No te pertenece
Capítulo 1407

Capítulo 1407:

POV de Clare:

Agarró los zapatitos rosas que tenía delante y me sonrió.

“Estos zapatos son absolutamente adorables. Tu bebé definitivamente lucirá increíble con ellos”.

Esas palabras me dejaron sin palabras.

En serio él…

“Ni siquiera estoy segura de si es un niño o una niña”, expliqué.

Kelley sugirió:

“¿Por qué no comprar un par para niño y niña? Considéralo mi regalo para tu pequeño. Yo pagaré la cuenta”.

La propuesta de Kelley me dejó sorprendida.

POV de Lennon:

Tenía una cita programada con Daly al mediodía para discutir una posible cooperación entre nuestras empresas.

Con la crisis actual de ruptura de la cadena de capital de mi empresa, era crucial asegurar este proyecto lo antes posible.

Afortunadamente, estábamos mayoritariamente de acuerdo. Aunque hubo algunos desacuerdos menores, pudimos resolverlos rápidamente durante nuestra reunión.

Mientras profundizábamos en nuestra conversación, mi teléfono vibró con una llamada de Sherman.

Sus palabras me tomaron por sorpresa.

“Me encontré con Kelley y Clare”.

Intrigado, le pregunté:

“¿Dónde?”.

Él dijo:

“En el centro comercial Pohol. Tenía una cita para almorzar allí y los encontré en el mismo restaurante. Planean ir de compras después. ¿Vienes a buscar a tu esposa?”.

“Seguro”.

Miré mi reloj e hice algunos cálculos mentales para calcular cuánto tiempo me llevaría llegar al centro comercial Pohol.

Planeaba comer con Daly y luego pasar a recoger a mi esposa.

Cuando estaba a punto de finalizar la llamada, Sherman intervino:

“Ah, y por cierto, Clare está muy preocupada por la posibilidad de que la cadena de capital del Grupo River se rompa. ¿Qué tal si nos dejas a Stewart y a mí echarte una mano? No es necesario que pases por esto sólo. Después de todo, nos has ayudado mucho en el pasado”.

Su oferta de asistencia me conmovió.

Le transmití mi gratitud tanto a él como a Stewart y respondí:

“Estoy en medio de negociaciones con Daly. Si él acepta colaborar, nuestro problema financiero se resolverá. Pero si me abandona, ciertamente me apoyaré en ti y Stewart. Te debo un trago. Tengo algunas botellas de buen vino que han estado guardadas durante cuatro o cinco años”.

La voz de Sherman rebosaba diversión cuando respondió:

“Descansa tranquilo. Estaremos listos y esperando esa bebida”.

Al finalizar la llamada, regresé a la habitación privada. Daly me sirvió una taza de té y preguntó:

“¿Cómo le ha ido al Grupo River últimamente? Quiero saber la verdad”.

Puse una sonrisa educada y respondí:

“Señor Yates, debe comprender que la enfermedad de mi abuelo ha causado una confusión inevitable en la empresa. Tendré que depender de su ayuda en el futuro”.

Daly quedó satisfecho con mi respuesta.

Él se rió alegremente y dijo:

“Ya te considero parte de mi familia. Si necesitas algo, házmelo saber”.

Sentí que era sólo un gesto de cortesía, así que le di las gracias y no dije nada más. Sin embargo, me sorprendió cambiando de tema y diciendo:

“Lennon, siempre haré todo lo posible para ayudarte si me pides ayuda. Pero tengo un pequeño favor que pedirte. No estoy seguro de si estarás de acuerdo o no”.

Me di cuenta de que Daly era un hombre de negocios astuto y no haría ningún trato que no fuera beneficioso para él.

Esta vez debe haber planeado minuciosamente su propuesta.

Aunque era consciente de la naturaleza ambiciosa de Daly, no tuve más remedio que pedirle ayuda.

Respiré hondo y puse una expresión curiosa mientras respondía:

“Por favor, dímelo. Cualquiera que sea tu petición, haré todo lo posible para satisfacerla”.

Daly sonrió y me aseguró:

“No es un gran favor. Como sabes, solo tengo una hija, Ángel. Mi esposa y yo la hemos mimado desde que era niña. Siempre tratamos de conseguirle todo lo que desea, ya sea una persona o una cosa. Ahora que ella ya no es joven y yo me estoy haciendo mayor, mi mayor deseo es que ella encuentre un buen marido”.

Aunque entendí su mensaje subyacente, logré mantener la compostura y seguir escuchando lo que tenía que decir.

Daly dejó escapar un suspiro y continuó diciendo:

“A lo largo de los años, le he presentado a Ángel a numerosos jóvenes, pero a ella no le ha gustado ninguno de ellos excepto tú. Entiendo que ya estás casado y tienes una buena relación con tu esposa, pero Ángel ha expresado su deseo de casarse sólo contigo. Como su padre, no quiero que ella esté sola por el resto de su vida sólo por esto”.

Las intenciones de Daly habían quedado claras como el día.

Me las arreglé para mantener mi diversión bajo control, sin ofrecer respuesta a sus palabras.

Finalmente entendí por qué me había invitado a esta comida. En silencio, comencé a formular mentalmente un plan de acción.

Daly, ajeno a mi cambio interno, continuó:

“Lennon, me doy cuenta de que lo que voy a preguntar puede parecer excesivo, pero Ángel es la niña de mis ojos. Odiaría verla herida. ¿Considerarías divorciarte y casarte con Ángel en su lugar?”

Justo cuando me estaba preparando para rechazarlo, añadió:

“Sabes muy bien que casarte con Ángel significaría que todo el Grupo Yates caería en tu regazo. Nuestras dos familias podrían entonces unir fuerzas y alcanzar nuevas alturas. Siempre lo he sabido. Debes ser inteligente y motivado. Me parece que sólo el estatus familiar de Ángel puede ofrecerte el impulso adicional que necesitas”.

Una ola de burla silenciosa me invadió.

Le gustaba afirmar que esto era por su hija, pero su verdadero motivo era diferente. Simplemente esperaba beneficiarse de una unión entre los grupos River y Yates.

Daly había mantenido una relación cordial con mi abuelo a lo largo de los años, pero en realidad estaba planeando elevar al Grupo Yates por encima del Grupo River, convirtiéndolo en la corporación líder en Nueva York.

Lamentablemente para él, sus cálculos estaban equivocados. A pesar de los problemas del Grupo River sus raíces aún eran fuertes.

Incluso sin su ayuda, recuperaría su fuerza a su debido tiempo. Nunca dejaría que mi matrimonio con Clare fuera una víctima de la política corporativa.

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