Mi esposa genio
Capítulo 91

Capítulo 91:

«¡¡¡Ahhhhh!!!»

Freya soltó un grito desgarrador. No se había esperado que entrara en su habitación en ese momento. «¡Fuera!» Gritó enloquecida mientras se acurrucaba contra una esquina del armario.

Tenía muchas ganas de darse una bofetada por no haber encendido primero la luz al entrar en la habitación. Si lo hubiera hecho, no se habría metido en una situación tan embarazosa.

Kieran sólo quería quedarse con ella, y no esperaba ver esta escena.

Sin ver ninguna señal de su intención de marcharse, Freya se sintió avergonzada y enfadada. «Señor Fitzgerald, ésta es mi habitación. Por favor, ¡Salga de aquí!»

Dio un paso atrás por instinto para protegerse mientras soltaba aquellas palabras. «Bueno, si él no salía, saldría yo en su lugar». Pensó.

Pero como sólo estaba cubierta con una toalla de baño, abandonó rápidamente la idea.

Al no tener otra alternativa, Freya dijo apretando los dientes «Señor Fitzgerald, ¿Podría darse la vuelta para que pueda vestirme?».

Ya había hecho una concesión, ¿Qué más quería él?

Kieran contempló con profundo sentimiento el rostro de Freya, con un par de ojos afectuosos que penetraron en todo el cuerpo y el corazón de Freya.

De repente, Kieran se levantó. Pero en lugar de darle la espalda, caminó hacia Freya paso a paso.

«¿Qué… qué vas a hacer?».

«Freya, soy un hombre normal».

Kieran se inclinó y besó a Freya en los labios.

Aturdida por esta circunstancia imprevista, Freya se estremeció y gritó:

«¡No me toques! No puedes hacerme esto!».

«¡Fuera, por favor! Ésta es mi habitación. No puedes quedarte aquí».

«¡Si no quieres que te echen de aquí, vuelve a la habitación de Kiki!» Kieran se limitó a ignorar las súplicas de Freya, pero la abrazó aún más fuerte.

«¿Por qué estás en mi habitación? Aléjate de mí!» gritó Freya indignada.

«No puedo dormir bien en la habitación de otra persona».

dijo Kieran sin pestañear, lo que enfureció a Freya y casi la volvió loca.

¡¿No puedo dormir bien en la habitación de otro?! ¿Acaso su habitación no era también la de otra persona? ¿Por qué tenía que quedarse aquí?

Al darse cuenta de lo que pensaba, Kieran le dijo con voz grave: «Freya, tú eres diferente. Eres mi mujer, así que tu habitación también es la mía».

Freya no podía creer que esas fueran las palabras que salían de su boca. Kieran siempre había sido para ella una figura condescendiente e inalcanzable. Pero esta noche se comportaba como… un rufián descarado.

«Señor Fitzgerald, no puede ser tan poco razonable. ¡Cuántas veces te he dicho que estamos divorciados! No soy tu mujer. Sólo eres el tío Kieran de mis hijos».

«¡Freya, algún día te haré saber quién soy yo para ti!»

¿Qué quería decir con que me haría saber quién era para mí?

La cabeza de Freya iba a mil por hora.

¿Por qué sonaban tan coquetas aquellas palabras?

Freya sacudió la cabeza enérgicamente. ¡No! ¡No podía hacer eso con Kieran!

Ya le había prometido a Seth que intentaría aceptarlo y seguía siendo la novia de Seth.

«¡No puedes hacerme esto!» Con muchos pensamientos pasando por su mente, Freya se apresuró a decir: «Señor Fitzgerald, le pido disculpas por la videollamada de esta noche. Ha sido un error mío interrumpirle a su antojo. Si pudiera soltarme, no me atrevería a molestarle».

«¡Señor Fitzgerald, por favor, suélteme!»

«Freya, quiero que entiendas una cosa».

Kieran hizo una pausa y expresó sus sentimientos palabra por palabra: «No tendré aventuras con otras mujeres. Sólo me gustas tú». Sólo le gustaba ella…… Freya no había esperado que Kieran estuviera colado por ella. Pero ahora que lo había dejado tan claro, ya no tenía motivos para dudar de sus sentimientos.

Ella… ¡Le gustaba!

¡Pero no pueden estar juntos!

Jaden y Jayla son sus hijos y los de Seth. ¿Cómo podía estar con el tío de sus hijos, Kieran?

Al darse cuenta de que ya se había enamorado de Kieran, se sintió terriblemente avergonzada. ¿De verdad iba a romper esa línea con el tío Kieran de sus hijos?

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