No te pertenece
Capítulo 552

Capítulo 552:

Punto de vista de Charles:

El cumpleaños del abuelo fue en Navidad. Le hicimos la fiesta en un hotel de cinco estrellas. En este día tan importante, Caroline volvió de la isla. Conseguí que un coche fuera al muelle a recogerla.

Ella había estado en la isla durante varios días.

Aunque no había pasado tanto tiempo desde que se fue, cada día seguía siendo un infierno para mí. Esperé ansiosamente hasta que el coche llegó por fin frente al hotel.

La puerta se abrió y Caroline se bajó.

De un solo vistazo, la vi entre la multitud.

Caroline llevaba un vestido impecable y un par de zapatos planos de cuero. Tenía mucho mejor aspecto que antes.

Ni siquiera las diosas de los mitos eran más asombrosamente hermosas que ella en ese momento.

Las luces brillantes del hotel palidecían en comparación con su coqueteo. Hacía unos días que no nos veíamos, pero parecía que se había cuidado mucho.

Su barriguita había crecido un poco y se había puesto un poco más rellena. Estaba rebosante de vitalidad. Su elegante temperamento hacía que la gente no pudiera apartar los ojos de ella. Debía de haberse arreglado especialmente para esta noche. Su ligero maquillaje resaltaba sus rasgos faciales más atractivos.

A pesar de estar embarazada, era sin duda la mujer más hermosa del lugar. Me han dicho que tocaba el piano y escuchaba música en la isla todos los días. Y cuando se sentía agotada, se iba a dar un paseo por la playa.

Incluso se reunió con sus amigos en la isla el fin de semana pasado.

Y para ser honesto, yo odiaba mucho esa isla. Compré esa estúpida isla, para que pudiéramos ir allí de vacaciones. Pero ahora, ella siempre iba allí solo para esconderse de mí.

Caroline saludó a los demás asistentes con una inclinación de cabeza y una sonrisa.

Luego, caminó hacia mí y se puso a mi lado. No era de extrañar que estuviéramos al lado en la fiesta.

Desgraciadamente, ni siquiera me miró. Podía estar sonriendo, pero no me dirigió ni una pestaña.

Para calmarme, tuve que respirar profundamente varias veces y la miré, queriendo decir algo.

Pero antes de que pudiera decir una palabra, un anciano se acercó con sus hijos para saludarnos.

«¡Charles! Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos. Parece que su relación va viento en popa. ¡Son una pareja hecha en el cielo!»

Yo, por mi parte, no era aficionado a los cumplidos innecesarios. Puse mi mano en la parte posterior de la cintura de Caroline y puse una sonrisa.

«Gracias por el cumplido. Por favor, asiste a nuestra fiesta cuando nazca nuestro hijo».

«¡Con mucho gusto! Ya lo estoy deseando», dijo el anciano con una sonrisa.

Al cabo de un rato, Caroline no pudo aguantar más. El agotamiento estaba escrito en su rostro. Se frotó la cintura y estiró las piernas.

«¿Estás cansada? Vamos a buscarte una habitación para que puedas descansar». Le sujeté el brazo con una mano y le puse la otra en la cintura.

Después, la llevé a la habitación de arriba.

Cuando entramos en la habitación, Caroline soltó un suspiro de alivio.

«¿Por qué no me dijiste que estabas cansada?» le pregunté, poniéndome en cuclillas frente al sofá. Luego, puse las piernas de Caroline sobre mis rodillas y comencé a masajear sus tobillos.

«Estoy bien. Es solo que hoy hay muchos invitados aquí. No sería apropiado que me escondiera aquí para descansar».

Caroline quiso retirar las piernas, pero yo las sujeté con más fuerza.

«No te muevas», le dije, dirigiéndole una mirada severa.

«Si te esfuerzas aún más, no podrás caminar mañana».

«¿Es tan grave?»

Caroline me miró, frunció los labios y desvió la mirada enseguida.

«Esos invitados no son tan importantes como tú y nuestro hijo. Quédate aquí, descansa un poco, yo me encargaré del resto».

A partir de entonces, bajé las piernas de Caroline y volví a la sala de banquetes para entretener a los demás invitados.

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