Mi nueva oportunidad
Capítulo 47

Capítulo 47:

Así que todo este tiempo lo hizo para protegernos, aún nos quiere, aulló Jay feliz. Yo suspiré aliviada. Así que este sueño…. Todo era real, murmuró Jay. Hice una mueca de dolor por todas las duras palabras que le había dicho. Qué rota parecía. Lo reales y hermosos que eran sus ojos.

Tuve recuerdos de su asombrosa velocidad y fuerza. Me sentía culpable. Llevaba tanto tiempo luchando esta batalla interior y yo ni siquiera estaba a su lado. Sentí que se me estrujaba el corazón. Todo el tiempo había visto tristeza en sus ojos, pero siempre desaparecía en un instante. Debería haber sabido que algo la preocupaba. Golpeé el escritorio con el puño, frustrada.

“No fue culpa tuya, cariño. Era una chica muy testaruda. Intenté decirle que decírtelo facilitaría las cosas, pero eligió el camino difícil y se rompió el corazón en el proceso. Estaba muy decidida a guardar el secreto”.

Mamá sacudió la cabeza y soltó una leve risita. Entonces recordé. Sapphire pidió hablar con mi madre antes de cenar. Aquella noche no podía dormir. Siempre tenía delante de mí que algo la preocupaba, pero nunca lo veía.

Llevaba mucho tiempo preocupada por eso, lo cual me frustraba. Y yo había afirmado que no me amaba en el sueño en el que le preguntaba por qué no nos dejaba aparearnos. Ahora me sentía tan culpable. ¿Qué tan triste había estado?

“Ryder, ¿cómo te sientes ahora? ¿Sobre que Sapphire sea medio demonio?” Mamá preguntó con cuidado, tanteando el terreno.

“Orgullo”. Se me escapó de la boca sin que mi cerebro realmente lo procesara.

Las caras de mis amigos eran de risa. Pero no hice ninguna foto porque nadie estaba de humor. Los ojos de Clover estaban llenos de alivio y felicidad. A mi madre se le iluminaron los ojos de emoción y curiosidad.

“¿No te molesta que fuera su padre quien mató al tuyo?”. preguntó Alec sin rodeos.

“No. No es culpa suya, ¿verdad?”. dije secamente.

“Sabía que la querías”. Dijo mamá con una gran sonrisa en la cara.

“N… no, no la quiero”. tartamudeé. Maldita sea, cuándo había tartamudeado Ryder Black.

“¿En serio?” Alec enarcó una ceja.

Admítelo, admítelo, dijo Jay con voz cantarina. Jay, no sabes cantar para salvar tu vida, sonreí. Igual que tú no sabes cocinar, replicó. Recordé que eso era algo que le había dicho a Sapphire. Los sentimientos por ella me abrumaban.

En lugar de volver a negarlo, me dejé llevar por la pregunta. Después de todo, ya no hay que asentir para ocultar su verdad.

“¿Qué se siente al amar a alguien?”. pregunté en voz baja. Mamá sonrió ante la pregunta.

“Es como si… no pudieras soportar estar lejos de ellos mucho tiempo.

Tu corazón los añora. Cuando los eches de menos, se te llenará el estómago de vacío. Te sentirás solo. Te volverás extremadamente posesivo. Te sientes absolutamente a gusto con esa persona. Incluso recibirías una bala de plata por ellos”. Mamá sonrió, sin duda pensando en papá.

Eso es todo lo que sientes, ¿la crees ahora? Jay suspiró. Tenía razón, no superaría todo lo que había sentido los últimos dos días, diablos, superaría lo que había sentido todo el tiempo que había estado con ella.

“Sí.” Me aclaré la garganta.

“¿Sí qué?” Preguntó Cole, con un brillo maligno en los ojos. Bastardo, sólo quiere que lo diga en voz alta. Lo habrían oído aunque lo hubiera susurrado en la habitación de al lado. Los ojos de Clover brillaron de esperanza.

“Yo… la quiero”. Murmuré.

“No te oigo…”

se burló Clover, uniéndose al juego. La fulminé con la mirada y recibí una mirada inocente de vuelta.

“He dicho… que la quiero”. Apreté los dientes. Esto era un gran golpe a mi orgullo de Alfa. Vamos, ¿un Alfa querría admitirlo?

¿Una mujer? “¿Qué fue eso?” Cole se tapó la oreja con una mano.

“¡Dije que la amo, maldita sea!” grité. Cole soltó una risita y Alec sonrió.

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