No te pertenece
Capítulo 169

Capítulo 169: 

Punto de vista de Rita:

Nunca me había alegrado tanto como ahora cuando vi la noticia del ab%rto de Scarlett por todo Internet.

Llamé a Richard antes de volver a casa. «¿Puedes recogerme en el aeropuerto?»

Un largo momento de silencio después, respondió en voz baja: «De acuerdo».

No me sorprendió verle esperándome en la salida nada más salir del aeropuerto.

Le seguí hasta el coche y me senté en el asiento del copiloto.

Me acerqué a él y le miré a los ojos mientras le preguntaba: «¿Cómo te ha ido últimamente? ¿Me has echado de menos?».

Richard frunció los labios y permaneció en silencio mientras arrancaba el coche y conducía.

Entre risas, coloqué mi mano en su muslo y lo froté gentilmente.

Al instante, sentí que su respiración se hacía más pesada, pero permaneció inexpresivo.

Deslicé lentamente la mano hacia el interior de su muslo y pasé las yemas de los dedos por la costura de su pantalón.

Richard me agarró la mano y la apartó antes de decir con voz fría: «No hagas eso».

Pero le puse la mano en el hombro y le pellizqué gentilmente el lóbulo de la oreja con una sonrisa.

«¿Adónde vas?», preguntó en voz baja, mirando directamente a la carretera.

Ignorando sus palabras, me desabroché el cinturón de seguridad y comencé a besar su cuello.

Sentí que su cuerpo se ponía rígido de inmediato, así que le mordisqueé provocativamente el lóbulo de la oreja.

Al notar que su respiración se volvía cada vez más pesada, me burlé en mi corazón.

Era evidente que seguía sintiendo algo por mí, y pensar en ello me hacía feliz.

Justo cuando estaba a punto de apartarme, me senté y le sonreí.

Al ver que había un semáforo en rojo, Richard giró inmediatamente el coche y aceleró, tomando otra carretera.

Había una zona suburbana poco poblada cerca. ¿Qué pensaba hacer?

Pronto detuvo el coche y, justo cuando estaba a punto de desabrocharme el cinturón de seguridad y acercarme a él, me dijo fríamente: «Bájate del coche».

Suspicazmente, di un vistazo por la ventanilla y descubrí que estábamos en medio de un bosque.

¿Pretendía tener se%o conmigo en la naturaleza?

Tras bajar del coche, estaba a punto de preguntarle qué quería hacer cuando, de repente, tiró mi bolso por la ventanilla, arrancó el coche y se marchó.

Un fuerte sentimiento de conmoción se apoderó de mi corazón.

¿Cómo podía dejarme sola en un lugar así?

Estaba furiosa, así que saqué mi teléfono y le llamé, pero no contestó.

En un arrebato, pateé una piedra en el suelo. «¡Mi$rda!»

Finalmente vi un coche que pasaba por allí, pedí que me llevaran y me fui al centro.

Queriendo encontrar a Spencer, fui a su bar.

«¿Qué haces aquí? Todavía no me he desquitado contigo por esos somníferos que me diste», siseó Spencer con frialdad.

Mirándole con expresión inocente, le pregunté: «¿De qué somníferos hablas? No sé nada, Spencer. ¿Has entendido algo mal?».

Pero él frunció el ceño y dijo: «Si no tienes nada que decir al respecto, vete».

Le sonreí y le pregunté con voz preocupada: «Bueno, he oído que Scarlett no está en buen estado. Quiero saber si está bien ahora».

«La han puesto en reposo», dijo Spencer con una expresión de circunstancias.

«¿Realmente tuvo un ab%rto espontáneo?»

«No tengo ni idea», dijo en tono irritado antes de darse la vuelta, con intención de marcharse.

Al ver eso, traté de persuadirlo. «Spencer, Scarlett está pasando ahora por un momento muy duro y necesita a alguien como tú. Deberías aprovechar esta oportunidad para intentar recuperarla. Se casó con Charles solo por el bien de su bebé, y ahora, el bebé se ha ido. Es como si Dios tratara de ayudarte».

Incluso después de eso, se fue en silencio con el ceño fruncido.

Punto de vista de Scarlett:

Esa mañana temprano, recibí un enorme paquete. Era un paquete de Rita.

Justo cuando iba a abrirlo, Janet me detuvo. «No te acerques demasiado. No sabemos qué contiene».

Diciendo esto, se llevó el paquete fuera.

Un rato después, volvió a entrar en la habitación y dejó el paquete en el suelo. «Lo he comprobado. No hay ningún problema».

Entonces di un vistazo más de cerca a su contenido y descubrí que eran fotos de Rita y Charles. Tenía una nota que decía: «De vuelta al propietario».

Me volví hacia Janet y Tracy, les dije con indiferencia: «Corten las fotos por la mitad, tiren a la basura las mitades que tienen a Rita y devuelvan las mitades que tienen a Charles. Además, asegúrate de hacer fotos y enviarlas a la prensa cuando las tires a la basura».

Al oír eso, se miraron entre sí y asintieron.

Luego me acerqué hacia Richard y añadí: «Quiero que te lleves todas las joyas, el vestido de novia que le regaló Charles y que le digas que también van a volver con su dueña».

«Sí, señora», respondió Richard con respeto. «¿Debo decirle al Señor Moore sobre esto?»

«No, se lo contaré yo misma. ¿Sabes qué? Guarda el vestido para Rita, y el resto… puedes darlo a una organización benéfica en mi nombre».

Tras escuchar atentamente mis órdenes, Richard me hizo un gesto con la cabeza y se marchó.

Cuando subí al terminar mi trabajo, vi que Charles seguía durmiendo.

Me acerqué a él con una risita, e inmediatamente se levantó y me abrazó.

Acurrucada en sus brazos, solté una carcajada. «Yo soy la que está embarazada, ¿Por qué duermes tú más que yo?».

«Hace tiempo que no duermo bien», me susurró Charles al oído con los ojos cerrados.

Al notar sus bolsas bajo los ojos, me dio pena.

Le besé la barbilla con cariño y le dije: «Rita me ha enviado unas fotos de ustedes dos».

Charles abrió los ojos y se quejó: «¿Qué quiere ahora?».

Entonces se levantó y bajó las escaleras. Le seguí y vi que Janet y Tracy cortaban las fotos como les había pedido.

Cuando noté que fruncía el ceño, se me apretó el corazón.

¿No estaba contento con mi decisión?

Mientras me perdía en mis pensamientos, se acercó a mí y me besó la comisura de los labios. «Lo que te haga feliz, me hace feliz».

Le miré a los ojos y le dije nerviosa: «También le pedí a Richard que se llevara las joyas que le regalaste a Rita, pero le dije que le dejara el vestido de novia».

Con una mirada de impotencia, miró hacia Janet y Tracy y dijo: «Háganlo rápido».

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