Mi nueva oportunidad
Capítulo 25

Capítulo 25:

P.O.V. de Sapphire

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“¿No tienes hambre?”. Clover giró la cabeza hacia mí, sus ojos parpadearon momentáneamente hacia el plato de dulces. Georgia había estado de humor para hornear antes y decidió hacer algunos brownies para todos.

“No, no tengo hambre”. Forcé una sonrisa.

“No todos los días puedes comer la especialidad de Georgia”. dijo Clover, llenándose la boca con otro trozo de dulce de chocolate.

Abrí la boca para replicar, pero Clover me metió un trocito en la boca. El rico sabor a chocolate me llenó la boca. Sentí que la bilis me subía por la garganta.

“Um… yum…” forcé.

“Te dije que estaba bueno”. dijo Clover con suficiencia, volviendo la vista hacia el televisor de plasma de 12 pulgadas que teníamos delante.

“Voy un momento al baño”. Me levanté y corrí al baño más cercano en cuanto desaparecí de la vista de Clover.

Vomité en cuanto llegué a la taza.

“Justo a tiempo”. murmuré para mis adentros. Escupí el enjuague bucal en el lavabo y volví al salón.

Me dejé caer en el sofá junto a Clover, ocultando la evidencia de que había vomitado hacía unos minutos. Se volvió hacia mí y me tensé, esperando que no se hubiera dado cuenta.

“Entonces… ¿el Alfa está siendo grosero contigo?”. Preguntó con curiosidad. Levanté las cejas confundido.

“Ya que es el Alfa y todo eso”. Añadió servicial.

“Oh.” Me di cuenta de lo que quería decir. Asintió y se quitó las migas de brownie del regazo mientras esperaba una respuesta.

“No. La verdad es que no. Además, no soportaría esa mierda si lo hiciera”. Me encogí de hombros.

“Bien. Al menos tu colega te trata bien”. Suspiró y me dedicó una pequeña sonrisa.

“Oh, Clover…” Me interrumpí.

“No me vengas con esa mierda de la lástima. No quiero compasión”. Levantó la mano y sonreí. Es una de las cosas que me gustan de ella.

“Sólo quiero decir que es un imbécil por no darse cuenta de la gran compañera que serías”. Le sonreí tranquilizadoramente.

“¿Compañera? ¿Qué soy yo? ¿Su pareja?” Preguntó fingiendo asombro. Puse los ojos en blanco. Los dos volvimos a la película olvidada.

“El Alfa necesita una chica como tú. Tiene mucha suerte”. murmuró Clover.

“Oh.” Respondí.

“Porque tuvo una mala infancia. Necesita una persona que esté a su lado y atienda sus heridas”. Se volvió hacia mí brevemente y luego sus ojos volvieron a la televisión. Sí, una persona como yo.

Una persona que se irá pronto, resonó sarcásticamente mi mente.

“Ah, sí”. ahogué. Gwen se inquietó por la sensación de incomodidad que le producía el tema. Drew, siendo Drew, se quedó callada y mantuvo la calma, pero yo sabía que se sentía culpable.

“Las cosas han cambiado a mejor desde que llegaste”. Añadió en voz baja.

“¿Por qué? Levanté una ceja a modo de pregunta.

“Bueno, el Alfa está de muy buen humor, yo tengo un novio nuevo e increíble y Jenny ha sido puesta en su sitio”. Clover me sonrió.

“¿Jenny? Ah, Jennifer”. Asentí con la cabeza.

“En serio, esa chica es la definición misma de una zorra y una attention whore”. Clover puso los ojos en blanco.

“Sí, lo es”. Una voz susurró junto a mi oído, con su cálido aliento abanicándome la oreja. Por acto reflejo, me agarré al brazo de la persona mientras me tiraba del sofá, con el poder del demonio corriendo por mis venas por el repentino susto. Casi lo consigo, pero mi oponente fue rápido y me hizo girar. Antes de darme cuenta, tenía la cara pegada a un cuerpo.

Una risa ahogada se escapó de las manos de Clover y sus ojos centellearon divertidos.

Fue entonces cuando mi cerebro procesó la familiaridad del aroma de menta y canela. Levanté la cabeza y abrí los ojos con sorpresa cuando mis ojos azules se encontraron con un par de ojos grises.

“¿Dónde aprendiste a pelear así?”. Gimió.

“Lo siento”. Sonreí tímidamente.

“Duele muchísimo. ¿Cómo eres tan fuerte?” Ryder refunfuñó.

“No es culpa mía que me hayas asustado. Solo recuerda, nunca vuelvas a asustarme así”. Respondí, un poco asustada de que se hubiera dado cuenta de mi repentina fuerza.

“No creo que eso sea posible”. Sonrió y me dio un beso en los labios. Refunfuñé y me levanté, quitándome el polvo de los pantalones cortos de cintura alta que llevaba.

“Bueno. ¿Qué hay del informe sobre ti amasando las pelotas de Lawrence?”. Se levantó tras de mí con una ceja levantada mientras me lanzaba una mirada mordaz. Miré a Clover. Tenía una pequeña sonrisa en la cara.

“Um… ¿Una pequeña advertencia sobre… um… no hacerle daño a mi amigo?”. Sonreí tímidamente. Suspiró con fingida decepción. Solté una risita mientras Clover se reía con facilidad.

Sí, odiadores, mi vida es perfecta ahora mismo. Cómete eso.

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