No te pertenece
Capítulo 1061

Capítulo 1061:

Punto de vista de George:

Todo en la habitación estaba exactamente donde solía estar cuando mi abuelo aún vivía.

Había algunas fotos y algunas de las frutas frescas favoritas del abuelo sobre la mesa.

Parecía que cada día venía alguien a limpiar el lugar y a cambiar las frutas.

Miré su foto. Era la que yo le había hecho cuando cumplió setenta años.

Recordaba muy bien aquel día.

Muchos famosos habían venido a felicitarle.

Mis padres habían invitado a ricos y famosos.

Fue una gran fiesta.

Recuerdo que el abuelo decía que no le gustaban nada las fiestas de cumpleaños.

Prefería una cena sencilla solo con la familia cercana.

Era consciente de que los invitados que acudían ponían una fachada de cortesía cuando lo único que querían era utilizar la fiesta de cumpleaños como medio para acercarse a la Familia Affleck.

El abuelo era una persona discreta que valoraba una vida tranquila. Pero mis padres se aprovecharon de la fuerza y la popularidad del abuelo organizando todos los años una gran fiesta de cumpleaños.

Por mucho que protestara, ellos hacían caso omiso de su petición y sólo se preocupaban de satisfacer sus necesidades.

No asistí al funeral del abuelo porque una vez me dijo que, cuando muriera, no hacía falta celebrar un gran funeral e informar a todo el mundo.

Él sólo quería dejar el mundo en silencio. Pero mis padres ignoraron el último deseo de mi abuelo.

Celebraron un funeral fastuoso al que asistieron los medios de comunicación.

El objetivo era allanar el camino para su carrera.

Me incliné reverencialmente.

Luego miré la foto y le dije con el corazón:

“Abuelo, hay cosas que tengo que hacer. Espero que me comprendas”.

Al salir de la habitación, mi madre me preguntó:

“Debes de tener hambre después de un vuelo tan largo. Le pediré a la cocinera que te prepare algo”.

“No, gracias. Me devolveré a mi habitación”.

La rechacé y volví a mi habitación.

Por la noche, la criada llamó a la puerta y me informó de que mi padre había vuelto a casa.

Mi padre estaba más o menos igual.

Su carrera iba viento en popa ahora que estaba de vuelta en Washington.

No había ni rastro de tristeza en su rostro.

Parecía que ya no había nada que decir entre nosotros, así que nos limitamos a saludarnos con la cabeza.

Mi madre dijo:

“George, la cena está casi lista. ¿Por qué no llamas a Chana para que nos acompañe?”.

Asentí y llamé a Chana, invitándola a cenar.

El hotel que Chana había reservado estaba muy cerca de la casa de mis padres, así que no tardó en llegar, con una delicada caja en la mano.

Era un regalo para mis padres.

El ambiente durante la cena era terriblemente tenso.

Nadie decía ni una sola palabra.

Todos daban silenciosos y torpes bocados a su comida.

Hace años que no cenaba con mis padres.

Aunque no me gustó nada, intenté no demostrarlo.

Chana estaba muy nerviosa. Levantaba la vista de vez en cuando y luego daba cuidadosos mordiscos a su comida.

Estaba claro que no estaba acostumbrada a cenar en circunstancias tan tensas. Pero no se atrevía a hablar.

Cuando terminó la comida, vi que respiraba secretamente aliviada, como si hubiera sobrevivido a una noche sola en una selva oscura.

Pero mi madre no pareció darse cuenta del malestar de Chana. Entonces la invitó a tomar el té después de cenar.

“Chana, ¿Te gustaría tomar el té con nosotros?”.

Chana aceptó a regañadientes.

Temía que mi madre la interrogara sobre mis asuntos personales y pusiera a Chana en un aprieto, así que fui con ellas al salón.

Mi madre le sirvió una taza de té a Chana y charló un rato con ella.

Luego le preguntó:

“¿Qué planes tienes para mañana?”.

Chana respondió:

“Zhester Technology colabora con varias universidades de Washington. Mañana nos reuniremos con los responsables de las universidades”.

Mi madre dijo inmediatamente:

“¿Van a conocer a Rohan Craig? Era mi compañero de clase y tengo una buena relación con él. Si es necesario, puedes llevarme contigo mañana”.

Asentí con la cabeza y contesté:

“De acuerdo”.

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