Monica -
Capítulo 9
Capítulo 9:
POV: Alonzo.
“Joven Spencer”
“¿Está Mónica?”, pregunto algo serio, pero con amabilidad.
“La joven se está preparando para salir, pero le avisaré que usted está aquí, ¿Desea algo de tomar?”
“No, gracias, solo llama a Mónica”
Me deja en el recibidor, tenía mucho tiempo de no venir a esta casa, todo sigue exactamente igual.
“Alonzo”
‘Demonios, esa voz’
Volteo y me encuentro con Ester.
“Que sorpresa que estés aquí”
“Hola, vine a buscar a Mónica”
La coqueta sonrisa que mostraba se desvaneció.
“Sí, por supuesto”
“¿Alonzo?”
Ahora sí es la voz que esperaba escuchar.
“¿Qué haces aquí?”
“Te envié flores con una disculpa, esperaba al menos un gracias de tu parte”
“¿Flores?, yo no recibí nada”
Mira a la empleada que me recibió y fue a llamarla y esta a su vez mira preocupada a Ester.
“¡Ah! Eran para Mónica, creí que papá se las enviaba a mamá, ya sabes cómo son”, le dice Ester a Mónica.
“Tuviste que hacer algo muy malo, Alonzo, para enviar ese enorme arreglo a mi hermana”
“Ester ¿Puedes dejarnos solos?”, le dijo Mónica a Ester.
Esta última la miró mal, pero se retiró.
“¿Entonces no viste el arreglo?
“No, lo siento, pero gracias, supongo”
“Siento lo de ayer, me deje llevar por un impulso”
“No te preocupes, tengo algo que hacer”
“¿Me estás echando?”
“Bueno, viniste sin avisar y yo ya tengo planes”
“No contestas mis mensajes”
Me miró.
Vemos entrar al Señor Harper a la sala y me saluda con una gran sonrisa y muy amable:
“Alonzo, que sorpresa verte aquí”
“Sí, vera señor, vine a disculparme con su hija, ayer hice algo que la ofendió, estoy muy apenado por eso”
Él nos miró a ambos con un poco de sorpresa.
“Mónica, eso habla muy bien de él, admitió su error y se disculpó como un caballero, espero lo hayas perdonado”
“Sí papá, ya el tema quedo aclarado”
“Alonzo, ¿Tienes algo que hacer hoy?”
“No señor”
“¿Quieres acompañarnos a Mónica y a mí a la hacienda”
“¿Hoy? ¿A esta hora?”, pregunté pues sé que queda algo retirada.
“Cierto, probablemente tienes planes para más tarde y nosotros volveremos hasta mañana por la mañana”
“No, no tengo planes señor, planeaba preguntarle a su hija si me acompaña al cine esta tarde, pero su plan me suena bien”
“Perfecto, saldremos en una hora”
El Señor Harper se retira, y Mónica me mira muy seria.
“¿Qué sucede?”
“No tienes que ir si no quieres, papá no te obligará”
“No, quiero pasar tiempo contigo”, dije con una sonrisa, pero ella solo me miró seria.
“No tienes ropa para ir”
“No te preocupes”, dije enviando un mensaje.
“En 40 minutos tendré ropa para dos días”
Y justamente a los 40 minutos mi guardaespaldas llegó con unas bolsas de compras que contenían ropa para los 2 días en la hacienda de los Harper.
No sé por qué acepté la invitación de manera tan impulsiva, pero dos días a lado de Mónica son suficientes para hacer que se le pase el enojo conmigo.
Estábamos en la sala de la casa de Mónica esperando al Señor Harper, cuando él llega con Ester quien trae una maleta y Mónica la mira extrañada.
“Ester quiere acompañarnos también”, dice el Señor Harper.
“Pero si odias ir a la hacienda”, le dice Mónica.
“No lo odio Mónica, solo que estoy concentrada en mis estudios, no puedo ir con ustedes siempre, además quiero pasar tiempo con papá”
“Sí, como sea”, dijo Mónica un poco fastidiada.
Creo que no tiene tan buena relación con su hermanastra, lo cual es extraño ya que antes se llevaban bien.
“Bueno, vamos”
Me sorprendí al ver que caminábamos hacia el patio trasero, pero al ver el helicóptero en el helipuerto privado de los Harper, entendí el por qué.
Los cuatro subimos al helicóptero, me sorprendió que el Señor Harper fuese el piloto y su copiloto Mónica, de verdad esta niña a sus 16 años es sorprendente.
Yo iba embelesado viendo a Mónica, pero llevaba a Ester a mi lado, la niña no dejaba de hablar de lo nerviosa que la ponía volar en helicóptero. Si tanto miedo le da ¿Por qué no se queda y ya?
Aterrizamos en la hacienda unos minutos después, este lugar es enorme, ya había venido antes, pero ahora que estoy más grande puedo notar lo maravilloso de este lugar.
“Vamos a acomodarnos primero”, dijo el Señor Harper.
Llegamos a la casa, y los recuerdos golpean mi mente, amaba venir a esta hacienda.
Mi familia y los Harper compartían mucho, pero cuando el Señor Harper se volvió a casar mis padres no lo frecuentaban tanto.
Mi mamá era muy amiga de la mamá de Mónica y por alguna razón que no se lleva tan bien con la mamá de Ester.
“Mónica, hija, ¿Puedes llevar a Alonzo a su habitación?”, le dijo el Señor Harper a su hija.
“Claro papá”, le respondió con una brillante sonrisa.
Subimos al segundo piso y me llevó por el pasillo, no decíamos nada, al llegar a la habitación sonreí, es la misma habitación que usaba cuando era pequeño.
“Espero estés cómodo”, dijo Mónica dejándome pasar.
“Estaría más cómodo si te quedaras conmigo, pero me las arreglaré”
“Eres un pesado”
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