No te pertenece
Capítulo 1027

Capítulo 1027:

Punto de vista de George:

Me aparté impotente y vi cómo Helen se marchaba enfadada.

Era obstinada y fría como el acero.

Un dolor sordo me atravesó el corazón.

Su fría acogida hacia mí era un recordatorio constante de que nos habíamos divorciado.

Ni siquiera dejaba espacio para que fuéramos amigos.

Sus ojos estaban llenos de odio hacia mí.

En cuanto saltó del coche en marcha, me asusté tanto que me olvidé de respirar.

Mi reacción inmediata a su comportamiento estúpido e impulsivo fue gritarle.

No debí hacerlo.

Tres horas después, seguía conmocionado por su mirada y sus acciones.

Me afectó mucho su imprudencia y su desprecio.

Todavía estaba aturdido cuando volví a casa.

Kendal me estaba esperando en casa.

Sabía que iba a restregármelo y a reírse de mí, así que no me apetecía mucho hablar con él.

“¿Qué te trae de vuelta a casa tan temprano?”.

Me preguntó Kendal con una sonrisa maliciosa.

“¿No te invitó Helen a su casa a tomar un café… y algo más?”.

Estaba terriblemente deprimido.

“En realidad se bajó antes de que pudiera llevarla a casa. Prefería volver a casa andando que en mi coche”.

Helen era terca como una mula.

Kendal tenía ganas de regodearse.

“Parece que Helen te tiene alergia. ¿Qué vas a hacer al respecto?”.

“¿Qué otra cosa puedo hacer?”

Sonreí irónicamente.

“Le he roto el corazón. Mi antigua forma de perseguirla no me ayudará a recuperarla. Tengo que encontrar una nueva forma. Tendré que tomarme las cosas con calma”.

Tenía tantas ganas de reconciliarme con Helen, pero ella estaba en guardia.

Si seguía molestándola, la alejaría aún más.

Para estar con Helen, había aprovechado la oportunidad que se me presentó años atrás en nuestra reunión del instituto para acostarme con ella y que me aceptara físicamente.

Poco a poco se fue enamorando de mí y no podía vivir sin mí.

Como ahora estábamos divorciados, lo mejor que podía hacer era ser un buen exmarido y mantenerla a distancia.

Podría empezar de nuevo, primero haciéndome amigo de ella para que no desconfiara tanto de mí.

Luego haría que volviera a enamorarse de mí.

Tenía la corazonada de que me esperaba un largo y duro camino para reconquistarla. Pero estaba preparado para el reto.

No estaba dispuesto a renunciar a ella tan fácilmente.

Antes de encontrarla, me conformaba con pensar en cuidarla como a una amiga mientras fuera feliz, aunque no pudiéramos volver a ser amantes. Pero cuando la vi, me invadieron todos los sentimientos que tanto me había esforzado por ocultar.

Mi corazón, que había permanecido en silencio durante tres años, habló de repente.

Quería que volviera.

Quería abrazarla, besarla y acostarme con ella.

Cómo quería reiniciar nuestra intimidad anterior. Quería reconciliarme con ella y pasar el resto de mi vida con ella.

“Helen se quedará impresionada si sabe que fuiste decisivo para ayudarla. Has hecho muchas cosas para mantenerla en Nueva York. Fuiste tú quien pidió a Marco, de la asociación de abogados, que Helen se encargara del caso de Darwin. Luego te pusiste en contacto con el juez Benton Cortez y le obligaste a reabrir el caso. Si Helen culmina con éxito este caso de alto perfil, su carrera irá definitivamente viento en popa”.

Sonreí y no dije nada.

Le había pedido a Marco que le diera el caso a Helen porque esperaba que llevara su carrera a otro nivel.

Cuando vi el currículum de Helen, descubrí que sólo se dedicaba a casos pequeños.

Aunque trabajaba con rapidez y eficacia en esos casos, no servía de mucho para impulsar su carrera.

Era una abogada excelente que necesitaba casos más difíciles para sacar a relucir todo su potencial.

En el fondo, también esperaba que se quedara más tiempo en Nueva York, para tener más oportunidades de conocerla ‘accidentalmente’.

Mientras pudiera verla, sería feliz.

“¿Y si tu madre se entera de que Helen ha vuelto a Nueva York? ¿Empezará de nuevo con sus viejos trucos de crearle dificultades a Helen? Sobre todo si se entera de lo que has hecho”.

Preguntó Kendal con cierta preocupación.

“Me da igual que se entere. Los valores de dignidad y honor familiar que ella tanto apreciaba hace tiempo que desaparecieron”

Dije con sorna.

Después de divorciarme de Helen, me sentí tan angustiado que me marché solo al cuartel general en el extranjero y nunca me puse en contacto con mis padres.

Cuando me llamaban, solía colgar.

Las pocas veces que no descolgaba, me limitaba a dejar el teléfono a un lado y guardaba silencio mientras continuaba con mi trabajo.

Eran unos extraños para mí.

Incluso decidí no asistir al funeral de mi abuelo.

De hecho, nunca había aparecido en ninguna reunión familiar durante los últimos tres años.

Kendal asintió.

“Tienes razón. Tu madre quiso emparejarte con Josie después de su divorcio e incluso arruinó su reputación en el proceso. Debió de arrepentirse de su estupidez”.

Después de mi divorcio, mi madre le pidió a Josie que se reuniera conmigo en mi sede en el extranjero y le dijo que me casaría con ella porque estaba interesado en ella.

Ni siquiera conocí a Josie. Además, había dado instrucciones a Chana para que le dijera que Helen era mi única esposa.

Josie procedía de una familia rica y había sido mimada desde niña.

Era una mujer orgullosa con una gran autoestima.

Naturalmente, se marchó llorando.

Como era de esperar, la Familia Burke me dio mi merecido.

Pronto difundieron la noticia de que me había casado y divorciado.

Incluso pintaron mal a mi madre como la suegra del infierno, que fue la razón de mi divorcio de Helen.

Mi madre era una mujer arrogante que caía mal a mucha gente por su forma de hacer las cosas.

De ahí que la noticia de mi matrimonio pronto se convirtiera en tema de profunda discusión entre las señoras ricas.

Mi madre había sufrido una gran humillación a manos de la Familia Burke, por lo que desde entonces rara vez asistía a las fiestas organizadas por las mujeres ricas.

La venganza de los Burke bastó para que dejara de inmiscuirse en mi vida, sobre todo en mi matrimonio.

Al parecer, había aprendido una costosa lección.

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