No te pertenece
Capítulo 771

Capítulo 771:

Punto de vista de Helen:

Tal vez debido al hecho de que George estaba cerca, dormí profundamente esa noche…

Cuando ya casi amanecía, una sensación de asfixia me ahogó, y sentí como si una sombra se cerniera sobre mí.

Abrí los ojos de inmediato, solo para descubrir que George ya estaba despierto y me miraba fijamente, aparentemente de buen humor.

Sentí los labios un poco entumecidos.

Fue entonces cuando me di cuenta de que sus labios parecían húmedos.

La luz se asomaba a través de las cortinas, iluminando sus labios.

Fue entonces cuando comprendí por qué me sentía sofocada antes.

Lo fulminé con la mirada para hacerle saber que estaba enfadada con él por despertarme tan temprano, ¡Y además de esta manera!

¿Cómo podía besarme mientras dormía?

En lugar de enfadarse, George se echó a reír.

Luego, me peinó el cabello despeinado, colocándolo detrás de las orejas.

“¿Le gustaría venir a casa conmigo hoy, Señora Affleck?”

Preguntó, inclinándose en la cama.

“No. Prefiero que no me intimides otra vez”.

Intenté apartarlo, pero estaba demasiado cerca para hacerlo.

¿Por qué no podía sentarse erguido y hablarme como una persona normal?

Tenía las manos apoyadas en la cama mientras me hablaba.

De repente, me agarró las dos manos.

Como sus manos ya no sostenían su cuerpo, se aferró a mí con fuerza.

Su rostro estaba a escasos centímetros del mío.

Cualquier movimiento suyo podía resultar en besar mis labios.

George me levantó la barbilla, obligándome a acercarme.

Entonces, presionó sus labios contra los míos, besándome apasionadamente.

Su aroma masculino me envolvió.

Involuntariamente, le devolví el beso.

No tardó ni un segundo en introducir su lengua en mi boca.

George volvió a reírse y sus labios bajaron por mi cuello hasta posarse en mis redondos pechos, que acarició con sus palmas mientras chupaba mis pezones erectos.

A continuación, me separó las piernas y frotó su gruesa y dura p$ne contra mis partes.

Olas de placer me envolvieron.

Muy pronto, mis flujos vaginales humedecieron su p$ne.

Él sacó un c!ndón del cajón y se lo puso rápidamente.

Una vez que estuvo listo, introdujo su p$ne en mi v$gina.

A pesar de que yo ya estaba mojada, le costó meterme todo su p$ne.

“¡Uf!”

G$mí y me mordí el labio al sentirlo todo dentro de mí.

“George, más despacio. Eres demasiado grande”.

“Relájate”

Susurró, acariciando mi perineo con sus dedos.

Gracias a su gentil caricia, pude relajarme.

Pronto, quise más y más.

“Dame duro, George”

Dije con voz suave.

George comenzó a besarme.

Con toda su fuerza, movió sus caderas, introduciendo toda su p$ne en mi cuerpo, sacudiéndola hacia delante y hacia atrás con un movimiento rápido.

Mi respiración se hizo cada vez más rápida, y poco a poco me consumió el placer.

George colgó mis piernas en sus brazos, empujando aún más rápido y más fuerte.

Cada hueso y músculo de mi cuerpo sentía lo bueno que era ser abusada por él.

Estaba tan inmersa en el placer que pronto me corrí y mi mente se quedó en blanco.

Ya no podía pensar con claridad.

Rodeé su cuello con mis manos, devolviéndole el beso apasionadamente.

Momentos después, una luz blanca atravesó mi mente.

No me había recuperado del intenso placer del anterior orgasmo, y ya tenía otro.

Debido a lo bien que me sentí, mi cuerpo se estremeció por completo.

Después, me dejé caer de nuevo en la cama, entumecida.

Mi boca quedó ligeramente abierta, boqueando como un pez abandonado en la orilla del río.

En lugar de sacarse la p$ne, George se puso de lado y me agarro en brazos.

Su fuerte respiración se sintió tan cálida cuando se filtró en mi nuca, dejándome con un cosquilleo y deseando más.

Una sonrisa de satisfacción y éxtasis se dibujó en sus labios.

“¿Te refieres a este tipo de acoso?”

Me susurró al oído.

Puse los ojos en blanco cuando dijo eso.

Incluso si hubiera hecho una declaración ayer, todavía no lo perdonaría.

No había forma de que mezclara esas dos cosas delante de mí.

¿No se suponía que era conocido por su imparcialidad y profesionalidad?

¡Bah! Yo también podía ser profesional.

Además, todavía no le había pedido cuentas a Zhester Technology por haberme calumniado.

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