No te pertenece -
Capítulo 1631
Capítulo 1631:
POV de Clare:
Sólo pensar en ella me erizaba la piel.
Le pregunté a Renee:
“La mujer que te visitó antes, Kristine Juárez, ¿Es tu jefa?”
Los ojos de Renee parpadearon de miedo cuando escuchó el nombre de Kristine. Después de un momento, ella asintió vacilante.
Mis sospechas eran acertadas.
El nudo en mi estómago se apretó.
“¿De qué hablaron ustedes dos?”
Renee luchó por encontrar las palabras, su rostro era un lienzo de terror, como si hubiera pasado por algo aterrador.
El peso del prolongado silencio de Renee flotaba pesadamente en el aire.
Le dije: “Renee, tienes que confiar en mí. Sólo puedo ayudarte si me dices la verdad”.
El rostro de Renee se contrajo de dolor.
Ella suplicó:
“Por favor, no me hagas más preguntas”.
Sentí que algo que Kristine había dicho había despertado este miedo y confusión dentro de Renee. Sin embargo, estaba decidido a que esto no podía persistir.
Si dejamos las cosas como están, los problemas de Renee empeorarían y Kristine y sus secuaces criminales continuarían con su alboroto, causando más daño.
Intenté consolar a Renee lo mejor que pude.
“Renee, entiendo que tengas miedo, pero piensa en Sonya. Si no resolvemos esto, ¿Qué pasará con ella?”
La mención de Sonya pareció provocar una reacción de pánico en Renee.
Ella tartamudeó:
“Sonya… ¿Cómo está?”
Sonya era su talón de Aquiles, su fuente de fortaleza y vulnerabilidad.
Entonces la tranquilicé.
“Sonya está muy bien. Se ha dedicado a sus estudios y hay personas que se ocupan de sus necesidades diarias. Pero constantemente me dice cuánto te extraña”.
Las defensas emocionales de Renee se derrumbaron ante mis palabras.
Las lágrimas brotaron de sus ojos y su voz temblaba mientras hablaba.
“Gracias, Clare. Estoy agradecido de tenerte. Eres nuestra salvadora”.
Me dolía el corazón por la frágil figura que tenía ante mí.
Intenté persuadirla suavemente.
“No hay necesidad de agradecerme, Renee. Todo lo que tienes que hacer ahora es continuar con el caso, no sólo por ti, sino también por el bien de Sonya”.
Sin embargo, Renee desvió la mirada, incapaz de mirarme a los ojos.
“No puedo continuar con la demanda, Clare. Por favor, retírala por mí”.
De repente, las palabras anteriores de Kristine resurgieron en mi mente.
La postura de Renee se alineaba con la afirmación de Kristine.
Mis sospechas se profundizaron.
Miré a Renee y le pregunté:
“¿Kristine te amenazó? Sin embargo, no podemos permitir que sigan causando daño. Sólo cuando llevemos a estos culpables ante la justicia podrás tú y Sonya encontrar la verdadera libertad”.
Mis palabras provocaron una nueva ola de lágrimas en Renee.
“Clare, me advirtieron que si sigo con el caso, irán tras Sonya. Sonya es todo lo que tengo. No puedo soportar verla lastimada. Clare, estoy agotada y asustada. No puedo ganar contra ellos. No quiero pelear más”.
El estado emocional de Renee era innegablemente inestable.
Le tomé la mano con fuerza y le dije:
“Renee, ahora vivimos en una sociedad regida por leyes. No pueden hacer nada. Además, garantizaremos la seguridad de Sonya. Ella estará bien”.
Sin embargo, Renee no creyó mis palabras.
Apartó la mano temblorosamente y dijo:
“No puedo correr ese riesgo. Hay mucho en juego. No puedo arriesgarme”.
Sus lágrimas continuaron cayendo.
“Kristine me prometió que si retiro la demanda, no lastimará a Sonya. No puedo soportar presenciar el sufrimiento de Sonya”.
Sus palabras alimentaron una oleada de frustración dentro de mí.
“Entonces, ¿Preferirías confiar en Kristine antes que en mí?”
Los hombros de Renee temblaron mientras se ahogaba con sus palabras.
“No, no es así…”.
Ella repitió:
“Pero hicieron una promesa. Ellos… dijeron que si retiraba la demanda, no pondrían una mano sobre Sonya”.
Destrocé brutalmente su delicada ilusión.
“¿De verdad crees en las palabras de esa gente sin corazón? ¡Si cedes ahora, lo verán como una debilidad y te explotarán! Tú sabes mejor que nadie lo que sucede en su estudio. ¿Cuántas chicas como Sonya están sufriendo? ¿De verdad crees que dejarían en paz a Sonya sólo porque retiraste la demanda?”
Mis palabras no fueron una amenaza sino más bien una comprensión nacida de mi profundo conocimiento del carácter de Kristine.
Como estaba decidida a lograr sus objetivos por cualquier medio, no dejaría ir a Sonya fácilmente.
Un destello de temor se encendió en los ojos de Renee.
Sus hombros se desplomaban con cada momento que pasaba.
“Tienes razón. ¿Qué hago, Clare?”
Parecía que a Renee no le quedó más remedio que venir a mí, su desesperación era evidente mientras suplicaba:
“Por favor, ayuda a Sonya. Puede que yo esté estancada así, pero ella es diferente. Le espera un futuro brillante y no puedo soportar verla seguir el mismo camino que yo…”.
Su afecto genuino por Sonya tocó una fibra sensible dentro de mí, tirando de la fibra sensible de mi corazón.
Me di cuenta de que mis palabras realmente habían resonado en ella.
“Renee, puedes contar conmigo. Estuve a bordo para ayudarte desde el principio, pero también necesito tu compromiso. Ni siquiera entretengamos la idea de rendirnos a la mitad”.
Renee comprendió rápidamente la gravedad de la situación y me aseguró:
“Lo entiendo. No dejaré que sus palabras me influyan más”.
Cuando recuperó la compostura, le pregunté:
“¿Le importaría compartir lo que Kristine le acaba de decir? ¿Qué llevó a este repentino cambio de opinión, que le llevó a pedirme que retirara la demanda?”.
Renee respondió:
“Kristine me mostró algunas fotografías de Sonya. Tienen conexiones y una influencia significativa. Clare, debes tener mucho cuidado”.
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