No te pertenece
Capítulo 1064

Capítulo 1064:

Punto de vista de Helen:

Después de que el avión aterrizara en Burlington, no salí del aeropuerto.

En su lugar, envié un mensaje de texto a Platt, informándole de que había llegado, y le esperé.

Esperé durante casi cuatro horas y afuera estaba oscureciendo bastante.

Ni me contestó ni apareció.

Intenté llamarle, pero su teléfono estaba apagado, lo que me inquietó mucho.

Me preocupaba que hubiera tenido un accidente.

Aunque a Platt le gustaba bromear a veces, nunca rompía sus promesas.

Me había dicho que esta noche cogería un vuelo de vuelta a Burlington.

Si realmente hubiera habido alguna emergencia, me habría llamado para decírmelo.

En ese momento, Clare me llamó y me preguntó:

“Helen, ¿Por qué no estás todavía en el bufete? ¿Qué ha pasado?”

Ya le había dado los detalles de mi vuelo, así que sabía que tenía que estar en el bufete por la tarde.

Probablemente, ya llevaba horas esperándome.

Me sentí un poco culpable y le dije:

“Lo siento, Clare. Me temo que hoy no puedo ir. Sigo en el aeropuerto, esperando a Platt. No me esperes despierta y vete a casa. Hablaremos mañana”.

“El Señor Thompson debería haber llegado al mismo tiempo que tú. ¿Por qué no ha llegado todavía?”

Me puse aún más nerviosa.

“Clare, ¿Estás segura de que reservó el mismo vuelo que yo? ¿Cómo lo sabes?”

“Me llamó por la mañana para preguntarme qué vuelo ibas a tomar. Me dijo que quería darte una sorpresa y me pidió que no te lo dijera”.

Tenía mucho que decirle a Platt, pero desapareció tan de repente.

Estaba tan preocupada que empecé a sentir pánico.

Encendí el teléfono para buscar noticias sobre accidentes aéreos o retrasos en los vuelos, pero no había ninguna, lo que significaba que sólo había una explicación para su ausencia, y era que no había tomado el vuelo.

Ni siquiera sabía dónde había ido Platt a entrenarse en los últimos días, ni tampoco dónde estaba el programa de entrenamiento.

Ni siquiera me había dicho con quién había ido, así que no sabía con quién ponerme en contacto.

No me atrevía a llamar a sus padres sin saber siquiera si realmente había tenido un accidente, porque temía que se preocuparan por él.

Después de devanarme los sesos, agarré un taxi hasta su club.

El hombre que estaba a cargo del club me conocía, así que me preguntó con una sonrisa:

“Helen, ¿Qué te trae por aquí?”.

“¿Sabe dónde va a celebrar Platt el entrenamiento?”.

Pregunté en tono ansioso.

“¿Entrenamiento? No hemos programado ninguna competición últimamente, así que ahora no hay necesidad de programas especiales de entrenamiento. ¿Qué ocurre?”

El hombre parecía confuso.

Me sentí preocupada e impotente cuando descubrí que no había ningún tipo de entrenamiento.

Parecía que Platt no quería que yo supiera adónde había ido.

Había inventado una excusa por su cuenta.

Quería pedirle a alguien que me ayudara a encontrarlo, pero no tenía ningún contacto de sus amigos.

Me sentía una novia terrible.

Él siempre me había dado prioridad a mí y a mis hijos, pero… ¿Y yo?

Sólo podía pedir ayuda a Rubén.

Le pregunté si podía averiguar dónde había estado Platt últimamente.

Rubén también se sorprendió al conocer la noticia.

“Tal vez, su teléfono se quedó sin batería. Platt es un tipo de fiar. No desaparece sin motivo”.

Negué con la cabeza y dije con firmeza:

“No. Nos conocemos desde hace mucho y su teléfono nunca ha estado apagado”.

Como Platt había prometido coger el mismo vuelo de vuelta que yo, pero no apareció.

Algo terrible debía de haber pasado.

“Vale, déjame comprobarlo”.

Después de colgar, esperé ansiosamente noticias de Rubén.

Unos treinta minutos más tarde, me volvió a llamar y me dijo:

“Phoenix fue el último lugar donde se le vio. Reservó un billete de vuelta a Burlington para hoy, pero no embarcó. ¿Sucedió algo que le obligó a cambiar el vuelo?”.

“No, no cambia de vuelo sin avisarme. Necesito unos días libres para buscarle en Phoenix”.

Tenía tanto miedo de que le hubiera pasado algo malo a Platt que no podía pensar con claridad.

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