No te pertenece
Capítulo 694

Capítulo 694:

Punto de vista de Helen:

¿Qué demonios?

¿Por qué tuve que presenciar semejante escena?

«¿Qué pasa?» preguntó confundido George, que estaba detrás de mí.

«Nada».

Declaré y cerré rápidamente la puerta.

Sin dar la cara a George, le agarré del brazo y lo arrastré torpemente hacia el ascensor.

De repente, mis mejillas se encendieron.

Lo único que quería era borrar de mi memoria la escena que acababa de presenciar.

Pero George fue persistente en su búsqueda de saber por qué nos íbamos con tanta prisa.

«¿Está Lucy en casa?»

«Sí».

Me apoyé en la pared del ascensor y me di unas palmaditas en el pecho, tratando de devolver mi corazón a su sitio.

George me observó en silencio durante un rato.

Creo que se dio cuenta de lo que pasaba por dentro porque estiró la mano y me acarició el cabello.

«Está bien».

A decir verdad, lo que vi hace un momento no fue gran cosa.

Ya había visto a Lucy desnuda antes.

Además, solo tuve una vaga impresión de sus cuerpos entrelazados ya que la luz no estaba encendida.

Sin embargo, ser consciente de que no era gran cosa no me impidió sentirme avergonzada por haber entrado a mi amiga teniendo se%o.

George y yo salimos de la comunidad donde se encontraba el apartamento de Lucy y nos quedamos en la carretera, sin saber a dónde ir, estaba sudando demasiado.

Ahora solo quería encontrar un lugar para ducharme y luego dormir.

Como solo necesitaba un lugar para ducharme y descansar por la noche, entonces un hotel era la mejor opción para mí en este momento.

Mañana, le pediría a la limpiadora que limpiara mi casa y podría volver a ella, pero George se mostró prepotente y llamó al personal del hotel en el que solía quedarse. A los pocos segundos me consiguió una suite.

«Espérame aquí. Te llevaré»

Anunció antes de caminar hacia su coche, que estaba aparcado no muy lejos de aquí.

Mientras lo veía irse, un ceño fruncido se me cruzó.

No teníamos nada que ver, así que, ¿Por qué iba a hacerle caso?

Cuando su espalda desapareció de mi vista, me di la vuelta y caminé en otra dirección.

Mientras serpenteaba por la carretera, saqué mi teléfono y busqué el hotel más cercano.

Pero estos hoteles no parecían ser fiables, así que tuve que seguir caminando hacia adelante.

George eligió este momento para conducir su coche.

Aparcó el coche delante de mí, bajó la ventanilla S 11 y llamó:

«Helen, entra en el coche».

Miré a George por debajo de mis pestañas y debatí mi próximo curso de acción.

Finalmente, exhalé un suspiro y entré en el coche.

En cuanto estuve en el coche, dije la dirección del hotel que acababa de encontrar.

«Tú puedes llevarme allí, gracias».

Mi tono era educado y formal, enfatizando aún más la falta de relación entre nosotros.

George inclinó la cabeza hacia mí y murmuró en voz baja:

«Volvamos al hotel. Te será más cómodo ir a trabajar desde allí mañana por la mañana. No te preocupes. La habitación que te reservé no está en la misma planta que la mía. No te molestaré».

Finalmente, no tuve más remedio que dejar de luchar y dejar que me llevara a ese hotel.

Me costaba entender lo que George estaba pensando. Ya le había dejado claro que no tenía sentido que actuara así.

Después de todo, ni siquiera éramos amigos.

En cuanto llegué al hotel y conseguí la tarjeta de la habitación, me dirigí inmediatamente hacia el ascensor, pero George me detuvo antes de que pudiera salir.

«Helen, voy a volver a la sede dentro de unos días. Puede que tarde en volver».

Me burlé de él.

«No hace falta que me informes de tu agenda».

No tenía nada que ver conmigo a dónde iba y cuánto tiempo se quedaba en otro lugar.

De repente, George dio un paso adelante y me agarró por los hombros, obligándome a levantar la vista hacia él.

Sus ojos eran amplios y suplicantes.

«Ya que te niegas a darme una oportunidad, ¿Puedes prometerme que tratarás a otros hombres de la misma manera? Al menos dame una oportunidad de competir limpiamente con los demás. Puede que ese Phil no sea adecuado para ti, y yo no soy peor que él».

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