No te pertenece
Capítulo 132

Capítulo 132: 

Punto de vista de Scarlett:

Cuando empezamos a bajar la montaña, ya estaba bastante oscuro, y sintiéndome cansada, no pude evitar bostezar mientras bajaba.

Charles se puso delante de mí y se agachó. Estaba confundida.

«¿No estás cansada? Ven, deja que te lleve». Su voz mezclada con la brisa fresca resonó en mis oídos.

Miré su ancha espalda, sintiéndome un poco indecisa, cuando continuó: «¿Quieres que te lleve a la espalda o quieres que te cargue en mis brazos? Elige».

Tras dudar un rato, miré inconscientemente a los transeúntes y me subí a su espalda.

Al sentir el calor de su ancha espalda, tuve una sensación de seguridad sin precedentes, e inconscientemente rodeé su cuello con mis brazos.

En cuanto llegué a casa, me desplomé en el sofá, estirando las piernas hacia los reposabrazos.

Sentía los músculos de las pantorrillas doloridos por la caminata, sentía que había hecho un esfuerzo excesivo.

«¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan cansada?» preguntó Christine con preocupación al ver que me temblaban las piernas.

«Estoy bien, abuela. Probablemente me siento débil porque no he caminado tanto en mucho tiempo», traté de consolarla al ver que estaba preocupada.

«¿Cuánto tiempo la hiciste caminar? Hoy te voy a dar una lección, mocoso». le dijo Christine a Charles.

«Solo la llevé de excursión para que se relajara». Agachando la cabeza, Charles no se atrevió ni siquiera a darle una mirada.

«¡Eso es una mierda! ¿Te has vuelto loco? ¿Por qué no puedes sacarla de compras? ¿Por qué tuviste que subir a la montaña?» Alice también le gritó a Charles con rabia.

«Lo siento. Es mi culpa». Charles rara vez admitía sus errores.

Sin embargo, no podía soportar que lo regañaran. «Abuela, estoy bien. Solo estoy un poco cansada”.

«No hables por él. Es un adulto, pero todavía no sabe cuidar de ti en absoluto», dijo Christine enfadada, mirando a Charles

«Deja que te masajee las piernas». Diciendo eso, Charles empezó a masajearme las piernas antes de que pudiera decir nada.

«Estoy bien…» Aunque me sentía un poco incómoda, era innegable que su masaje se sentía increíble. Ejerció una presión moderada sobre mis piernas para que me sintiera cómoda. Pero de repente, se detuvo. Con el ceño fruncido, le di un vistazo, confundida.

«Lo siento, me olvidé de que estás en tu período», dijo Charles en tono de remordimiento.

«¿Scarlett tiene la regla?» preguntó Alice.

El corazón me dio un vuelco, pero pronto recuperé la compostura. «Sí, tengo la regla».

Alice pareció estar demasiado decepcionada como para decir algo y se limitó a suspirar.

No podía soportar verla tan deprimida. Sin embargo, no podía entender una cosa. Estaba claro que estaba actuando, ni siquiera Charles podía ver a través de ella.

¿Cómo podía saberlo?

De repente, recordé que había vomitado en nuestro vuelo de vuelta a casa, y tal vez, esa era la razón por la que parecía tan sospechosa. «Pensé que estabas…» Alice murmuró con pesar en sus ojos. Hice como si no la hubiera oído y me quedé en silencio.

Cuando los ancianos se fueron, Charles preguntó: «¿Qué quiere decir mamá con eso? ¿Qué te pasa?». En un ataque de pánico, no pude evitar negar con la cabeza. Sin hacer más preguntas, Charles se inclinó y siguió masajeando mis piernas hasta que la cena estuvo lista.

«Te pido que vengas aquí para hablar de la boda». Mientras cenábamos, Michael, que estaba sentado en el asiento del anfitrión, habló con voz seria.

«Creo que lo mejor sería que lo hiciéramos el primero del mes que viene. Así tendremos tiempo suficiente para prepararla y no se retrasará el programa de formación de Scarlett en el extranjero», dijo Alice con entusiasmo.

«Estoy de acuerdo. Para entonces, el tiempo será mucho más cálido, y Scarlett no sentirá frío en su vestido de novia», se hizo eco Christine.

«También creo que es una gran idea. Pidamos a los organizadores de eventos que se encarguen de ello. Lo harán con rapidez y eficacia», dijo también Lawrence. Al oír eso, di una mirada confusa a Charles.

«Scarlett, no te vayas al extranjero ahora. Tú puedes continuar tu entrenamiento después de la boda», dijo Alice, tomándome de la mano.

«No quiero casarme. Para ser sincera, no quiero una ceremonia de boda con Charles», expresé, mirándolos mientras me levantaba de mi asiento. En cuanto escucharon eso, me dieron un vistazo con decepción en sus ojos. Charles también se quedó perplejo, pues no esperaba que lo rechazara con tanto descaro.

«Scarlett, tú…» Christine hizo una pausa y suspiró sin poder evitarlo. Todos guardaron entonces silencio.

Charles retiró su mirada y dijo con indiferencia: «Comamos primero».

La multitud, originalmente entusiasta, comía ahora con una mirada sombría.

De repente, Christine golpeó la mesa con los puños, lo que nos sorprendió.

«¡He dicho que la boda debe celebrarse!», dijo con voz fría y actitud dura.

«Abuela…» La llamé inconscientemente, pero ella apartó la mirada con un bufido.

«Scarlett, es solo una boda, que debería haberse celebrado hace tres años. ¿De verdad no la quieres?» Alice hizo lo posible por persuadirme.

«Mamá, Charles y yo… nosotros…» La miré torpemente, queriendo decirle que me iba a divorciar de Charles tarde o temprano, pero al ver lo ansiosa que estaba, no me atreví a decirlo.

«Scarlett, ¿Hay algo de Charles que te hace sentir incómoda? Dímelo y lo educaré». Lawrence me persuadió a continuación.

Me volví hacia Charles, esperando que dijera algo, pero bajó la cabeza y siguió bebiendo.

«No hay nada malo en él. Es que no quiero…» Dije en voz baja, bajando la cabeza.

«Vamos a comer primero». Michael también suspiró con decepción. Después de la cena, Alice nos pidió a Charles y a mí que nos quedáramos esta noche. Yo le di una mirada suplicante a Charles mientras estaba en la habitación con él.

«Por favor, ayúdame a decirle a la abuela que la boda…»

«¿Qué quieres que le diga?» Charles me miró y fingió estar confundido.

Justo cuando iba a decir algo, añadió: «Yo también quiero que esta boda…».

«¿Qué has dicho?» Le di una mirada de incredulidad.

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