Monica
Capítulo 78

Capítulo 78:

POV: Alonzo.

“Tómalo con calma”, me miró y sonrió una sonrisa leve pero ahí estaba.

“¿Cómo te sientes?”.

“Cansada y adolorida”, hizo una mueca de dolor

“Llamaré para que te pongan analgésicos”.

“No, no quiero seguir durmiendo”.

“Pero así no tendrás dolor”, le dije preocupado, no quiero que sufra.

“Ya pasará”.

“Amor, estoy bien”, suspire resignado.

“Claro, lo siento, todo es mi culpa”.

Tomé su mano y la volví a besar.

“No, yo no medí las acciones de mis enemigos, fui confiada e ignore las amenazas”.

“Pero fue Isabel la qué te hirió”.

“Si, pero tú no eres responsable de sus actos”, le di un pequeño beso en los labios.

“No me vuelvas a asustar así creí que te perdía”, sonrió y eso lleno mi alma.

“No, me quedaré a tu lado mucho tiempo”.

“Yo también”.

En eso escucho la puerta abrirse ni siquiera note que el Señor Harper no estaba cuando Mónica despertó hasta que entro por la puerta, al parecer traía dos cafés.

“Hija, mi princesa, ¿Cómo te sientes?”.

“Cansada”, se acercó y reviso todo su cuerpo cerciorándose qué todo estaba bien con Mónica.

“Cariño, lo siento tanto, debí cuidarte mejor”.

“No es culpa tuya, de ninguno dijo viéndome a mí,  así que dejen de pedirme disculpas, como íbamos a saber que ellos iban a ser capaces de eso, no es culpa de ninguno de nosotros, fueron ellos, ellos son los que están mal”.

“Aun así princesa, le prometí a tu mamá que iba a cuidarte con mi vida y mira donde estas”.

“Estoy bien, no te preocupes, solo fue un rasguño”.

“Qué casi te cuesta la vida”.

“Pero ya estoy bien, por cierto, tengo buenas noticias que darte”, ambos la miramos con el ceño fruncido.

“Me comprometí, le mostró el dedo anular pero no traía el anillo ya que al entrar en cirugía se lo retiraron”, lo que causó una mueca de confusión en ella.

“¿Lo soñé?”, pregunto viéndome.

“No amor, no lo soñaste, te quitaron el anillo en el quirófano”.

“¡Oh! Es un alivio entonces”, los tres reímos un poco y en ese entonces el médico entro a la habitación.

“Parece que la paciente ya despertó”, dijo llamando la atención de los tres.

“¿Cómo te sientes?”, le pregunto a Mónica.

“Algo adormilada, cansada y con un poco de dolor”.

“Te daré analgésicos para el dolor”.

“No quiero seguir durmiendo”.

“Tranquila, no serán tan fuertes para dormirte pero si lo suficiente para disminuir el dolor cuando me darán el alta”.

“Tranquila, no queremos que las suturas se abran además te estamos administrando antibióticos, en una semana estarás lista para volver a casa, pero recuerda que tienes una fractura, esa tardará más en sanar”, ella hizo un lindo puchero.

“Gracias Doctor”, dijo el señor Harper.

“No hay por qué, ahora los dejo solos”, dijo el doctor retirándose de la sala.

“No puede darme los antibióticos para tomarlos en casa”, dijo Mónica un poco molesta.

“Aquí estarás mejor amor, solo ten paciencia, una semana pasa volando”.

“Odio tener que quedarme en cama”, le di un beso en la frente, es raro que haga berrinche pero cuando los hace luce tierna.

POV: Mónica.

Casi no recuerdo nada después de perder el conocimiento en aquella bodega, en el fondo creo escuchar la voz de Alonzo pidiendo que me quede a su lado una y otra vez.

Después abrí un poco los ojos creo que es un quirófano donde estoy veo sobre mi esa lámpara redonda qué veo en las películas se acerca un hombre con el rostro cubierto por una mascarilla y con gorro.

“Tranquila, te vamos a ayudar, te vamos a colocar una mascarilla cuenta hasta diez”.

Mis ojos se volvieron a sentir pesados después de que me colocarán la mascarilla.

Desperté por que escuche la voz de papá pidiéndome perdón se escuchaba muy preocupado pero mis ojos seguían sintiéndose muy pesado apenas y vi a papá me volví a quedar dormida Siento algo rasposo en mi mano intento moverla pero hay algo pesado sobre ella.

Abro los ojos y lo primero que veo es a Alonzo qué está dormido sobre mi mano y lo rasposo qué sentía era su barba de varios días sin afeitar, intentó mover la mano de nuevo sin despertarlo pero fracaso en el intento.

Se despierta y su mirada se cruza con la mía puedo ver como su rostro luce aliviado al verme apenas y puedo sonreír sigo un poco desorientada pido agua porque tengo desde que esa loca me secuestro sin beber una gota.

Alonzo me acerca un vaso y bebo.

Se siente tan bien.

Me pide que lo haga despacio, vuelvo a sonreír al ver lo preocupado qué está.

Cuando sugiere qué llamara para que me den más analgésicos me niego rotundamente, prefiero soportar el dolor que tener esta sensación como de que mi cuerpo no me pertenece.

Cuando sus labios tocan los míos al fin siento que estoy a salvo, me pide que no lo vuelva a asustar y recuerdo que lo oí pedirme muchas veces que me quede a su lado cuando estaba inconsciente así que le digo que me quedaré a su lado.

Me pide disculpas por lo que hizo Isabel pero sé que no es su culpa, yo no medí las acciones que ella.

Nicol y el papá de Rodrigo lo podían hacer.

Me confíe, no tome tan en serio las amenazas, cuando papá entra también se disculpa ya me estoy cansando de oírlos pedirme perdón por cosas que ellos no pueden controlar así que les dejo en claro que no es su culpa.

Cuando el doctor me dice que me quedaré una semana aquí me molesto no me gusta estar en un solo lugar sin hacer algo productivo.

Ese mismo día Antonio, Magali y Joseph llegaron de visita, Alonzo aprovecho para ir a su oficina a traer unos documentos que necesita, no se ha despegado de mí ni un segundo, y creo que hoy es el día de las disculpas por que Antonio y Joseph al verme fue lo primero que dijeron.

“Perdón jefa no te cuidamos como debíamos”.

“Me encontraron, no se tardaron tanto en hacerlo, claro que me cuidaron”.

“Niña, pero la hirieron”.

“Pero estoy viva cuando ellos pretendían qué no saliera de ahí así, no se preocupen”.

“Me asustaste mucho”, dijo Maga al borde de las lágrimas.

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