No te pertenece
Capítulo 731

Capítulo 731:

Punto de vista de Helen:

El acto más audaz e impulsivo que había cometido en toda mi vida fue casarme con George.

Aunque solo fue el acto de registrar nuestro matrimonio en el Ayuntamiento y no una boda pública, fue una decisión infernal que tomé espontáneamente.

Todo fue tan rápido que mi cabeza aún daba vueltas, y me pasé toda la noche dando vueltas a lo que George había dicho.

Después de sopesar los pros y los contras de casarme con George, llegué a la conclusión final de que las ventajas superaban con creces los inconvenientes para mí en ese momento.

Posteriormente, dije que sí a la propuesta de George.

Los trámites fueron tan rápidos que no hubo lugar para que me replanteara si había tomado la decisión correcta o no.

Estaba en estado de éxtasis cuando salí del edificio como mujer casada.

Nunca pensé que me casaría tan pronto.

¿Fui demasiado impulsiva en mis acciones?

Cuando levanté la vista hacia George, descubrí que él también me miraba fijamente, con sus ojos sin parpadear y eran serios.

Me miró sin decir nada durante un buen rato y pensé que tal vez había cambiado de opinión por cómo se habían desarrollado los hechos.

Si lo hacía, podríamos divorciarnos de inmediato.

De repente, levantó su mirada sonriente.

“Cenemos esta noche para celebrar este momento tan importante en nuestras vidas”

Me quedé en silencio un momento antes de asentir con gusto.

“De acuerdo”.

Cuando llegué al bufete de abogados, pensé de repente en algo que no había pensado antes en mi cabeza.

Definitivamente era ventajoso para mí casarme con George, pero… ¿Qué podría obtener él de este matrimonio?

Todo esto no funcionaría a su favor.

Al pensar esto por varios segundos, tomé mi teléfono y le envié un mensaje a George.

[¿Estás ocupado?]

[¿Qué pasa?]

Respondió él inmediatamente.

[Solo hemos estado separados unos minutos. ¿Ya me echas de menos?]

[Dime. ¿Por qué te casaste conmigo? ¿Es solo porque eso es lo que quiere mi madre?]

Todavía me parecía que era solo un sueño, así que quise asegurarme de nuevo.

Me había pellizcado para asegurarme de que no estaba soñando, pero quería escucharlo de la boca del caballo.

[Supongo que es porque estaba intentando ser un héroe para salvar a la damisela en apuros]

Esa fue la respuesta de George.

Me froté la frente y noté que George solo estaba bromeando.

[En serio, ¿Por qué te casaste conmigo? Nuestro matrimonio apenas te beneficia. De hecho, tienes que sacrificar tu propia felicidad. Entonces, ¿Por qué?]

[¿Quieres la verdad?]

Respondió George después de que pasaron varios minutos.

[Me caso contigo porque te amo. La otra razón importante es que quiero acabar con las citas a ciegas que me organiza mi familia]

[Helen, casarse es una situación en la que ambos salimos ganando]

Aunque no pude ver su expresión, me imaginé su rostro serio mientras me escribía en su teléfono personal.

[¿Entonces no es porque te doy pena?]

Pregunté, apretando los labios.

Creía que esa era la razón más posible por la que se había casado conmigo.

[¿Se supone que debo casarme con todos los que me dan pena?]

George hizo una pregunta retórica.

Por fin me había convencido y lo dejé así.

Entonces me dediqué el resto de mi tiempo tranquilamente al trabajo.

En cuanto me puse a trabajar, el tiempo pasó volando.

Antes de que me diera cuenta, todos mis compañeros ya se habían ido y yo era la única en el despacho.

Miré mi reloj y me sorprendió que ya fueran las 9 de la noche.

También vi un mensaje sin leer de George en mi teléfono.

[Llámame cuando termines tu trabajo. Te recogeré]

Recogí rápidamente mis cosas y bajé las escaleras.

En cuanto llegué a la acera y me disponía a llamarle, el coche de George se detuvo con un chirrido delante de mí.

Bajó su ventanilla al ver que voltee mi cabeza hacía él.

“Sube”.

Abrí rápidamente la puerta del asiento del copiloto y subí.

Luego él pisó el acelerador y giró el volante con habilidad.

Sin embargo, no conducía hacia mi apartamento.

Le di un vistazo, sorprendida.

“Estoy seguro de que mi apartamento está en la dirección opuesta”.

“Lo sé. Tengo una sorpresa planeada para ti. Vamos a un lugar especial donde podamos celebrar nuestro primer día de casados”

.

.

.