Mi motivo eres tú -
Capítulo 16
Capítulo 16:
“Mamá”
“Raisa”.
Las niñas las saludaron cuando corrían hacia ella y se abrazaron fuertemente su pierna.
Estaba a unos metros de la puerta, apenas había entrado.
Ella se rio cuando se liberó de ella, y luego se agachó hacia ella y la besó en la mejilla.
Raisa se sentía emocionada por el afecto sincero que recibía de las niñas. Aunque llevaban poco tiempo juntas, se estaba forjando un fuerte vínculo con ellas y eso la llenaba de alegría.
“Te ves increíble”
Dijo Alexa.
“Tu cabello se ve hermoso”
Dijo Adrie mientras acariciaba el cabello de su madre.
“Gracias, mis amores”
Raisa respondió, con una sonrisa.
“Usted fueron chicas buenas para Beatrice?”
“Sí, claro”
Dijeron Adrie y Alexa juntas.
Raisa se sintió halagada por los elogios de las niñas. Verlas felices y cariñosas con ella la llenaba de una sensación cálida en el corazón.
Saber que las niñas habían sido buenas mientras estaban al cuidado de Beatrice la tranquilizaba, pues quería que todo fluyera sin problemas en la casa de Ronald.
“¿Tienen hambre?”
Le preguntó.
“En realidad, no”
Dijo Adrie.
“Ya almorzamos”
Alexa explico.
Raisa pensó que quizás podría cocinar algo especial para ellas en la cena, algo que las sorprendiera y les dejara un buen recuerdo de su estadía en la casa de Ronald.
“¿No me van a decir hola también?”
Clarice puso mael rostro, fingiendo estar enojada.
Por lo tanto, las chicas corrieron hacia ella, para saludarla.
Raisa se levantó y se acercó a donde el conductor puso las bolsas de compras, en un sofá dorado, al lado de la puerta.
No podía cargar todas las bolsas a la vez, entonces las llevo hacia la habitación en idas y venidas.
Ella organizó todo lo que compró donde encajarían.
Ropa y zapatos en el armario, gel de baño, champú, algunos productos para la piel en el baño y maquillaje junto aerosoles corporales en el tocador.
Raisa miró todo lo que había arreglado y estaba contenta con la apariencia de los artículos, pero sintió que eran demasiado, eran muchas cosas.
Ella no tenía intención de permanecer en la casa de Ronald durante mucho tiempo, pero ahora, con todo lo que lo compraron parecía que quedaría más.
Miró a su cama, y allí había algunas bolsas desempaquetadas.
Esos artículos eran para Adrie.
Como Adrie es estaba alojando en la habitación de Alexa, pero no sabía si Alexa le gustaría compartir su armario con Adrie o si debería mantener las cosas de hija en su habitación.
Ella suspiró mientras salía de la habitación para pedir a Clarice lo qué hacer.
Raisa finalmente encontró a la señora en la cocina, clasificando los ingredientes para la cena.
“Clarice, estoy realmente confundida acerca de dónde poner las cosas de Adrie que compramos. Quiero decir, no tengo ningún problema en mantenerlas en mi habitación…”
Le dijo, pero fue cortada por Clarice.
“No te preocupes, cariño. Lo solucionamos. Hay espacio libre en el armario de Alexa. Adrie puede usarlo”
“¡Alexa!”
Clarice gritó su nombre desde la cocina. Ella y Adrie estaba viendo la Princesa Sofía la primera en la sala de estar.
“Sí, Clarice”.
La niña llegó tan pronto como escuchó su nombre.
Clarice se volteó hacia ella y le dijo:
“Querida, vos podes mostrarle a Raisa el espacio vacío en tu armario para que ella guarde las ropas que compramos para Adrie”.
“¡Oh sí! Muy bien, Clarice, voy a mostrar a Raisa”
Alexa respondió con orgullo.
Ella amaba cada vez que recibía una tarea.
Ella apretó su pequeña y fría mano derecha en la mano izquierda caliente Raisa, y la arrastró fuera de la cocina.
“Alexa, ¿Dónde están tus zapatillas? No deberías caminar descalzo”
Dijo Raisa.
Los ojos de Alexa se convirtieron en miedo cuando se detuvo en medio de la escalera.
La chica dejó caer la mano de Raisa y se volteó para mirar a la mujer.
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