No te pertenece
Capítulo 1085

Capítulo 1085:

Punto de vista de Helen:

Traté de calmarla con mis palabras, pero Sarah todavía estaba en pánico.

Era lo normal, ¿Quién no se preocuparía así por su hijo?

“No. No puedo estar tranquila si no le veo en persona. Rubén, reserva un billete a Nueva York ahora mismo”.

Sarah tomó la mano de su marido presa del pánico.

“Vale, reservaré los billetes ahora mismo. Helen, tú has estado varias veces en Nueva York, ¿Verdad? Debes de conocer bien la ciudad. ¿Puedes venir también con nosotros?”.

Rubén sacó rápidamente su teléfono y se dispuso a reservar los billetes.

Acepté de buen grado ir con ellos, así que pronto fuimos los tres al aeropuerto.

Rubén y su mujer me habían ayudado mucho a lo largo de los años. No habría sobrevivido sin su ayuda. Ahora me necesitaban, obviamente, iba a estar a su lado pasara lo que pasara.

Además, yo podría haber tenido algo que ver con las prácticas de Warren en Zhester Technology, y nunca me perdonaría que le pasara algo.

Antes de irme, llamé a Lettie y Platt, explicándoles que me iba a Nueva York con Rubén y su esposa para ver a Warren.

Últimamente había estado tan ocupada con mi trabajo que sólo iba al hospital a cuidar de Platt fuera del horario laboral, y me había sentido culpable por ello.

Pero ahora sentía que ni siquiera merecía ser su novia.

Platt sonrió y me consoló:

“Ahora estoy mucho mejor. Los niños están con Lettie y las enfermeras me cuidan muy bien, así que no te preocupes por nosotros”.

En cuanto llegamos a Nueva York, Chana nos recibió en el aeropuerto y se presentó:

“Hola, soy Chana, la secretaria de George. Primero se acompañaré al hotel. La empresa lo ha organizado todo y podrán ver a Warren cuando quieran”.

Nos llevaron al hotel donde solía alojarse George y Chana nos ayudó a registrarnos.

La habitación que les dieron a los Blake no estaba en la misma planta que la mía.

La recepcionista nos dijo que sólo quedaba una habitación en la planta donde estaba Warren, así que Chana tuvo que conseguirme una habitación en otra planta.

Cuando subí con la llave de tarjeta, descubrí que se trataba de una suite presidencial.

Sabiendo que George debía de haberle pedido a Chana que me la consiguiera, volví a bajar enfadada para pedir que me cambiaran de habitación.

Sin embargo, la recepcionista me dijo disculpándose:

“Lo siento mucho. De momento no tenemos habitaciones libres en el hotel. Si no está satisfecha con esa habitación, puede esperar un poco más. Le informaré cuando alguien se vaya”.

No pude evitar preguntarme si George tenía un motivo oculto.

Si no, ¿Cómo podía explicar el hecho de que todas las demás habitaciones estuvieran ocupadas?

Sin embargo, seguía pensando que no era posible, porque el hotel estaba situado en el corazón de la ciudad y era infame, así que era comprensible que estuvieran al completo.

Pero, en el fondo, esperaba ser yo quien se lo pensaba demasiado.

Rubén y su mujer ya habían deshecho el equipaje y estaban abajo.

“¿Estás lista, Helen? Nos vamos ya a Zhester Technology. No dajaré de preocuparme hasta que vea a mi hijo”.

“Por favor, espérame. Sólo será un momento. Sólo necesito guardar algo”.

No tuve más remedio que guardar primero mi equipaje en la suite antes de partir hacia Zhester Technology con Rubén y su mujer.

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