté sin pensarlo dos veces. Tenía una buena impresión de él, después de todo. Supuse que probablemente volvería a verlo en el trabajo, así que solo era necesario mantener una buena relación con él.
Intercambiamos unas cuantas palabras de cortesía y finalmente colgué la llamada.
Recordé lo que William había dicho la última vez que nos vimos. Me preguntó por Rita y me dijo que se casaría con el hombre de sus sueños cuando se recuperara.
Su deseo se iba a hacer realidad ahora. Ella y Charles se casarían pronto.
Mientras estaba aturdida, Charles me abrazó por detrás. «¿Quién era?», me preguntó con curiosidad.
En lugar de responder a su pregunta, le supliqué: «Suéltame». Nuestra posición era íntima, y se sentía incómodo.
«No quiero». Charles me dio la vuelta y me besó. Antes de que me diera cuenta, me había puesto las manos en la cintura, me había levantado y me había empujado a la cama.
Me sentí impotente, así que le devolví el beso y le seguí la corriente. Incluso me tocó amorosamente, y mi cuerpo se estremeció con cada una de sus caricias.
«No veas a otros hombres», ordenó Charles entre beso y beso.
«Es mi amigo», protesté sin rodeos.
«Tú eres mi mujer. No dejaré que nadie más te tenga». Charles me agarró por la cintura y me besó con más fuerza mientras hablaba. Su lengua entró con fuerza en mi boca y la exploró.
Su singular almizcle masculino me envolvió. Y a causa de su beso, mis piernas flaqueaban y temblaban. Debo decir que me estaba empezando a gustar que sentía el impulso de entregarme a su ardiente deseo. Sin embargo, sabía en el fondo de mi cabeza que no podía dejar que las cosas siguieran así.
«Te equivocas. No soy tuya». Avergonzada por lo que sentía, me esforcé por mantener la cabeza despejada.
El fuego en los ojos de Charles se atenuó. Para mi sorpresa, se levantó y empezó a desabrocharse el cinturón. ¿Qué estaba haciendo? ¿Iba a forzarme?
En un ataque de pánico, apreté los dientes y salí corriendo del dormitorio.
Quería huir lo más lejos posible. No podía aceptar a ese hombre, sobre todo cuando ya pertenecía a otra persona.
Pero cuando corrí hacia la puerta, me di cuenta de que solo estaba vestida con un camisón y que había dejado mi teléfono sobre la cama. Aunque pudiera huir, ¿Adónde iría de todos modos?
Con vergüenza y rabia en el corazón, me quedé aturdida mientras Charles se dirigía hacia mí.
No le di la cara, y él tampoco dijo nada. Se limitó a entregarme el teléfono y a ponerme amablemente una bata de noche.
«No te obligaré. Haré lo posible por contenerme. Pero no puedes hacerme esperar demasiado», dijo Charles solemnemente.
Aferré el teléfono con más fuerza y no dije nada. Mi rostro seguía enrojecido por lo que acababa de ocurrir.
Charles se acercó a mí y me susurró algo al oído. «¿Me has oído, cariño?» Su voz baja y ronca sonaba como una señal peligrosa. Me puso los pelos de punta y me hizo dar un paso atrás instintivamente.
Sin previo aviso, Charles me levantó de nuevo. «No vayas a ninguna parte esta mañana. Quédate aquí conmigo».
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Nota de Tac-K: Tengan una muy agradable noche, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥
Nota 2 de Tac-K: Gracias especiales a Pierina Borja, Raquel Velazquez, María Escalona, Javier Fernández y Normita Carell, por sumarse al patreon, gracias n.n
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