No te pertenece
Capítulo 706

Capítulo 706:

Punto de vista de Helen:

Me di la vuelta y di un vistazo por la ventana.

Pero no había nadie en la azotea del edificio de enfrente.

Las luces de muchos pisos seguían encendidas.

Había una gran diferencia con la oscuridad que había visto en mi sueño.

Respiré tranquilamente un par de veces y miré a George con la expresión más serena que pude.

«Lo siento. Creo que soy sonámbula».

George no respondió verbalmente. Solo me agarró del brazo y me acompañó hasta el dormitorio.

Cuando entramos, me dio la vuelta gentilmente y me envolvió en un abrazo.

Ni siquiera se me ocurrió resistirme al abrazo.

A salvo entre los brazos protectores de George, por fin me relajé y mi ritmo cardíaco disminuyó mientras él me frotaba círculos relajantes en la espalda.

Era mi padre.

El hombre de mis pesadillas últimamente resultó ser nada menos que mi padre.

Nunca había soñado con él desde que falleció.

Para ser exactos, no veía a mi padre en mi sueño sino como una ilusión.

Gracias a mi propia y muy vívida imaginación, no pegué ojo el resto de esa noche.

Cuando atrapé el primer rayo del amanecer, me levanté rápidamente de la cama y abandoné cualquier intento de dormir.

Después de vestirme para el día, salí para encontrar que George me había preparado un desayuno bastante sencillo.

Una vez que terminamos de desayunar, nos fuimos juntos al trabajo.

De camino a la estación de metro, me di cuenta de que George había aparcado al azar en el arcén la noche anterior y no había movido el coche.

Ahora, no solo le habían puesto una multa, sino que su coche estaba bloqueado.

«Aquí no se puede aparcar»

Dije con dudas mientras daba un vistazo a su coche.

George llamó a su ayudante y le dijo que se encargara del coche como también de la multa.

Sin intercambias palabras entre nosotros, ambos caminamos en dirección a la estación de metro.

Mientras cruzábamos la calle, George me agarro de la mano, pero cuando llegamos al otro lado, no me soltó y yo no quité mi mano de la suya.

Así permanecimos hasta que llegamos al metro agarrados de la mano.

En el metro, estaba muy nerviosa.

Cada vez que daba un vistazo por la ventana o cuando el tren pasaba por un túnel, cerraba los ojos inconscientemente.

De repente, George me agarró por los hombros y me hizo girar para mirarle.

«Helen, deja que te lleve al hospital»

Afirmó con una voz inundada de preocupación.

«No, no es necesario. Me siento un poco mal, pero eso es todo. No es nada grave, no te preocupes por esto».

La mentira pasó por mis labios sin problemas.

«¿Estas segura? ¿No necesitas tomar medicación para ello?»

Preguntó George.

“El médico ha dicho que por ahora estoy bien. Si se agrava esta situación o siento que no puedo soportarlo, iré al hospital de nuevo».

Aunque le mentí descaradamente en el rostro a George, mi voz no vaciló ni mi expresión titubeó.

La verdad era que no solo necesitaba tomar la medicación, sino también una intervención psicológica.

Sin embargo, había estado demasiado ocupada en las últimas semanas como para dedicar el tiempo suficiente a ir al hospital.

Dudaba que mi estado fuera tan grave, en cualquier caso. No podía entenderlo. Había pasado por días más duros y oscuros en el pasado.

Ahora todo iba por buen camino…

¿Cómo podía empezar a tener crisis mentales de repente?

Sin embargo, George seguía preocupado por mí.

«La próxima vez iré al hospital contigo».

«Ok»

Acepté distraídamente.

A juzgar por mi estado actual, probablemente necesitaba ver a un médico pronto.

«¿Estás ocupada con el caso de Spacetime Finance?»

La profunda voz de George volvió a escucharse por encima de mi cabeza.

«¿Cómo lo has sabido?»

Levanté la vista hacia él, sorprendida.

¿Cómo este hombre puede estar pendiente de estas pequeñeces?

¿No es el directos de una gran compañía?

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